El Principito cobra vida en stop motion
Hace más de 70 años que se publicó la primera edición de El Principito de Saint-Exupéry y esta obra maestra, ahora adaptada al cine por Mark Osborne, lejos de abandonar el podio literario, se proclama una vez más como un clásico de la cultura popular.
El cineasta norteamericano ha dado vida al Principito en un film que combina la animación en 3D con la animación cuadro por cuadro. En la película se entremezclan la historia tradicional y una nueva línea narrativa que sirve como hilo conductor para mostrar, de una manera actual y cercana, la historia de esta famosa obra literaria.


La técnica de animación en 3D se usa, en esta ocasión, para narrar la historia de una niña recién llegada a la ciudad cuya estricta madre sólo se preocupa por la productividad de su hija que se queda obnubilada por el anciano aventurero de la casa de al lado y sus historias; la técnica de stop motion, con un toque más artesanal y soñador, es la elegida para contar la historia clásica del Principito.



Hace poco veíamos la evolución del stop motion, la elección de esta técnica centenaria no es casual, la intención del director era la de crear un aura de fragilidad y vuelta a los orígenes. Una manera de homenajear una técnica antigua y artesanal a través de una de las obras más icónicas de la cultura popular internacional. Otra de las razones que llevaron a Mark Osborne a elegir esta técnica fue el deseo del director de ser lo más fiel posible a las ilustraciones originales de Saint-Exupéry, casi tan representativas como la propia historia.

La película no se deja en el tintero a ninguno de los personajes clásicos del famoso libro, que incluso aparecen a modo de cameo en las escenas "reales" creadas por ordenador.




Echa un vistazo al trailer de la película.
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