Elsa Mora y el triunfo de la creatividad
Tenía 16 años cuando descubrió que llevaba toda una vida celebrando su cumpleaños el día equivocado, ella había nacido un 9 de mayo, no el 8, como le habían dicho siempre.
Su madre había decidido que le gustaba más esa fecha porque coincidía con el día de la madre en Cuba, donde Elsa Mora nació. Ya entrada en la adolescencia, esa revelación le hizo darse cuenta de que, si alguien podía celebrar su cumpleaños el día equivocado durante tres lustros, también podía convertirse en quien quisiera. Esto le sirvió a la artista para reinventarse continuamente manteniendo siempre su objetivo: luchar por llegar a vivir de su arte.

Y vaya si lo ha conseguido. De una manera escandalosa. Sus piezas de papercut son tan delicadas que ni Eduardo Manostijeras en persona podría competir con una precisión como la de Elsa Mora. Ha trabajado diferentes disciplinas con rotundo éxito: ilustración, porcelana, pintura... todo lo que se haga con las manos es la especialidad de esta artista cubana que consiguió salir de la pobreza en la que estuvo sumida su infancia y ahora muestra al mundo todo su potencial.





Su facilidad a la hora de moverse entre diferentes disciplinas la convierte en una gran contadora de historias. El papel es uno de los elementos que más utiliza para transmitirlas, ya que es el el soporte que le aporta más libertad a la hora de darle forma y moldearlo a su antojo de una manera rápida y eficaz. Sin embargo, también es una maravillosa creadora de colecciones inventadas mezclando disciplinas .














Esa capacidad de meterse en la piel de otros y la convicción de saber que podía ser quien quisiese ser es lo que ha llevado a Elsa Mora a alcanzar el éxito.
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