Mi Proyecto del curso: Introducción al storytelling personal

Cuando tenía 7, 8 años, la verdad que no lo recuerdo, mi papá me decía que vaya al campito de enfrente a jugar a la pelota. “No me gusta correr atrás de una pelota” exclamaba. Para él era muy importante que sociabilice y que haga deporte así que me mandó a Rugby. Pero para mí no era sencillo y me costaba relacionarme con otras personas. De hecho, en algunos viajes no cruzaba palabras con mis compañeros de equipo y eso se veía adentro de la cancha. Luego, unos amigos se sumaron y poco a poco fui soltándome hasta que un día me animé a taclear a 3 jugadores (algo histórico para mí) y volví muy contento. Pero había algo que se había prendido en mi interior y es que luego de cada práctica, empezaba a jugar con los más grandes al fútbol hasta que un día me di cuenta que el amor que antes no sentía, ahora era lo mejor que me estaba pasando. Jugué varios años con personas más grandes que yo, quienes siempre me cuidaron y eso me resultó muy bueno para mi vida. Hice una pretemporada en mi club de toda la vida. Con 80 kilos no quedé. Al año siguiente, con 60 kilos hice una prueba pero ya había cerrado el libro de pases. En el verano fui y quedé! Mi sueño se había cumplido. A pocos días del debut, sufro una gastroenteritis, no pude ir a entrenar y el técnico me tenía en consideración para jugar en Primera! En mi primer partido. Tuve que esperar. Con buenas y malas (para mí más malas que buenas) fui titular prácticamente todos los partidos y hoy viendo todo ese recorrido me doy cuenta que sin esfuerzo las cosas no se consiguen. Que vale más hacer que no hacer. Que intentarlo y fracasar es más importante que no intentarlo. Por eso, cada objetivo que me trazo, intento cumplirlo a base de compromiso, esfuerzo y dedicación.