Rosa Xicohténcatl

Tiene poco tiempo que me he jubilado, tengo una preciosa nieta de menos de dos años. A mis hijos (su mamá y su tío) siempre los entretuve contándoles historias, muchas veces que había leído, otras que inventaba sobre la marcha y a veces una mezcla de alguna historia por ejemplo de mi infancia que cuando se las contaban sus tías, mis hermanas, no coincidían porque yo les añadía muchos detalles de mi invención. Así que me gusta contar historias.
Otra de mis pasiones es leer. Aprendí a leer con ayuda de mis padres muy temprano, yo leo todo lo que me encuentro, tengo una selección muy variada de libros, pero me gustan especialmente los cuentos y las novelas. Una de mis primeras lecturas fueron las mil y una noches y las aventuras de Tom Sawyer.
Hace algunos años cuando me diagnosticaron tres enfermedades crónicas, las cuales están controladas, pero están en mi cuerpo agazapadas y en cualquier momento podría no tener las competencias cognitivas de las que ahora disfruto, decidí escribir algunas cosas que quisiera compartir con mis nietos.
Así que desde hace algunos años escribo pequeños relatos de cosas comunes. Estuve en Alemania hace 4 años y escribí una serie de relatos de una niña que descubre las diferencias entre la vida en Alemania y la vida en México. Ejemplo la variedad de presentaciones de azúcar; que los condimentos como el perejil, la albahaca, se venden en macetitas para ir cortando las ramitas hasta que se terminan; el manejo de la basura, los semáforos para los peatones etc.

De México he escrito algunos relatitos sobre las costumbres en la temporada de ofrendas a los muertos.
Visitas a algunos pueblos mágicos, al bosque de las luciérnagas etc.

Quisiera compartir para esta nieta y para mis otros nietos, si es que los tengo, historias de mi vida, de mi familia, de mi país, y la sorpresa con que observo algunos otros países en los que he estado.