Juan Luis Diuezeide

Caminando los 30, todavía me siento niño, veo lo que me rodea con esos ojos, me asombro, me divierto con el espacio y mi cerebro busca constantemente reorganizarlo.
Entré a la carrera de Arquitectura por un sentido servicial, pero me encontré con el diseño y en él un estilo de vida. Hoy sigo en constante crecimiento, siempre tratando de aprender algo nuevo que pueda aplicar a la arquitectura, al espacio y al diseño. Fue así que comencé con la carpintería, y me encontré con otro mundo que me trajo paz. Hoy tengo un pequeño taller que es el lugar donde me conecto con mi yo más verdadero. En este lugar no existe la noción del tiempo, las texturas, el olor de la madera, el ruido de la sierra, los dibujos en el tablero, borrar y volver a trazar.