Publicitario de formación, recuerdo que fui periodista. Algo queda. Vocación. Inquietud. Información. Inmediatez. Ahora estoy online. Ahora y en la hora, llevo años. Google me vigila. Y yo, aunque revoltoso, sigo sus dictados al servicio de las causas. El contenido es el rey. Dicen. Lo pienso. Webs corporativas, blogs de todo tipo, comercios electrónicos... Sigo comunicando. Y además lidero proyectos. Creo arquitecturas. Reviso textos. Testeo desarrollos. Coordino. Creo que con agilidad. Cliente opina. Resultados mandan. Doy la cara y miro a los ojos. Las cuentas claras, luego existo.
Creo que vale más una palabra que mil imágenes. Me gusta fotografiar. Paradojas. Sí, soy un comunicador. Verbalizo con soltura y naturalidad y redactar se ha convertido en una profesión. Más de una década y media de trayectoria ininterrumpida. Y subiendo. En experiencia. En retos. Busco ilusiones. Ofrezco compromiso, seriedad y buenas dosis de creatividad. Funciono a golpe de pasión. De valores. De personalidad. Es lo bueno y lo malo. Creo que menos es más. Qué bonito es contar cosas. ¿Para vender? Para convencer. Suena mejor, aunque es igual de pretencioso. El cómo importa. Tanto o más.
¿Aún no he dicho que me encanta viajar? Lejos. Y observar. Convivir. Integrarme. Es importante. Para mí lo es. La vida es un viaje. Y el trabajo diario, parte del mismo. Vamos con ello.