Santiago Guevara

Estudié Diseño gráfico en la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá.
Cuando faltaba muy poco tiempo para terminar mis estudios, a través de un profesor, comencé a publicar para la revista El Malpensante, ilustraciones que acompañaran textos narrativos de ficción.
Allí comencé a relacionarme con los textos de escritores que me eran desconocidos hasta ese momento y a su vez a enterarme de cómo era trabajar con un equipo editorial que debía cumplir fechas de entrega cortas y estrictas con alta exigencia técnica.

De ahí en adelante mi trabajo se dio a conocer en más medios y comencé desarrollar un interés cada vez mayor por la creación de libros, en donde sentí que los procesos podían ser de más largo aliento y su repercusión en el público también más amplia.
Desde ese entonces y hasta ahora, sigo publicando con diferentes editoriales y autores junto a los cuales pensamos en las posibilidades que puede tener la creación de los libros; la relación entre imagen y texto; el puente con el público; las ferias; las librerías, etc.

La publicación de libros, su presentación en público, promoción y difusión despertaron en mí el interés por la docencia, pues encontraba en las actividades que hacíamos en torno a un libro, un insumo muy especial para la creación.
Fue así como en 2016 me vinculé a la carrera de Artes Visuales de la Universidad Javeriana de Bogotá, como profesor de Ilustración, en donde procuré crear un lugar y espacio en el que semanalmente pusiéramos en diálogo mis procesos y experiencias junto a los de los estudiantes, creando una comunidad creativa, en donde se pudieran tejer saberes.

Ilustrar para periódicos, revistas y libros es entregar una visión y una opinión del mundo. Es proponer una y mil lecturas.
He encontrado mucha satisfacción en utilizar el dibujo y la pintura como un lugar para conjurar el miedo a reconocernos, trabajar nuestros prejuicios en torno a la creación, revisar nuestras limitaciones y entender un poco mejor cómo se comportan nuestras mentes.

Considero que es aún mayor el gozo cuando algo de lo que he aprendido en el camino puedo compartirlo con alguien, pues siempre de maneras inesperadas eso me lleva a nuevos aprendizajes, retos y satisfacciones, además de permitirme sentir que evidentemente con mi trabajo estoy transformando mi entorno.