Historia del dibujo anatómico: cómo las ilustraciones revolucionaron la ciencia
Descubre el vínculo entre la ciencia y el arte que esconde el dibujo anatómico
Tenemos 100.000 kilómetros de vasos sanguíneos, 206 huesos y 600 músculos. Y aunque parezca imposible 
el arte los ha retratado a todos con trazos tan precisos como el corte de un bisturí.
Desde hace siglos, los artistas han plasmado una imagen más fiel del ser humano gracias al dibujo anatómico.
Pero sus carboncillos no solo revolucionaron la pintura, sino también la medicina. Descubre en este vídeo la historia del dibujo anatómico y cómo la unión de arte y ciencia ha permitido explicar mejor cómo somos. ¡No te lo pierdas!
1. Los inicios
A lo largo de la historia, el ser humano ha representado su figura en multitud de soportes y con mayor o menor fortuna. Desde las cuevas hasta las pirámides, pasando por los mosaicos, frescos y manuscritos medievales. Aunque muchos de estos primeros dibujos de la anatomía humana se han perdido, sí que conservamos varios ejemplos de tratados anatómicos medievales.
Un ejemplo es la Anatomía de Manṣūr, un atlas del cuerpo con algunas de las ilustraciones anatómicas islámicas
más antiguas que se conservan. 

O el Fasciculus Medicinae, aún de estilo medieval, donde encontramos diagramas como el Hombre Herido. Esta representación, que se fue repitiendo en numerosos tratados de la época, ejemplificaba todas las posibles heridas y enfermedades que podían afectar al hombre medio en su día a día.

2. El Renacimiento y el dibujo anatómico
Pero poco importaba que un dibujo fuera bello si no representaba de una forma realista al ser humano. Por eso, los dibujos anatómicos se volvieron imprescindibles para los artistas que querían refinar su estilo. Esto provocó que en el Renacimiento, época donde se volvió la mirada al ser humano y se puso al hombre como centro, muchos de estos artistas fueran también anatomistas.
Además de ayudar a los artistas a representar de forma más fiel al ser humano, los dibujos anatómicos también ayudaron a los médicos, ya que lo aprendido a través de la observación se empezó a difundir a través de las ilustraciones.

Pero si hay un artista y anatomista destacado ese es Leonardo Da Vinci. En 1510 trabajó mano a mano con el maestro de la disección Marcantonio della Torre que le permitió el acceso a la sala de autopsias. Durante dos años, ilustró prácticamente cada hueso del cuerpo humano y los principales grupos musculares. El resultado es el Manuscrito anatómico A, un tratado de anatomía que cuenta con imágenes asombrosas como esta de un feto dentro del útero materno.

Otro nombre esencial del Renacimiento fue Andrea Vesalio, autor de De humani corporis fabrica, un manual de anatomía con imágenes ilustradas por él y por Jan Stephan van Calcar. A diferencia de otras ilustraciones anatómicas, las figuras no aparecían como trozos de carne sin vida, sino que se mostraban en movimiento y posaban como estatuas clásicas en paisajes bucólicos.

Durante los siguientes años, el interés por nuestro cuerpo y la colaboración entre artistas y anatomistas permitió la creación de bellos dibujos anatómicos.

Otros eran muy curiosos, como las hojas anatómicas sueltas, ilustraciones con un sistema de pestañas que mostraban el interior de los órganos. E incluso se dibujaron algunos tan macabros como estos cuerpos sosteniendo su propia piel.
En los siglos XVII y XVIII el estudio anatómico avanza por todo el mundo gracias a un mayor conocimiento médico. Con ejemplos por todo el mundo como The Blue Beryl, un tratado de medicina tibetana con 79 tangkas o pinturas que nos hablan de la práctica médica tradicional.
3. Dibujo anatómico creativo
Pero no solo era ciencia pura, el dibujo anatómico continuó siendo un campo donde los artistas ejercitaban su creatividad, con licencias artísticas como las de la Osteographia or the Anatomy of Bones, de William Cheselden, donde los esqueletos posaban para los lectores.

Se añadieron fondos de paisaje a las ilustraciones e incluso animales famosos de la época, como Clara, un rinoceronte exhibido como atracción de feria por Europa y que aparece en este dibujo anatómico de Jan Wandelaar.
Las ilustraciones también servían para comprobar cómo el canon estético variaba de un territorio a otro. O si no, observa este dibujo anatómico del periodo Edo de Japón, tan diferente a los cuerpos que se dibujaban en Occidente.

Con la popularización del coloreado en los siguientes siglos, las ilustraciones ganaron una mayor profundidad. El arte del dibujo anatómico fue avanzando con los años hasta llegar a hoy, donde niños médicos, artistas y curiosos siguen sirviéndose de él como una forma de conocimiento, arte y aprendizaje.

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1 comentario
Muchísimas gracias por entregarnos este material tan interesante.