Pepe Gimeno: 'Al hilo del pensamiento'. Entrevista
Hablamos con el diseñador gráfico y artista plástico español Pepe Gimeno sobre la inauguración de su nueva exposición.
La impronta que Pepe Gimeno (@pepegimeno) ha dejado y continua dejando en el panorama de las artes visuales es incalculable. Sus trabajos en el campo del diseño gráfico y la tipografía han sido galardonados con diversos premios de índole nacional e internacional y es miembro de varias organizaciones relacionadas con la divulgación del diseño y su profesión. Pero el Pepe Gimeno ilustrador convive con una versión más artística, en la que da rienda suelta a un acercamiento más experimental de su innata capacidad de comunicación visual.
Proyectos como Diario de un Náufrago, The green bag o Grafía Callada (que han encontrado su lugar en el Instituto Valenciano de Arte Moderno, IVAM y en la sede neoyorquina del Type Directors Club, por ejemplo), dan paso a Al hilo del pensamiento, la exposición que Pepe Gimeno inaugura el 4 de mayo en Valencia. Hemos hablado con él para que nos cuente en qué consiste su último proyecto artístico:
¿Qué vamos a encontrar en esta exposición?
El título de la exposición es “Al hilo del pensamiento”. En ella presento una colección de obras compuesta por siete pinturas de gran formato, un buen número de dibujos sobre papel y siete esculturas.
Los dibujos están realizados en 2010. Son dibujos en blanco y negro, realizados con pincel de forma automática. Me interesaba el gesto que dictaba mi inconsciente sobre el papel. Son dibujos muy rápidos en los que el resultado siempre me sorprendía. Unas veces conseguía imágenes claramente figurativas y otras, estructuras abstractas difíciles de conseguir racionalmente. Lo que me interesó mucho del resultado, fueron las estructuras compositivas que obtenía.
Las esculturas las realicé el verano pasado, en 2016. Son obras realizadas con materiales de desecho, en los que no intervengo para nada en su morfología. No actúo sobre ellos, no los pinto, no los modifico; solo los estructuro y los ordeno. Lo que busco es integrar las formas en un todo, en una unidad para que se relacionen y establezcan un diálogo fluido. En estas esculturas hay un gran interés por la composición. Son estructuras narrativas que cuentan historias, que plantean conflictos y que describen situaciones y vivencias.
Completan la exposición las siete pinturas de gran formato que he realizado este mismo año.
Es la primera vez que me he planteado trabajar a partir de las estructuras que conforman mis esculturas y me preguntaba si podría trasladar los conceptos de esas estructuras tridimensionales, a dos dimensiones.
Quería, apoyándome en la experiencia gestual desarrollada en años anteriores, recoger en un plano la expresión que me transmitían mis esculturas; recrear el diálogo que plantean y la emoción que me producen, desde un nuevo punto de vista, desde una nueva mirada.
El conjunto de la exposición es una muestra del curioso círculo al que da lugar este proceso creativo. El gesto de mis dibujos automáticos me llevó a interesarme por las estructuras. Las estructuras narrativas de mis esculturas me llevaron a la búsqueda de la expresión, y el desarrollo de esa expresión, me devolvió de nuevo al gesto a través de la pintura.
¿Cómo has afrontado el paso de las tres dimensiones, con materiales más orgánicos (como lo que hemos visto en obras como Diario de un Náufrago, The Green Bag, o en 59 fragmentos) a la pintura?
Para mí, el paso de trabajar con materiales de desecho, a la pintura, no ha sido especialmente difícil. Como habrás podido ver, durante estos años, he continuado manteniendo una relación con la pintura paralela al trabajo con estos materiales.
También debes tener en cuenta que con el material de desecho mucha de la obra que he realizado ha sido collage, no solamente escultura. En esas obras he utilizado los materiales de desecho como manchas, como formas pictóricas de dos dimensiones. Además, mis obras casi siempre se sustentan sobre unas estructuras muy trabajadas, muy definidas y esto facilita muchísimo el cambio de soporte. El trasladar y traducir estructuras es mucho más sencillo que traducir otros recursos plásticos.
¿Cuál es el mayor handicap que encuentras a la hora de trabajar en gran formato? ¿y cuáles dirías que son sus puntos fuertes?
Es la primera vez que trabajo una colección en formatos tan grandes. No lo había hecho nunca.
Ha sido una reacción, la que me ha llevado a cambiar de escala. El trabajar con materiales de desecho me impone una serie de limitaciones de las que necesito salir de vez en cuando y ser yo quien elige su tamaño, su forma o su color.
La escala sobre la que hasta ahora he trabajado es mucho menor. En formato pequeño todo es más sencillo de manejar, más rápido, más inmediato. Preparar, componer, visualizar, modificar cualquier elemento en gran formato necesita de otro tempus, de otras circunstancias, te exige más reflexión.
Para mi la gran escala tiene dos ventajas. Una que posibilita al artista acomodar el gesto, el trazo, al tamaño de su brazo y de su cuerpo. Y la segunda, que permite al espectador sumergirse con facilidad dentro de la obra. Es más fácil sentirse inmerso dentro de una obra de gran formato que de una miniatura. La experiencia para el espectador es muy diferente en ambos casos.
Tus piezas son trabajos que evolucionan al tiempo que se van creando, ¿partes con una idea preconcebida del resultado final o te dejas guiar por tu instinto desde el primer momento?
En general nacen con un propósito global, responden a un concepto, a una intención. Muchas veces surgen de alguna pregunta para la que no tengo respuesta, son pura curiosidad por conocer un resultado o por vivir una experiencia concreta. En el caso de esta exposición los intereses se concatenan de tal manera que acaban formando un todo difícil de separar.
En general estoy muy abierto a los cambios en el desarrollo de la obras siempre que no implique un abandono de la intencionalidad primigenia. No me importa que dicha intencionalidad se reoriente y se enriquezca a lo largo del proceso. De hecho siempre me ha ocurrido que el proyecto ha ido ampliándose conceptualmente en su desarrollo.
El instinto enriquece mi racionalidad inicial. Me gusta trabajar a sentimiento pero con unos propósitos muy claros.
Tenemos entendido que realizas una maqueta de la galería donde vas a exponer tu obra y las piezas en miniatura, para saber cómo disponerlas en el espacio. Explícanos este proceso y las ventajas que te proporciona esta manera de estudiar lo que va a pasar en el espacio. ¿Muestras esa maqueta en la exposición o es un boceto de uso técnico y/o personal?
R. Dicho así suena muy pomposo, pero en realidad construyo unas cutre-maquetas que me ayudan enormemente a visualizar los espacios globalmente y a controlar el diálogo que establecen las distintas obras que comparten espacio con anterioridad al momento de tener la obra en la sala. Para mí, que trabajo siempre proyectos en global, es muy importante controlar el diálogo que establecen las piezas a lo largo de la muestra. De esta forma puedo corregir saltos o saturaciones narrativas. Este proceso de trabajo es un ejercicio que suelo hacer tanto en mis propias exposiciones, como en las que participo por encargo. Nunca he mostrado estas maqueta al público, para mi no tienen valor en sí, solo son una herramienta de trabajo. De toda formas cuando dejas caer la obra en el espacio expositivo es al momento de aprobar o reprobar lo que has podido apreciar en la maqueta. Siempre acabas haciendo ajustes al planteamiento inicial, aunque la maqueta te ayuda a abreviar el proceso de adaptación in situ.
A la hora de crear tus obras para una exposición ¿piensas en el espacio en el que vas a exponerlas o las exposiciones surgen del sentido completo de la obra una vez realizada?
Cuando trabajo una serie no siempre sé dónde va a ser expuesta. Naturalmente en ese caso no influye para nada el espacio donde más tarde se exhibirá. Pero, si sé con anterioridad el lugar donde se va a mostrar, sí que lo tengo en cuenta. Siempre es mejor saberlo, porque puedes hacer ajustes que ayuden a visualizarla mejor.
Es muy interesante cómo consigues que los materiales hablen en sentido literal, como en Grafía Callada; ¿cómo se te ocurrió transformar tus obras en melodías?
Es normal, como tu dices, que los materiales hablen en sentido literal en mis obras, porque ese es realmente mi propósito cuando las realizo.
Como he comentado antes, no intervengo para nada en la forma, ni en el color, ni en el tamaño de los materiales que utilizo. Mi propósito es crear un diálogo entre ellos a través de las estructuras y de la composición. Mi trabajo consiste en valorar su ubicación en el espacio compositivo y su relación de tamaño y color con el resto de elementos.
El músico no inventa las notas. Las notas existen, ya están inventadas. Todos los músicos disponen de las mismas notas para crear. Su trabajo consiste en coordinarlas y darles un determinado orden y un determinado tiempo. En eso se parece mucho mi trabajo al del músico. Yo no era consciente de esto hasta que varios músicos me comentaron el componente musical de mi obra.
De hecho, he realizado una video-partitura a partir de unas de mis piezas de Grafía Callada para ser interpretada por un coro. Es un proyecto que realicé en colaboración con la compositora Sonia Mejías y que interpretó El Coro del Delantal dirigido por la propia Sonia en Madrid.
¿Qué supone para ti afrontar el proceso de aprendizaje que supone montar los bastidores y todo el proceso en general?
En todos mis proyectos hay un componente muy importante de aprendizaje. Como siempre acabo metiéndome en campos que no domino, no tengo más remedio que estar en esta constante autoformación.
Cuando empecé a trabajar con los materiales de desecho, ya tuve que investigar y probar técnicas de cómo fijarlos, sobre qué soportes, cómo preparar estos materiales y cómo proteger las obras.
Más tarde, cuando comencé a trabajar la escultura, también fue un cambio muy radical. De repente necesitaba en el estudio una cantidad de herramientas y útiles que nunca había tenido y que no sabía manejar. No sabía hacer moldes, nunca había trabajado con cemento, ni tan siquiera sabía manejar bien el taladro. Y ahora me ocurre lo mismo con el cambio a la pintura de gran formato. Tengo que cambiar radicalmente de soportes, materiales y herramientas.
Estos cambios y experiencias forman parte del enriquecimiento personal. A veces resulta un poco duro salir de la zona de confort, pero es una actitud muy aconsejable.
¿Cómo conviven el Pepe Gimeno diseñador y el Pepe Gimeno artista?
Creo que las dos facetas en las que se centra mi trabajo son complementarias y enriquecedoras. Para mí, actúan como vasos comunicantes, las experiencias en una de las facetas acaban enriqueciendo a la otra, y viceversa. En ambos casos estoy trabajando el mismo lenguaje. Lo que cambia en ambos casos radicalmente es la intencionalidad del proyecto. Al Pepe Gimeno diseñador le marcan unos objetivos concretos a que los que debe llegar y al Pepe Gimeno artista plástico se los marca él.
Eso permite que en la faceta de artista plástico desarrolle todos los proyectos que como diseñador nunca nadie me va a encargar. Esto para mí es lo mejor de trabajar con esta duplicidad.
Otra de las ventajas de esta duplicidad es que una de las dos actividades mantiene y subvenciona a la otra. En mi caso, y en el de otros muchos, es el trabajo de diseño el que me permite desarrollar con tranquilidad y sin agobios económicos estos proyectos experimentales.
Lo más difícil de conseguir en el día a día es que una de las dos actividades no acabe anulando a la otra. Ese equilibrio es complicado de mantener en una profesión tan competitiva y exigente como es el diseño.
Pepe Gimeno imparte en Domestika el curso Las leyes de la percepción visual: unidad, peso, equilibrio y movimiento en el que desgrana los secretos mejor guardados de la percepción visual, enseñando a sus alumnos a crear composiciones equilibradas y con mucho movimiento.
Su exposición, Al hilo del pensamiento, puede visitarse en la Galería Mr.Pink (C/Guillén de Castro, 110. Valencia) hasta el próximo 15 de junio.
3 comentarios
microbians
Staff Plus¡Genio!
baptistepons
Grandérrimo
puntosdg
Increíbles trabajos! Y vincular ambas disciplinas d este modo, es maravilloso.