Monik Blanchett

No recuerdo la primera vez que sostuve un lápiz en las manos, pero sí recuerdo la primera vez que alguien se fijó en mis dibujos. Tenía 6 años, estaba en primero de primaria y era el día de llevar nuestro juguete favorito y dibujarlo. Yo llevé mi muñeca de Sailor Chibi Moon (Chibiusa), y recuerdo cómo una compañera exclamó "¡qué chulo!" al ver mis cuatro rayas mal trazadas (porque sí, también recuerdo aquel intento de dibujo, jaja). Esa sensación de "algo estoy haciendo bien con mis manos" me ha acompañado desde entonces, y aunque nunca he buscado ese reconocimiento siempre lo he agradecido. No creo que tenga un talento exorbitado, pero tampoco se me da nada mal. A lo largo de este año me he iniciado en el dibujo digital y he ido mejorando mi técnica. A partir de aquí ya no hay quien me pare.