¿Qué es la ilustración naturalista y cómo dibujarla?
Descubre el origen de la ilustración naturalista, sus características y los pasos a seguir para dibujar flora y fauna
El arte y las ciencias naturales llevan mucho tiempo unidos gracias a la ilustración naturalista. Desde el siglo XVI, los naturalistas eran las personas que formaban parte de expediciones científicas o los que se dedicaban a investigar la naturaleza por su cuenta. Gracias a los dibujos conservados de sus descubrimientos, el conocimiento permaneció a salvo y se pudieron sentar las bases de la ciencia moderna.
Si te gusta observar y dibujar la naturaleza, en este artículo descubrirás las características de la ilustración naturalista y cuáles son los pasos que normalmente se siguen en esta modalidad. También verás en qué se diferencia de la ilustración científica porque aunque el límite es sutil, no comparten los mismos objetivos.
¿Qué es la ilustración naturalista?
La revolución científica de los siglos XVI y XVII hizo posible el nacimiento de la ciencia moderna. En aquella época, científicos e ilustradores empezaron a formar parte de las tripulaciones que viajaban por todo el mundo en busca del conocimiento. El estudio se basaba en la observación y enseguida se dieron cuenta de la importancia de registrar cada descubrimiento, por pequeño que fuera. De hecho, este es el primer consejo de los artistas cuando quieres iniciarte en la ilustración naturalista: Observar, mirar, atender. Que no se te escape nada de lo que ocurre en la naturaleza.
Así pues, la ilustración naturalista es una disciplina que surge en la época de las grandes exploraciones, cuando se carecía de conocimientos básicos sobre la flora y fauna. Un tipo de ilustración que busca registrar cada hallazgo de la naturaleza, cuidando la composición, la iluminación y otros elementos artísticos.
“El arte y la naturaleza siempre estarán luchando hasta que finalmente se conquisten uno al otro para que la victoria sea el mismo trazo y línea” Maria Sibylla
Un ejemplo de mujer naturalista es la alemana Maria Sibylla Merian (1647-1717), pionera en la entomología moderna. Maria se interesó desde muy joven por los insectos. De hecho, recogió y crió orugas en su propia casa para observar su transformación y afirmó que “la única aproximación fiable al estudio de los fenómenos naturales es a través de la observación”. En 1675 publicó su primera obra "Nuevo libro de las flores".
En 1699, viajó con su hija hasta Surinam para pasar dos años dibujando y archivando todo tipo de plantas e insectos de la región. A principios del siglo XVIII se publicó su obra más importante "Metamorfosis de los insectos de Surinam". Con ilustraciones como las de Sibylla y otros naturalistas, la sociedad se acercó a la naturaleza y se demostró que la ciencia y el arte también se complementan.
La finalidad de la ilustración naturalista
El resultado de la obra no tiene por qué ser una imagen fiel a la realidad. No se trata de copiar sino de aportar la mirada del que observa. Eso es, precisamente, lo que la diferencia de la ilustración científica.
En otras palabras, la ilustración naturalista se basa en la observación mientras que la científica se basa en el estudio e investigación sobre los elementos a retratar. En este sentido, la ilustración científica siempre se desarrolla al servicio de un proyecto científico. Sin una investigación previa, no se puede ilustrar un concepto técnico con rigor y claridad.
La observación en ilustración naturalista ha de ser sin prisas, solo así se puede apreciar cada detalle. Por eso, en la mayoría de ilustraciones se utilizan formas suaves y dulces relacionadas con este ritmo creativo más pausado. También los colores transmiten esa atmósfera serena.
Otro rasgo de la ilustración naturalista es que se añaden recursos para incrementar la belleza del resultado. No obstante, la ilustración ha evolucionado y hoy en día cada artista elige su estilo. Incluso puedes ayudarte de un software como Procreate para digitalizar tus piezas. De hecho, esta digitalización es fundamental para muchos proyectos de divulgación científica a la hora de acercar el conocimiento a todo el mundo.
Pasos esenciales de la ilustración naturalista
Para que puedas explorar esta disciplina, recogemos los cuatro pasos esenciales del proceso creativo de la ilustración naturalista:
1. Aprende a mirar como un ilustrador. Observar detenidamente es la clave. Gracias a esta etapa, podrás obtener la información necesaria de aquello que te inspira. Tómate tu tiempo y capta todos los detalles.
2. Busca inspiración. Puede que no siempre sea posible ver las criaturas en directo o pisar el propio terreno. Hoy en día disponemos de recursos que inspiran como los documentales, los libros y las fotografías de Internet. Si tienes la posibilidad de moverte y dibujar en plena naturaleza, seguro que se te despiertan nuevas ideas y sensaciones. Recuerda que puedes acudir a tu imaginario y crear tus propios animales y plantas.
3. Dedica tiempo al boceto. Es el puente entre la observación de un objeto tridimensional y su representación en el plano bidimensional del papel. Trabajar esta parte te ayudará a conseguir mejores resultados así como planificar los colores que necesitas.
4. Da los toques finales a tu ilustración. Para definir ciertos aspectos como el plumaje o el pico puede que necesites probar con otras técnicas o materiales. Explora todas las posibilidades hasta quedar satisfecho con tu composición.
Aunque han pasado muchos años desde la época de los primeros naturalistas esta técnica de ilustración sigue siendo una buena forma de conocer nuestro entorno. Además, también es una oportunidad para aprender a dibujar y ejercitar la creatividad gracias a la inspiración que te regala la naturaleza. Si quieres descubrir más sobre ilustración naturalista de la mano de expertos, estos son todos los cursos de Domestika sobre la materia.
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