Beatriz Llamas Fernández

Nací en Valencia, España, en un día de tormenta veraniega.

En los viajes de mi infancia, ya fuera recorrer el país o al parque de la vuelta de la esquina, mi padre iba siempre con su cámara rusa a cuestas para hacernos fotos mientras jugábamos. Me fascinaba tanto esa máquina que pronto me regalaron una compacta, con la que robaba retratos desde la ventana de mi habitación.

Mientras contaba los años para poder coger la rusa y aprender a usarla dedicaba las horas muertas a dibujar, afición que dejé de lado en la adolescencia.

Hubo momentos que me alejé de la pasión de captar imágenes, pero un día entró en casa una cámara digital y volví a engancharme a congelar todo lo que pasaba a mi al rededor.

Intento no dejar de aprender nunca y busco la inspiración hasta en los rincones más insospechados.