Mi proyecto del curso: SUEÑOS EN COLOR
Mi proyecto del curso: SUEÑOS EN COLOR
by Miriam Susana Rodriguez @misuro
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Hace miles de años los dioses tomaron una piedra de jade y con ella tallaron una flecha muy pequeña. Cuando estuvo lista, tomó vida, soplaron sobre ella y salió volando. Los dioses habían creado un diminuto pájaro, que llamaron colibrí y le encomendaron llevar los deseos y pensamientos de un lado al otro. Sus plumas eran frágiles, ligeras y brillaban bajo el sol como gotas de lluvia reflejando todos los colores.
Los hombres trataron de atrapar a esa hermosa ave para adornarse con ellas. Los dioses al verlo dijeron: _ Si alguien osa atrapar a algún colibrí, será castigado.
Ellos desobedecieron y siguieron intentándolo.
Habían sido advertidos, así que la furia de los dioses no se hizo esperar. El cielo se oscureció. Un sonido tan agudo como ensordecedor que no afectó al colibrí espantó al resto de seres vivos. Entonces los bosques temblaron y la tierra se partió como una gran torta de cumpleaños.
El mar se enredó en sus propias olas y como un niño goloso se abalanzó sobre una porción del destruido pastel.
Nadie lo había invitado a la fiesta, así que se retiró a un lugar más agradable. Una vez allí disfrutó del dulce y descansó…
CAPÌTULO 1
Un nuevo día comienza en Kantunil.
Como cada mañana, el sol se baña en el océano, mientras las olas, relatan la historia de la traviesa que una vez tomó sin permiso una porción de tierra y la trajo hasta ahí. El finge no creerles, pero es fiel testigo de que eso sucedió.
Allí, al final del arcoíris, la viò llegar, estirarse, sacudir la espuma salada y depositar una extensa parcela llena de color.
Desde entonces ese archipiélago es el lugar donde habitan los colibríes.
Su nombre significa piedra preciosa y recuerda a aquella flecha de jade.
Los hombres desconocen su existencia y aunque lo descubriesen jamás podrían llegar.
Detrás de una cascada en la copa de un fresno, viven Muun y su abuela Izamal.
_ ¡Arriba Muun, a desayunar! Hoy preparè tortillitas de flores de lavanda. Esas que tanto te gustan.
Desde el otro rinconcito del nido, la voz de la abu sonó como dulce melodía.
Estiró su camita de hojas, sacudió sus alas y se fue a saborear esa delicia.
Luego le diò un beso a la abuela y salió a cumplir con su rutina.
Es muy temprano, por eso decide pasar por el jardín de las ceremonias. Llega en el preciso momento en que una mujer da comienzo a una. Vuela hasta su espalda. Las flores son tan bellas que se queda suspendido sobre ellas.
Alguien lo observa muy sorprendido. Y entonces, Muun cumple su misión, toma sus pensamientos y a toda velocidad sigue viaje.
Llega a su lugar preferido. Esa casa pintada de azul por dentro y por fuera parece un pedacito de cielo. Allí vivió Frida y todavía guarda su perfume.
Una ventana abierta lo espera para darle el pase libre al salón. Sus ojitos negros, delineados en blanco, se llenan de chispas. Baila entre pinceles y potes de pintura. La magia lo envuelve. ¡Hay tanto color! Aprendió a sumergirse en los lienzos y vestirse con pigmentos y pinturas.
Entra y sale de cada cuadro, se hace parte de ellos. Y entre pase y pase deja estelas en el aire que dibujan luminosas líneas.
Luego sale al patio porque ya la fuente con agua fresca pide pista. Como un veloz helicóptero, levanta vuelo y aterriza en ella.
_” Nada mejor que hacer la plancha y nadar un ratito”, piensa. Y desde la altura se tira un clavado, a la que para él es una piscina.
Sale, sacude su cuerpito y miles de gotitas de agua se van saltando entre las flores. Después come uno de los extras mini caramelitos que le encantan y retoma el vuelo hacia el nido.
Cuando llega, encuentra colgando en la ramita de entrada una tarjeta que en letras doradas dice Mañana se reúne el Consejo de Sabios de Kantunil. Rogamos su presencia.
¿Qué será lo que me espera?, piensa.
CAPÌTULO 2
Mientras tanto, en otro rincón del planeta …
Una niña va a la escuela en su monopatín. Debajo del casco que termina donde comienzan sus gafas, asoman dos rizos y un lazo azul que baila como atado en un ventilador. El viento le sopla en la cara, ella sonríe y en su cabeza suena en bucle ¡Libre soy, libre soy!!!
Estaciona en la galería de entrada, y corre al salón, sosteniendo la mochila, en la que cuadernos y libros se van atropellando.
El casco dejó caer sobre los hombros una ensortijada melena. Abre la puerta, justo en el momento que la cinta cae al suelo y el último mechón de pelo que se mantuvo atado hasta ese segundo, le tapa los anteojos.
Levanta la boca con un gesto muy gracioso y resopla hacia arriba para despejar un poco los cristales. No ve casi nada, pero escucha muy claro la carcajada de sus compañeros y un estruendoso grito que sacude las paredes _ ¡Silencio! Intuye la figura que se acerca y siente calor, como si una bocanada de dragón la hubiese abrasado, cuando la señorita Canek, con voz áspera, dice _ ¡Otra vez tarde y desprolija !¡Cómo siempre un desastre!
Aroa, igual que cada mañana de clases, comienza a temblar y su fantástico viaje en patinete se diluye como en el caldero de una bruja.
CAPÌTULO 3
Amanece en Kantunil.
Bajo los pétalos de una gran y perfumada magnolia, está reunido el consejo de sabios conformado por los colibríes mas ancianos de la isla. Nahil, es el presidente. Se destaca del resto por las plumas doradas de su pecho. Frente a él, nervioso y ansioso por saber porque fue citado se encuentra Muun.
Entonces escucha al gran patriarca que dice.
_ Muun, mensajero y guardián del tiempo. Símbolo de amor, belleza y alegría, valores heredados de nuestros ancestros. Por tu dedicación, esmero y trabajo, te nombro Señor de las Bellas Artes.
Y como si fuera un cetro, coloca su largo y finísimo pico sobre su cabecita y lo cubre con sus coloridas alas.
Una margarita guarda las lágrimas de orgullo y emoción de Itzamal.
Y todos los colibríes, comienzan a emitir un sonido muy especial, en señal de aprobación.
El patriarca sigue hablando
_Terminada la ceremonia de nombramiento viene la responsabilidad de tu tarea.
Todos los niños están hechos de un material delicado e inocente. Llevan un cartel invisible que dice " Contiene sueños".
Muun, tendrás que reforzar los de una pequeña, que quieren que deje de creer.
Tu enorme tarea será no permitir que destruyan sus sueños.
Viajarás cada mañana y regresarás a tu nido antes que la luna llegue.
Serás el fiel escudero de Aroa, la niña que no debe renunciar a sus sueños.
Muun sintió que ese era el día más feliz de su vida.
Cuando el sol volviese a jugar con las olas del mar el ya estaría volando a su primera misión.
CAPÌTULO 4
Los niños están en su clase.
La señorita Canek indica la tarea.
_Van a escribir una historia, la que se les ocurra y luego la dibujan.
Aroa se iluminó.” Esto es lo mejor del mundo mundial “, pensó.
Le encanta inventar historias, dibujar y pintar.
Comienza a desplegar sobre el pupitre sus lápices de colores. Le gustan tanto que de cada color tiene puros, más claros, más oscuros. Y es ahí cuando sus oídos soportan la primera frase negativa.
_ ¿Para qué tantos?, dice la maestra señalando el arcoíris sobre la mesa.
_Es que me gus… La niña no tuvo tiempo siquiera de terminar la frase porque una respuesta seca sonó en el aire
_ ¡Siempre queriendo tener la última palabra! ¡Quiero ya mismo solo unos pocos lápices en la cartuchera! ¡El resto fuera de mi vista !¡ Calladita y a trabajar!
La rabia le tiñó la cara de rojo, pero, aun así, Aroa, se quedó en silencio y se puso a escribir. Redactò un bello cuento que terminó con una preciosa ilustración. Brillante tarea para una niña de su edad.
Sin embargo, tanto talento fue invisible para Canek.
Las páginas del cuaderno hacían un ruido seco entre sus dedos, mientras leía y su rostro se iba transformando. Sus ojos y su boca cayeron en curva hacia abajo.
_ Demasiada imaginación, dijo. Esto no sirve. Muchas palabras soñadoras. Hay que tener los pies sobre la tierra.
La cabeza de Aroa comenzó a dar vueltas. Como cada vez que el dragón se acercaba, sentía ese calor insoportable.
Y aún faltaba lo más grave.
Al llegar a la hoja que tenía el dibujo. La bocanada de fuego fue mucho más intensa. _ ¡¿Pero ¿qué es esto? !!!El eco sonó en cada rincón de la escuela.
_Es mi pintura!!!
-Ja, ja, ja ¿esto es una pintura? Noooo!!! ¡¡¡Esto es una gran mancha!!!
Muun había llegado muy temprano y pasó la mañana en la ventana del aula. Desde afuera pudo ver y oír todo lo que pasaba.
¿Cómo puede hablarle así a una pequeña?, pensaba triste.
Adentro, el resto de los chicos estaban aturdidos y asustados.
Se hizo un gran silencio.
Aroa, apretó sus puños. Se paró en puntitas de pie. Mientas sus ojitos se inundaban, miró de frente a la mujer y manteniendo una serenidad y firmeza increíbles le dijo_ ¡Es que yo en una gran mancha amarilla puedo ver el sol!
En ese momento sonó el timbre de fin de clases.
CAPÌTULO 5
Muun vio salir a la maestra. Quería hablarle. Voló delante de ella, hizo sus giros, sus destrezas en reversa, pero nada conmovió a la mujer, que siguió andando como si nada. Entonces, con su pico cortó del jardín del cole, un pimpollo de rosa blanca y la tiró a sus pies. Canek, la pisó diciendo_ ¡Niños insoportables! ¡Siempre tirando cosas al suelo!
Muy apenado, el colibrí miró la flor aplastada en la vereda. Y pensó.” No tiene caso insistir. Un corazón helado, difícilmente descubra la belleza que lo rodea.”
Fue entonces cuando descubrió a Aroa entre la muchedumbre que se agolpaba en la puerta de la escuela.
_ ¡Ella es quien importa !, dijo mientras la veía secarse la cara con el antebrazo, ponerse las gafas, el casco, dar el impulso y treparse al monopatín.
Fue detrás y desde la altura podía percibir la tristeza de la niña.
Comenzó a jugar con las cintas del pelo. La pequeña se dio cuenta, pero siguió atenta al camino.
Todavía quedaban lágrimas, pero a pesar de la humedad, la figura diminuta y colorida que bailaba a su alrededor no fue ajena a sus ojos.
Era tan gracioso y etéreo que, al llegar a la casa, logró dibujarle una sonrisa.
Muun voló directo al balcón repleto de flores. Aquello, para él, era una gran tienda de golosinas.
Sumó fuerzas tomando un poco del dulce manjar de las corolas. Ricos caramelitos que saboreó con placer.
Aroa, estaba en su habitación. Guardaba lápices, pinceles, témperas en una gran caja. Muun golpeó el cristal de la ventana con su delicado pico, la niña, la abrió y en un segundo estuvo en presencia del danzarín más hábil del aire.
_ ¡Ey! ¿Qué hacés aquí?
_ ¡Perdón Aroa, no me presenté! Soy Muun.
_ Muun???!!!, que nombre tan raro! Y, además, ¡los colibríes no hablan y… Sabès como me llamo! Mientras lo decìa pensaba, “Esto no puede estar pasando”.
_ De dónde vengo, todos los nombres tienen un significado. El mío es “tierno”. Es un lugar muy lejano, habitado solo por colibríes. Todos tenemos el don de la palabra, pero solo unos pocos pueden escucharnos. Es que no sonamos en los oídos sino en el corazón. Y te conozco muy bien, porque soy una especie de ángel de la guarda, que debe velar por tus sueños.
Mientras intentaba salir del asombro, la niña lo vio perderse en la bufanda que colgaba en el respaldo de un sillón.
Estaba tan cómodamente instalado que no pudo más que reír y decirle _ ¡Muy tierno!
_Me la tejió mi abuela Rocio.
_ ¿En serio? Yo también tengo una abuela, pero solo teje nidos. Se llama Itzamal, que quiere decir “roció del cielo”. ¿Ves? ya tenemos cosas en común. Y salió volando hacia atrás de entre los flecos azules, verdes y turquesas.
Aroa, reía. Ya había olvidado el día tan gris que había tenido. Dentro de su cuarto, había una diminuta ave acróbata, que iba igual hacia arriba, que abajo, atrás que adelante. Pero en una de sus coreografías, Muun, adrede, tiró una caja y una alfombra quedó sembrada de lápices y pinceles.
_ ¡Qué maravilla !, dijo. ¡Cuánto color!
_Ya no sirven, dijo la niña. Se van a quedar ahí, guardados para siempre.
_ ¿Cómo es eso? Uyyyy, cuanta belleza! voló entre estantes, de donde iban cayendo, láminas pintadas y repletas de dibujos.
Aroa. Se sentó en el suelo, con las piernas cruzadas bajo su cuerpo. Los codos en las rodillas y su cara entre las manos. La tristeza había llegado otra vez.
_ Me encanta pintar. Pero solo hago manchas. No puedo volver a hacerlo.
Un susurro le endulzó los oídos.
_ No abandones tus sueños. Nadie puede decirte que no podes.
Solo tenès que creer en vos y hacer lo que te hace feliz.
Cuando le das vida a una hoja en blanco con tus colores, es tu alma la que habla.
Es la manera de que el mundo pueda ver tu belleza interior.
Además, el arte existe desde los inicios de la historia. Es una maravillosa herramienta de comunicación.
Confía en mí. Soy guardián del tiempo. Vamos a ir hasta el horizonte del principio. Dónde todo comenzó.
CAPÌTULO 6
La bufanda terminó enlazada en el manubrio del monopatín.
_Aroa, ponete el casco, subite y agarrate muy fuerte.
Ella no entendía demasiado, pero le hizo caso.
_ ¡Vamos, la aventura nos espera! Tomó unas hebritas de lana con el pico y el largo tejido quedó tenso. Detrás, la niña en monopatín esperaba el despegue. Las dos hojas de la ventana se abrieron solas, un enérgico viento entró en el cuarto, como el trineo de papá Noel salieron por el balcón y surcaron el cielo.
¡Era increíble! ¡Pura magia!
De pronto comenzaron a bajar. Carretearon unos cuantos metros por un camino de tierra.
El polvo le enturbió los cristales. Cuando al fin pararon la marcha, Aroa, se quitó el casco, se limpió los anteojos y solo pudo ver un paisaje plano, interrumpido por rocas de diferentes tamaños.
Muun volò a su alrededor y dijo_ Acabamos de aterrizar en la prehistoria.
_ ¿En la prehistoria?!!!Gritó, llevándose las manos a la cara y agrandando exageradamente los ojos. Y sin abandonar su estado de sorpresa, señaló hacia adelante_ ¿Y eso?
Una tropilla de caballos salvajes cruzó frente a ellos. Todos eran oscuros menos el último que era azul y rojo.
_ ¿Un caballo de colores casi igual a los míos ?¡Qué raro !, dijo Muun.
_ ¿Raro? habló Aroa. Sos un colibrí que habla. Viajamos a la prehistoria en monopatín, ¿y te parece raro un caballo de verdad con los colores de uno de carrusel?, y se sentó en la tierra riendo a carcajadas, mientras unas alitas la despeinaban.
El caballo se les acercó y movió la cabeza como indicando un lugar.
Escondieron sus cosas detrás de una gran piedra y lo siguieron.
Llegaron a una cueva, y lo que vieron fue maravilloso.
Un niño sostenía una antorcha y el fuego iluminaba a una mujer que pintaba la caverna. Los dos llevaban pieles como vestimenta y ella entre ese único abrigo, sostenía envuelto a un bebé. Estaba en cuclillas, con una mano apoyada sobre la tierra y la otra alzada no dejaba de imprimir color sobre la roca. También había figuras de animales y hombres con arcos y flechas persiguiéndolos. En el suelo había mas fuego y a su alrededor, piedras con hojas y distintas hierbas, de donde salían los pigmentos que la mujer utilizaba.
_ ¿Ves? le dijo muy bajito, Muun a Aroa. Este es el principio. Esa mamá, está dejando arte en la roca para que todos, millones de años después sepamos como vivían.
Aquello era real y estaba sucediendo frente a sus ojos. ¡Era hermoso y tan mágico!
Salieron sin ser vistos y regresaron a buscar el monopatín.
Cuando estaban preparados para partir, el caballo se acercó, dobló sus patas delanteras y se dejó acariciar.
Nubes en distintos azules y rojos los envolvieron, la bufanda se tensó y el monopatín tomó vuelo.
El jazmín, los geranios y la santa Rita del balcón se abrieron como un gran portal para dejar paso al vehículo fantástico y sus viajantes.
Ya estaban en casa.
_Este será nuestro secreto, Aroa. No podès contar nada de todo lo que acabamos de vivir. Lo vamos a guardar para siempre en nuestros corazones.
Tenes que cuidar el fuego. Nunca lo olvides. Las llamas que vimos en la caverna son las que le dan calor a tus emociones y sentimientos y luz a tus sueños.
Voló hasta la naricita de la nena y con su pico le hizo cosquillas. Así sellaron el pacto.
Y se fue en forma urgente. Debía llegar a Kantunil antes que la luna lo hiciera.
En su dormitorio, la niña buscó todo el material y se pusò a dibujar y a pintar. Estaba tan iluminada como la noche de la isla de los colibríes.
CAPÌTULO 7
Desde ese fantástico día, Aroa, siempre sonrió.
En clase escribía oraciones simples, “sin gracia ni música”, así las describía ella. Y solo dibujaba monigotes rectos pintados con colores primarios que llegaban con exactitud hasta el límite. Eso le gustaba a su maestra, entonces todos estaban en paz.
Era la manera de evitar atrapar a la princesa en la torre de un castillo y así no habría dragón que la aterrorizara.
En los recreos, las baldosas del patio de la escuela le servían de lienzo y con tizas de colores daba rienda suelta a toda su imaginación. Sus obras eran preciosas, claro que duraban solo pocos minutos. Cuando veía que Canek se acercaba, llamaba a sus compañeros y saltaban sobre ellas entonces un polvillo de colores se elevaba en el aire y todos reían.
Muun participaba, tomaba esas partículas con las alas y luego, traviesamente sobrevolaba a la seño, dejando sobre su negra cabellera remolinos de color.
En la casa pintaba utilizando decenas de colores, mientras en el balcón, su pequeño amigo danzaba sobre las flores y saboreaba sus dulces favoritos.
Y al atardecer se despedían y retomaba el vuelo al nido, donde lo esperaba Izamal, para mimarlo un poco hasta que se quedaba dormido.
Muchas veces, se reunía con Nahil, para hablar de los progresos de Aroa. El patriarca estaba orgulloso, Muun sabía hacer muy bien su trabajo, era un excelente mensajero de buenos deseos.
En uno de sus vuelos entre la isla y el territorio, se detuvo a refrescarse en la fuente de un jardín, desde allí vio una ventana abierta se acercó y sobre la pared blanca, vio un cuadro con la pintura de unos caballos oscuros y en primer plano otro con espléndidos colores azules y rojos. Era el mismo que los había acompañado en la gran aventura de las cavernas.
Escuchó voces y reconoció al hombre. Lo recordó, absorto, observándolo esa mañana muy temprano en el jardín de las ceremonias. Él había tomado sus buenos pensamientos y ahora lo encontraba allí. También había una mujer y juntos pintaban un lienzo que poco a poco fue tomando la forma de un rostro femenino. Esa pintura era muy bella y pudo ver reflejado sus colores en ella. Entonces se sumergió en ella como lo hacia siempre en los cuadros de la casa azul y luego hizo su danza acrobática sobre la pareja que no podía creer lo que estaba viendo y susurró en el oído del hombre_ Tus buenos pensamientos te trajeron hasta aquí. Estas son las puertas que se estaban abriendo aquella mañana.
Y rápidamente se marchó para llegar a tiempo a su cita.
El timbre de la escuela estaba por sonar. Otro día de clases comenzaba.
CAPÌTULO 8
Los vuelos del archipiélago al balcón y del balcón al archipiélago, nunca se interrumpieron.
Aroa, dejó de ser una niña.
Por sus méritos Muun, ya es parte del consejo de sabios.
La escuela hace mucho tiempo quedó atrás.
Y en este momento alguien entra en una oscura habitación de la residencia de abuelos.
_Canek, toca la dosis diaria de Dulzor 100mg., dice la enfermera.
_ ¡Otra pastillita más! refunfuña la mujer, que está en el sillón.
_No protestes, que la necesitas, al igual que la Simpactic 500, el Optimismo efervescente, la Empactik 1000 y las cucharadas de Alegrol.
_ ¡Si, hace años que lo sè! gruñó.
Sobre la mesita de luz está el periódico. En la portada hay una gran foto con un titular que dice Aroa, la gran artista plástica, presenta su obra.
La señala y dice, _La conozco.
_ ¿En serio ?, es brillante! una gran artista y además es amorosa.
_ Fue mi alumna. Yo siempre apoyé su creatividad y la impulsé a pintar.
_ Si, seguro, dice sin ganas, la mujer que la conoce hace años y por eso intuye que lo que escucha no es verdad.
Hasta mañana Canek. Se va cerrando la puerta y la penumbra, fría y solitaria se adueña del cuarto.
En otro lugar de la ciudad, las luces de la galería de arte iluminan la manzana. Se inaugura la exposición. Los muros están engalanados con las magníficas obras de arte. Cuando Aroa entra en el salón, el público aplaude entusiasmado. Atiende a todos con amabilidad y simpatía. El mundo reconoce su trabajo.
Se mezcla entre la gente que recorre la muestra. Mientras admiran óleos, acuarelas y acrílicos, sin que se den cuenta, ella se va alejando.
Cambia su calzado por unas cómodas zapatillas. Desde una gran foto la exitosa artista con un colibrí sobrevolándola dan la bienvenida. La imagen descansa sobre un atril y ahora, debajo, queda un par de tacones.
Guarda su elaborado peinado bajo el casco. Y en la puerta no la espera una carroza sino un monopatín.
La bufanda sigue siendo abrigo de sentimientos. Muun, le susurra al oído, _soy el guardián del tiempo, hoy la luna tardará en llegar a Kantunil. ¿Preparada para la aventura?
_ ¡Claro que sí, como siempre amiguito!
Levantan vuelo y van encendiendo estrellas una a una.
La ruta es la misma. Hacen el camino del corazón, donde nunca dejarán de tener sueños en color.
FIN




2 comments
Dear @misuro , first of all I want to thank you for sharing your project with our community. I know that a lot of courage is required, in addition to having meant a great job.
Your story has a lot of magic and fantasy, and I'm glad to see that you've managed to give it that cohesion we were talking about, which has allowed you to present your ideas clearly.
The idea that Muun, the fantastic hummingbird, has the mission that Aroa does not give up on her dreams is really good, since it allows you to transmit ideas of perseverance, improvement and in general of optimism. In short, dear Miriam, you have completed the objectives of the course! You have managed to start a story, shaping your characters, chapter after chapter, without betraying their personalities at any time, and finally you have managed to give it a proper closure.
And now let's go to the points that I advise you to work on.
Let's try to take care of the use of diminutives. Many times we think that, because it is a story for children, diminutives must be abundant. As I see it, we can do without diminutives without doing without the emotion you want to convey.
Example: "She comes out, shakes her little body and thousands of water droplets jump between the flowers. Then she eats one of the extra mini candies that she loves and flies back to the nest."
Example without diminutives: "He comes out. He shakes the water off his plumage, bathing the flowers around him. Then he rushes over one of the tiny candies he likes so much, finally turning around and flying back towards the nest".
Diminutives have their place and their time. Using them repeatedly can sweeten a story too much, especially one like yours, which in itself already has large doses of tenderness.
Pay attention to metaphors. Let's always try to remember our target audience. There are many things that, as poetic as they sound, and as much as they may seem from our point of view to enrich our story, could ultimately confuse the reader.
Example: The sea got entangled in its own waves and like a greedy child pounced on a portion of the destroyed cake. Nobody had invited him to the party, so he retired to a nicer place. Once there, he enjoyed the sweet and rested…
The previous paragraph could take our reader out of the picture. The use of metaphors enrich the stories, but they must be concise and very clear, especially when it comes to a child audience. This is repeated on some occasions, and can distract and confuse the reader.
Another example: In class she wrote simple sentences, “without grace or music”, that's how she described them. And he only drew straight stick figures painted with primary colors that went exactly to the limit. Her teacher liked that, so everyone was at peace. It was the way to avoid trapping the princess in a castle tower so there would be no dragon to terrify her.
The last sentence talks about princesses and dragons, when the story has nothing to do with princesses and dragons. I know that from your point of view, the metaphor is clear, but a child will immediately be taken out of context. The symbolism behind a princess and a dragon is huge, and by mentioning them out of the blue, whether you like it or not, you are momentarily taking the reader out of YOUR story and transporting them to another place.
Let's take care to create absolutely evil characters. Canek's case is important, since, by making a teacher this evil, you would be stealing realism from your story.
Example: Upon reaching the sheet that had the drawing. The breath of fire was much more intense. _ But what is this? !!!The echo sounded in every corner of the school.
_It's my painting!!!
-Ha, ha, ha, is this a painting? Noooo!!! This is a big stain!!!
I understand that it is necessary for the story that Aroa is damaged after the interaction with her teacher. But sometimes less is better than more.
Example: Upon reaching the sheet with the drawing, the teacher stopped with a gesture.
-What is that supposed to be?
Aroa watched her.
-My painting, teacher.
Pursing her lips to keep from laughing, the teacher turned on her heel and continued pacing the class.
Aroa understood at that moment that there are silences that hurt more than a thousand words.
In my opinion, a "flesh and blood" teacher would be more useful.
As for the penultimate chapter, there is a paragraph (the last) that I have a hard time understanding.
--> He heard voices and recognized the man. He remembered him, absorbed, watching him very early that morning in the ceremonial garden. He had taken her good thoughts and now found him there. There was also a woman and together they painted a canvas that gradually took the shape of a female face. That painting was very beautiful and he could see his colors reflected in it. Then he immersed himself in her as he always did in the paintings of the blue house and then he did his acrobatic dance on the couple who could not believe what he was seeing and whispered in the man's ear- Your good thoughts brought you here. These are the doors that were opening that morning.
Maybe you can clear it up for me.
My advice for your last chapter would be to not mention Canek anymore. The bit where he appears at the grandparents' residence can become very cliché, plus it drastically changes the tone of your story (which has been very sweet so far) and suddenly, at this point, it transforms into a luck of revenge The villain of the story doesn't always have to get what he deserves. Sometimes it is better to leave them in oblivion, especially when it comes to a rather secondary character. I would advise you to dedicate your last chapter to Muun and Aroa.
I hope my comments are of some use to you. I do them with great affection, hoping that they will contribute something to your future writings.
It has been a real pleasure having you in my course, dear Miriam.
a strong hug,
Olney
@olneygoin Dear Olney, what a pleasure to receive your corrections.
I really think it was daring on my part to publish my project. It was missing a lot, as to make it moderately acceptable. But in short, that was what "a project" was about, which I must go on polishing and correcting.
You learn from mistakes and that's what I'm doing.
I am very self-demanding, and I do not excuse my mistakes, which sound like horrors to me. For example, I have it more than clear about diminutives, and I don't understand how I ended up abusing them.
Metaphors have been with me since I was little and I find it hard to let go of them. I have to exercise a lot to not fall into the same thing again.
As for Canek, I totally agree. His wickedness was excessive. I'm going to soften her expressions and leave her in the schoolyard with that colored powder that Muun at full speed drops on her black hair.
And regarding that paragraph that you could not understand, I understood that it should not be there since something unintelligible is poorly constructed or lacking in coherence.
Anyway, I rewrite it as if to make it more clear.
Start at CHAPTER 1
It is very early, so he decides to go through the garden of ceremonies. It comes at the precise moment a woman starts one. Fly to his back. The flowers are so beautiful that he hangs over them.
Someone looks at him very surprised. He had never seen such beauty before and wondered what door is this that is opening? What beautiful thing awaits me behind it? And then, Muun fulfills his mission, flies over the man, takes those thoughts and at full speed continues his journey.
And then I pick it up in CHAPTER 7
On one of his flights between the island and the territory, he stopped to cool off at a garden fountain, from there he saw an open window, he approached and on the white wall, he saw a picture with the painting of some dark horses and in the first place plane another with splendid blue and red colors. It was the same one who had accompanied them on the great adventure of the caves.
He heard voices and recognized the man.
He remembered him, absorbed, watching him that very early morning in the ceremonial garden. He had taken her good thoughts and now found him there. There was also a woman and together they painted a canvas that gradually took the shape of a female face. That painting was very beautiful and he could see its colors reflected. Then he immersed himself in it, mistaking his feathers for the acrylic. He came out quickly, did his acrobatic dance on the couple who couldn't believe what he was seeing and whispered in the man's ear_ Your good thoughts brought you here. These are the doors that were opening. You knew how to see what was behind. Painting makes you happy and your works have the magic of making people happy.
Accepting each of your suggestions, I will put them into practice. I have more adventures planned for Muun and Aroa, so I'll keep writing.
I loved the course. With my limitations, I wrote for the first time a children's novel, short, simple, full of errors, but I did it and that is no small thing for me.
I thank you very much for your kindness and generosity. It was very pleasant to study under your supervision.
A hug
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