¿Qué es la acuarela en negativo?
Descubre qué es y cómo usarla para crear luz y dar profundidad a tus ilustraciones
A diferencia de otras técnicas de pintura, como el óleo o el acrílico, en la acuarela no puedes usar el color blanco para dar luz a una ilustración. En cambio, debes aprender a sacar provecho y a usar las zonas blancas —vacías— de tu lienzo.
Una de las técnicas que te servirán para lograrlo es la acuarela en negativo, la cual consiste en no pintar los elementos principales de tu composición y hacerlos resaltar a partir del contraste que provoca el vacío. Esta técnica contradice al instinto, el cual suele dictar la orden de llenar de color las zonas de importancia de la pintura, pero es sumamente efectiva.
Mira la siguiente imagen:
A la izquierda puedes ver cómo se pintaría típicamente una hoja. A la derecha, esta hoja no tiene color, y aun así la imagen sigue siendo legible y comprensible. Es importante que consideres que esta técnica no implica dejar completamente sin color los elementos que quieres resaltar, sino que seas detallado, consciente y mucho más reservado con lo que eliges pintar, tomando esta decisión desde el momento de planeación, y no como una solución tardía durante la ejecución.
Este enfoque puede resultar confuso al inicio. Por ello, la artista visual e ilustradora botánica Cristina Cilloniz (@cristina_cilloniz) comparte contigo las claves para hacer de la acuarela en negativo una herramienta fácil de seguir.
Capas
La mejor forma de usar la acuarela en negativo para crear profundidad en tus ilustraciones es marcando capas dentro de cada composición. Para ello, debes establecer cuáles de los elementos ocuparán el primer plano y, por ende, requerirán de más luz, y cuáles son los que pueden desvanecerse dando la sensación de fondo. Cuida no exceder el número de capas: tres son suficientes para darle a tu pieza el sentido de perspectiva.
Numeración
Una vez que hayas establecido las capas y dibujado los contornos básicos, marca cada elemento con números que indiquen en cuál de los tres niveles de profundidad se encuentran (1 es primer plano, 3 es la capa más profunda).
Color exterior
Ha llegado el momento de pintar, pero no lo olvides: el blanco debe ser tu mayor aliado. Comienza con tonos claros mezclando la pintura con considerables cantidades de agua, y aplícalos solo alrededor de los elementos que has marcado con el número 1 —tus primeros planos.
Siéntete libre de jugar con los colores y el grosor de los pinceles en toda la página hasta que estén cubiertas todas las zonas excluyendo, por supuesto, los elementos principales.
Intensidad en aumento
Una vez que tengas lista tu primera capa, deja que la pintura seque por completo —busca que, al tocar con la yema de tu dedo cualquier parte, no quede en ella rastro alguno de pintura—. Ya con la pintura seca, puedes empezar a aplicar la segunda capa, esta vez con tu mezcla de pigmento menos diluida que la primera vez para crear un color más intenso, y ahora sin agregar color en las capas 1 y 2.
Importante: aún vendrán más capas de color, así que en este punto no abuses con la intensidad para que puedas seguir jugando con las luces y los matices. Al terminar, repite el proceso: usa menos agua en tu mezcla, y finalmente pinta todo sin tocar ninguno de los elementos marcados con 1, 2 y 3.
Como puedes ver, esta técnica te permite crear ilustraciones originales en sencillos pasos:
Si quieres aprender más sobre cómo usar la acuarela en negativo para pintar elementos naturales e incluirla en tu proceso creativo entero —desde el mood board hasta la paleta de colores y la técnica de aplicación—, apúntate al curso Técnicas de acuarela en negativo para ilustración botánica, de Cristina Cilloniz.
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