Tipos y formatos de encuadernación de libros
La manera en que decidimos encuadernar un libro dependerá de diferentes factores, estos son los tipos de libros que existen
A la hora de diseñar un libro, una de las primeras decisiones que debemos tomar es cuál va a ser su formato y, para ello, es imprescindible considerar razones y variables no solo estéticas, sino funcionales –y, claro está, también económicas, que son las que suelen dictar las limitaciones dadas por los tamaños en los que se fabrica el papel–.
Hasta el siglo XX el formato y el tamaño de un libro estaban relacionados directamente con la importancia de la publicación; así, las grandes obras se editaban en grandes formatos y las menos importantes, en tamaños pequeños. Con el tiempo el formato se empezó a asociar más bien a la función del libro y la decisión comenzó a estar más condicionada por la estética, la función y el contenido de cada libro.
En función del tipo de encuadernación, los libros se podrían categorizar en tres tipos:
1. Encuadernación de tapa dura
Este tipo de libros tienen la cubierta rígida y la tripa –la parte interior del libro, donde se encuentra el cuerpo de texto– se maqueta y monta de manera independiente. Las partes que unen una y otra se llaman guardas. En la cubierta, generalmente, se podrá imprimir algún tipo de diseño, aunque suelen existir limitaciones a la hora de elegir tintas y acabados. Para franquear esos impedimentos se suele trabajar con una sobrecubierta, que es una impresión en papel que recubre el libro y permite mucha más libertad a la hora de diseñar e imprimir todo tipo de imágenes.
2. Encuadernación cartoné o cartón forrado
Igual que sucede en los libros de tapa dura, existe una diferencia evidente entre la tripa y la cubierta, que es rígida. En este caso, el cartón de la guarda está forrado con un papel impreso que, en el interior, queda tapado por las guardas.
3. Encuadernación rústica
Es la más sencilla y en este tipo de libros también se separa la tripa de la cubierta pero, en este caso, es de una cartulina fina que se pega directamente a la tripa con cola por el lomo del libro. Generalmente, en las encuadernaciones rústicas se puede agregar impresión en la portada, la contraportada, el lomo y, en ocasiones, también en las solapas.
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1 comentario
sophieczal
Gracias! Muy interesante!