Guía de géneros editoriales para libros infantiles

Natalia Méndez disecciona el mundo editorial infantil con una clasificación de los principales géneros literarios para los más pequeños

A la hora de ilustrar o publicar un libro infantil, el género editorial es una manera de planificar el proyecto relacionada no solo con el contenido, sino también con el formato, el tipo de ilustración, la tipografía, entre otros elementos que se piensan desde la edición, para definir qué tipo de libro se quiere publicar.

Esto sirve para elegir libros o pensar hacía dónde llevar los proyectos. La variable principal es el aspecto editorial, no solo incluye el contenido, también añade cuestiones técnicas que tienen ver con el objeto en sí, con la forma del libro, la portada, el diseño, etc. que podrían parecer sutilezas, pero para el mercado editorial son cuestiones fundamentales.

Para conocer mejor esta variedad, Natalia Méndez (@natumendez), editora y escritora experta en editorial infantil, explica los principales géneros editoriales:

Libros para bebés o de primera infancia: son publicaciones que, en general, son de tamaño pequeño para poder ser manipulables por manos pequeñas de poca motricidad. Suelen tener páginas de cartón o de papel muy grueso para ser hojeadas sin problema, incluso llevárselas a la boca, morderlas o chuparlas.

Colecciones para escolar: son publicaciones diferentes a los libros de texto. Suelen ser las lecturas que se dan en clase de literatura y suelen ser definidas por el profesor. Normalmente económicos, escritos por autores contemporáneos y muchas veces no tienen ilustración a color en su interior. Siempre cuentan con indicaciones o sugerencias sobre qué edad se recomienda para su lector.

Libro-álbum: Son libros más lujosos, con tapa dura y de tamaño mayor. En ellos la ilustración predomina, ya que su narración se apoya bastante en las imágenes.

Ficción comercial: su formato puede parecerse a los escolares, pero no cuentan con indicaciones editoriales respecto a edad, esas pequeñas guías para los padres y docentes. Son novelas breves con mucha importancia en sus personajes para que los niños puedan volverse fanáticos y seguir comprando.

Novelas juveniles: son más comerciales porque seguramente no circulan en la escuela. Este tipo de libros ya apela a la compra espontánea en la librería, a la película o lo que esté de moda. Deben de tener portadas e imágenes que atraigan a los lectores directamente, sin destinatario múltiple.

Historietas: es, quizás, el mercado más creciente dentro de los géneros editoriales. Son publicaciones clásicas y contemporáneas de temas variados con total apoyo en la ilustración.

No ficción-educativo: No tienen relación necesaria con los contenidos escolares. No están pensados, ni diseñados a partir del plan de estudios y tampoco son de narrativa. Son libros que apelan a la curiosidad y al interés de los niños y los hay de tecnología, filosofía, historia, etc.

Libros de actividades: no son publicaciones narrativas y pueden clasificarse como libros de no ficción, pero se enfocan a promover diversas actividades, recetas, clases de dibujo y pueden contener stickers. En ellos, el trabajo de la imagen aporta mucho para resaltar el contenido.

Libros de ficción con apariencia de no ficción: incluyen información inventada, pero bajo un sentido informativo, tanto desde el punto de vista de la imagen y del diseño, como desde su contenido, está trabajado para tener un impacto ficcional. Este tipo de libros abren la puerta a jugar con los géneros.

Natalia Méndez imparte en Domestika, el curso 'Técnicas narrativas para libros infantiles', en él te da una visión general sobre el mundo editorial infantil, y te enseña los elementos y las estructuras narrativas para convertir tus ideas en grandes cuentos para niños.

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