¿Qué es el diseño de espacios efímeros y cuáles son sus funciones?
Descubre el rol del diseño efímero a lo largo de la historia, las construcciones más famosas y su aplicación actual
El requisito básico de la arquitectura ha sido y sigue siendo hacer obras que duren. En algunas ocasiones, sin embargo, los arquitectos pueden seguir la premisa totalmente opuesta y crear construcciones destinadas a desaparecer en un determinado tiempo.
Se dice que actualmente vivimos en una sociedad efímera que no crea cosas para que duren. Esto, según el diseñador efímero Luca Hugo Brucculeri (@lucahugobrucculeri), no tiene por qué, necesariamente, ser algo malo porque lo efímero de un diseño puede traer audacia e innovación. De hecho, muchos de los monumentos que más admiramos en la actualidad fueron creados con las premisa de ser efímeros y luego, a fuerza de belleza, rupturismo y relevancia cultural, terminaron quedándose en nuestros paisajes.
Te contamos en qué consiste el diseño efímero,cuales son sus proyectos más famosos y cuál es su aplicación actual.

Características de los espacios efímeros
De acuerdo al experto, estas son las principales características de los espacios efímeros:
- Están diseñados para ser temporales, por esta razón, sus materiales son baratos y desmontables.
- Transmiten magnitud y espectacularidad.
- Ofrecen innovación.
- Su condición temporal les permite ganar audacia.
- Tienen potencial para obtener relevancia cultural y popularidad.
- Cuando esto sucede, dejan de ser efímeros y se convierten en permanentes.

El origen del diseño efímero
Desde sus orígenes, las construcciones de diseños efímeros nacieron con la consigna de planearse para celebraciones y festejos de acontecimientos excepcionales y, por esa razón, cargan de simbolismo y espectacularidad el espacio que se les designa.
Este tipo de diseño empezó con los egipcios. El Ptelomeo II es un antiguo texto que describe el proyecto de crear un fugaz pabellón para un espectacular banquete. Más tarde, en la Antigua Roma se continuó con una tradición parecida donde la construcción efímera servía para organizar ceremonias públicas y celebraciones de victorias militares. Por ese motivo se levantaban arcos del triunfo que acompañaban cada victoria obtenida.
En la Edad Media también se llevó adelante esta tradición de levantar arcos solo que con la finalidad de recibir a los monarcas que llegaban de visita a las principales ciudades europeas.

El primer apogeo del diseño efímero
Durante el Renacimiento la arquitectura efímera transitó por uno de sus mejores momentos cuando cada vez que los reyes llegaban a nuevas ciudades, éstas vivían una intervención completa. Era usual que, por entonces, se construyan fachadas muy altas en madero, yeso, ladrillo y adobe y que éstas fueran cubiertas por esculturas y flores. Por entonces, todo se orientaba a lograr un aspecto de gran riqueza y color y para lograrlo en las fachadas de los edificios se colgaban tejidos suntuosos, telas de colores y brocados.
Con el paso del tiempo las instalaciones efímeras fueron perdiendo la solemnidad militar para dar lugar a una derivación un poco más religiosa que se potenció, sobre todo, durante el periodo barroco. En este período los arcos ya no solo celebraban la llegada de los reyes sino la proclamación de los nuevos soberanos, las boda de los monarcas y los nacimientos de los príncipes. La inauguración de templos y capillas y otras ceremonias religiosas también era celebradas de esta manera.
Debido a la transitoriedad y fugacidad del momento, los materiales que se seleccionaban eran de bajo coste. Los materiales y fachadas que se superponían con las construcciones convencionales traían mucha algarabía a las ciudades de la época.
Quien dirigía estas construcciones era casi siempre un arquitecto que destacaba en la corte. Uno de los más conocidos fue Gian Lorenzo Bernini que no solo fue arquitecto, escultor y pintor, sino también escenógrafo.
No solo se creaban proyectos para los espacios públicos. A veces, un importante arquitecto podía ser el encargado de decorar un banquete de tan sólo una noche. A ellos se les encargaban centros de mesa con esculturas, palmeras y flores para dar espectacularidad a una comida e impresionar al invitado.

El segundo esplendor del diseño efímero
Durante la primera década del siglo XX surgió una segunda edad dorada de la disciplina. La industrialización y el ascenso de la burguesía junto al progreso científico y técnico proporcionó, nuevamente, un escenario idóneo para este tipo de manifestaciones espectaculares.
El auge de la comunicación, la proliferación de diarios y revistas, la invención de la fotografía, y más tarde la del cine permitirá, por primera vez, una gran difusión de este tipo de proyectos más allá de sus ciudades locales. El pretexto de su construcción ya no era, de manera exclusiva, recibir a un monarca o una fiesta religiosa sino que ganar relevancia, incluso comercial.

Arte no tan efímero
Las exposiciones universales, que empezaron en 1800, fueron una excusa perfecta para que arquitectos e ingenieros pudieran expresarse. Se trataba de acontecimientos concebidos como un gran escaparate público para dar a conocer los adelantos de la industria, el comercio y las artes. Gracias a ellas, se realizaron
algunos de los espacios efímeros más conocidos y simbólicos, como el Crystal Palace construido en 1851 en Londres, obra del arquitecto Joseph Paxton. Esta construcción comenzó siendo algo temporal y terminó convertida en el símbolo mismo de la arquitectura de la Revolución Industrial porque se usaron materiales innovadores de la época de una manera inusual.
Para la Exposición Universal de París en 1889 se construyó la Torre Eiffel. Como todas las construcciones efímeras, la intención era la de deslumbrar primero pero desmontarla una vez terminara el evento. La gran aceptación que tuvo el diseño salvó la estructura a pesar de que muchos de sus detractores querían que desapareciera ya que su material y forma les parecía demasiado rupturista.

El uso actual del diseño efímero
Actualmente, el arte del diseño efímero puede ser encontrado también en espacios pequeños. Los diseñadores efímeros aplican sus ideas mayormente a:
- Escaparates
- Escenografías
- Experiencias sensoriales
- Instalaciones artísticas o comerciales
Un ejemplo de esto es el trabajo de esculturas de papel que lleva adelante la artista británica Lisa Lloyd.
A la hora de hacer su trabajo, los diseñadores saben que sus obras efímeras han de cumplir ciertas funciones como:
- Entender la necesidad de un cliente.
- Reflejar sus valores.
- Contar una historia.
- Despertar emociones.

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