Tutorial Bordado: cómo crear un aplique

Aprende los tips clave para convertir tus bordados en aplique con Amarpo, el sello artístico de diseño textil de Ana María Restrepo

Si te gusta bordar, deberías considerar la posibilidad de convertir tus creaciones en apliques. Gracias a este proceso, tus obras bordadas tendrán muchos más usos y podrán ser trasladadas a todo tipo de superficies y prendas.

Ana María Restrepo, (@anamaria_10), la mente detrás del sello de diseño textil Amarpo, comparte en este tutorial las técnicas y consejos necesarios para ampliar las posibilidades de nuestras piezas bordadas. Puedes ver el tutorial aquí:

5 pasos para crear un aplique bordado

1. Comprueba y fija tu bordado

Cuando tengamos preparado el bordado que queremos convertir en aplique, revisaremos su parte posterior para comprobar que no haya nudos deshechos o hebras sueltas. Si encontramos partes que no están aseguradas, utilizaremos un pegamento específico para textil como Fray Check para fijarlas y evitar así que se muevan. Haciendo esto, nos aseguraremos de que nuestro bordado no se deshaga durante ninguna parte del proceso.

2. Recorta el aplique con cuidado

Con unas tijeras finas, y, de nuevo, específicas para tela, vamos a recortar nuestro diseño, tratando en todo momento de dejar aproximadamente 2mm de tela alrededor del bordado. De lo contrario, nos arriesgamos a cortar alguno de los nudos que forman nuestro diseño y a dañar así nuestra obra.

3. Pinta el borde de tu aplique

Una vez recortado el aplique, nos dispondremos a reducir, al menos visualmente, el margen que hemos dejado a su alrededor. Para ello, pintaremos poco a poco con marcadores de tela esos bordes de un color similar al de nuestro diseño.

De esta manera, evitaremos que ese borde sea perceptible aunque coloquemos nuestro aplique sobre una tela de diferente color. Este paso es muy necesario para que nuestro diseño quede limpio cuando lo traslademos a otra prenda.

4. Sella los extremos con un mechero

El siguiente paso será sellar nuestro diseño. Para ello, utilizaremos un mechero y, con mucho cuidado, empezaremos a quemar ligeramente los bordes del aplique. De esta manera, evitaremos que queden bordes deshilachados y conseguiremos un resultado final más limpio y estético. En el caso de que nuestro bordado esté hecho con hilo fino y muy sedoso, el hilo se derretirá cuando apliquemos el calor de la llama, así que presionaremos el borde con nuestro dedo inmediatamente para darle la forma que queremos.

Esta técnica también nos puede servir para eliminar hebras que se hayan soltado en nuestro aplique. Si vemos un hilo fuera de lugar, le acercaremos la llama para, de esta manera, derretirlo y sellar esa imperfección antes de que provoque problemas más visibles.

Recuerda que si nuestro diseño tiene piedras y dañamos uno de los hilos que las sujetan, podemos aplicar de nuevo más pegamento para que no se desprendan de nuestro bordado.

5. Haz las últimas comprobaciones

El último paso será comprobar que todas las partes de nuestro aplique sigan fijas y seguras. Para asegurarnos de ello, tocaremos con una uña todas las partes del bordado. Si ese contacto no provoca ningún desperfecto en nuestro diseño, querrá decir que todo está en su lugar y que el aplique está listo para ser trasladado a otra prenda.

Ahora que ya conoces la técnica, es el momento aplicarla con los diseños bordados a los cuales quieras dar múltiples usos.

Si te ha gustado este tutorial, recuerda que puedes aprender con Ana María a combinar técnicas de bordado y pintura sobre tela para crear piezas textiles únicas en su curso online ‘Diseño de moda: pintura y bordado sobre prendas’.

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