Nuria Mora transforma la ciudad en una jungla de color
La delicada vegetación y el color toman las ciudades de la mano de esta artista urbana afincada en el corazón de Madrid.
El trabajo de Nuria Mora se mueve en esa fina línea que separa el arte urbano, el que se encuentra en las calles, tramado con nocturnidad en el filo de la legalidad; y el arte que sale en los periódicos, que goza de aceptación universal, aunque muchos todavía miren escépticos y abracen las técnicas clásicas como las únicas merecedoras de colgar de las paredes de los grandes museos. El trabajo de Nuria Mora es belleza, es feminidad y es delicadeza, independientemente de donde tengamos la fortuna de encontrarlo.

Podría decirse que no hay nada más primitivo que la utilización de las formas geométricas, los colores primarios y la imitación de las figuras vegetales que nos regala la naturaleza; que es, en resumen, en lo que se basa el trabajo de Nuria. Sin embargo, sus murales, esculturas e instalaciones destilan contemporaneidad se miren por donde se miren y lejos de mimetizarse con el hábitat en el que la artista los coloca con suma dedicación, provocan una extraña atracción de las pupilas de los viandantes hacia sus colores brillantes y llamativos.

Nuria Mora es creativa y polivalente, capaz de mancharse las manos hasta los codos y de subirse al edificio más alto con tal de mostrar su visión de la belleza. Aunque su trabajo ha sido expuesto en circuitos internacionales como la Tate Modern de Londres, ARCO, La Fundació Miró en Barcelona, Niro Arts Foundation Johanesburgo, etc. su medio natural es el entorno urbano. Y es que no hay más que echar un vistazo a su arsenal de trabajo para darse cuenta de que el potencial de Nuria Mora es infinito.





















Nuria Mora explora la ciudad en busca de inspiración, lienzos y técnicas que colmen su sed de belleza.
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