Me llamo Olga y soy una mujer madura, con alma de niña. Durante muchos años, me he dedicado a trabajar en la empresa privada, en la rama administrativa, pero hace dos que mi marido se jubiló y decidimos que sería bueno que me tomara unas largas vacaciones. Hemos decido viajar y disfrutar más tiempo juntos. Él es extranjero y ahora vivimos parte del año en su país. Desde niña, me ha gustado mucho hacer cosas, mi abuela paterna me enseñó a hacer ganchillo y mi madre a coser un poco, me encanta la cocina y la jardinería. De forma autodidacta, me metí en el mundo de las muñecas de trapo y me atrapó, pero mi padre falleció hace dos años y mi situación se complicó con respecto a mi madre y ahora estoy bastante apartada
de todo ese mundillo, pues me metí en grupos de Facebook y me encantaba ver los trabajos tan lindos que hacían. Sin embargo, para no dejar del todo de hacer las cosas que me gustan, me compré el curso de ganchillo para retomar las enseñanzas de mi abuela, aunque reconozco que estoy bastante oxidada. Bueno, gente, no sé que más contaros sobre mí. He heredado algo de mi padre, que no sé si es bueno o malo, él disfrutó de lo que le rodeaba de una manera muy intensa, era extremadamente generoso y le gustaba sentirse vivo. Yo como él amo la vida.
