El camino para establecer tu estudio independiente, por BASA

por Martín Julio Vazquez @martinjuliov

La creatividad y el trabajo duro han llevado al éxito a este estudio multidisciplinario mexicano

El éxito, la derrota, los logros y los fracasos son pilares en nuestra formación como profesionales, por eso conversamos con Diego Huacuja "Deachete", ilustrador y animador que dirige BASA desde 2010, un estudio de animación e ilustración ubicado en la Ciudad de México, con presencia internacional gracias a proyectos que abarcan desde festivales de música, arte para diversos eventos y videos musicales, hasta diseño de transmisiones para canales de TV como ESPN y Discovery Channel, y colaboraciones con organizaciones de derechos humanos con causa social.

Hablamos con Diego sobre el origen del estudio, los problemas que han tenido que afrontar para establecer una base de clientes y el aprendizaje que les supuso lograr la solidez como estudio independiente en el mundo de la ilustración, el diseño y la animación:

¿Quiénes conforman BASA y cómo fueron sus inicios en la ilustración, animación y diseño?

El estudio ha tenido varías etapas, Actualmente somos ocho personas: Jesús Vargas, Alberto Bala, Eduardo Moya, Melissa López Ley, Daniela Espinosa, Emilia Schettino, Alberto Corona y yo, Diego Huacuja, su amigo y servidor. Todo empezó con la idea de hacer ruido y buscar una identidad, hace 8 años. Antes, Humberto y yo trabajábamos en Televisa y desde ahí teníamos esas ganas de armarlo.

Ya tenía un par de años haciendo freelance, el último año, antes de salirme de ahí, me llegó un proyecto para Cinemex y fue el pretexto perfecto para trabajarlo como si fuéramos un estudio. Nos llamamos República e hicimos equipo con Gabriela Badillo. Después nos cambiamos el nombre, nos quedamos solo Humberto y yo, así nació BASA.

El camino para establecer tu estudio independiente, por BASA 3

¿De dónde nace el nombre BASA?

Hay dos versiones: la larga y la corta. BASA viene del latín Basis, que es la base de las columnas en la antigua Grecia. A partir de ahí fue un juego distorsionado de la palabra con el punto de ser la base de un "algo"; nuestra base, que en realidad es el diseño gráfico, la colocamos sobre lo que sostiene todo: nuestra guía, ideas, idear, basis, base, basa, etc.

La versión corta: basa es el nombre del pescado más barato que puedes pedir en el mercado. No es cierto, no significa nada, solo fue un nombre que se pudiera pronunciar aquí y fuera del país sin complicaciones.

¿Por qué decidieron enfocar el estudio a lo multidisciplinario?

Fue sin querer queriendo. Hoy en día todos mezclamos disciplinas en nuestro trabajo. El diseño te orilla a ser multidisciplinario por naturaleza, no por elección. Lo que podría decir es que la ilustración y el lado más artístico han marcado y definido lo multidisciplinario. Trabajar como ilustrador me ha ayudado a fortalecer y duplicar esa dinámica con los demás integrantes del equipo y ofrecerlo como estudio.

Al reunir varias técnicas, ¿fue complicado combinar todo para encontrar eso que los distingue? ¿Cómo definirían el estilo visual de BASA?

Me da gusto leer así la pregunta, donde se menciona ese "algo" que algo nos distingue. Estoy tan inmerso en el estudio que me cuesta trabajo autodefinir esto. Sin darle muchas vueltas, me quedo con la mejor descripción sobre el estudio que nos dijo de viva voz el creador de Ecofilm: Emmanuel Acha –sí, el cantante. ¡sí! el de la chica de humo–.

En una ocasión fuimos a verlo para intentar ganar un proyecto para realizar el cineminuto de Ecofilm. Llegamos a la junta, nos sentamos a esperar. Luego de un rato, Emmanuel llegó, se sentó, nos presentamos y le dimos play a nuestro reel. Al terminar prendieron las luces y con una cara un poco rara, nos dijo: "Está bien padre lo que tienen, pero... son muy... son muy oscuros, y Ecofilm no es oscuro, es vida, es luz, es naturaleza". Obviamente no ganamos el proyecto, pero nos encantó ser bautizados como oscuros por el mismísimo Emmanuel.

¿Actualmente, a qué tipo de proyectos está enfocado el estudio?

Hay un proyecto muy específico que he tratado de fortalecer actualmente, va más hacia la parte de estructura, de negocio, de visión y misión. Generar una consecuencia para poder definirnos cada día mas sin perder esa originalidad que nos haga seguir siendo competitivos dentro de la industria.

Hace 8 años, cuando comenzaron el proyecto, ¿cuál fue la estrategia que siguieron para establecerse? ¿cuál fue su planteamiento inicial: buscar clientes directamente o hacer proyectos más artísticos y personales?

Los inicios siempre son raros en todo. En el momento se vive increíble, porque fue esa libertad y motivación las que nos ayudaron a seguir creciendo profesionalmente. Al inicio hay que sobrevivir y aprender a volar. Sin embargo, la visión que yo he tenido desde el día uno es hacer ruido y ganarse un lugar en este amplio y estrecho medio del diseño y animación. El lado artístico ha llamado al trabajo comercial y viceversa. Nunca pelean entre sí.

Todo proyecto personal ha hecho una gran diferencia en mí y el estudio, busco de una u otra forma que los que están dentro puedan mostrarlo de igual forma y crear en esta comunidad de artistas.

Cuando se quedan sin proyectos, ¿qué hacen? ¿o existe algún método para nunca parar?

Tenemos mucho trabajo. Trabajo llama a trabajo; uno de mis objetivos a corto plazo es hacernos espacios para generar nuevos proyectos personales que nos sirvan para llamar nuevos proyectos, con otro enfoque, no solo a nivel estudio, sino a nivel individual.

Muchos los conocieron gracias a su premio en los LAD Awards por Momentos Magníficos de los Machitos, nos podrías contar más sobre el proyecto, ¿cómo nace y se desarrolla esta idea?

Llevaba un tiempo grabando a los policías de la ciudad, al hacer ese gesto con las manos, yo siempre imaginaba que podrían estar saludando a alguien. El proyecto pasó de estar en una libreta de ideas a una animación cuando me invitaron de la revista Picnic a contribuir con cualquier pieza que tuviera presente el concepto "magníficos".

Les dije que sí, porque ya tenía algo hecho. Me tomó unos días en buscar mis videos, dibujar los personajes, grabar las voces con mi celular, y el guión lo escribí al momento de subtitularlo. Fue totalmente improvisado, así fue como se creó. Me encanta mostrarlo porque las reacciones de quien lo ve son súper variadas: está el que se ríe mucho, el que solo hace muecas y el que no se ríe nada y lo odia. Es el proyecto que me ha dado mucha satisfacción y mucha frustración.

Lo hice en el 2012, estaba guardado, nunca lo metí a ningún concurso ni nada. En su momento lo mandé a Stash y lo pusieron ahí. En otra ocasión el estudio Animade de Londres lo publicó en su blog porque les pareció muy gracioso. Luego decidí darle difusión y meterlo al LAD para ver qué pasaba.

Analizando su primer y último proyecto, ¿qué es lo que han aprendido con los años, qué cambió para bien o para mal?

Me encanta el primer proyecto que hicimos, generó esa línea de tiempo donde podemos ver todo lo que hemos pasado para estar en donde estamos. Actualmente somos esponjas que tratamos de absorber todo lo que podamos de aprendizaje, de lo que sucede actualmente, de lo que queremos y no queremos. No puedo contar qué cambió para mal en el estudio porque, qué pena.

Desde tu posición, ¿qué te parece la industria actual de la ilustración latinoamericana?

Soy la respuesta del chavo que está enamorado de la chava que cuando le pregunta qué tipo de música le gusta, el chavo dice: "me gusta Mogwai, Deftones, pero también me gusta mucho la salsa y últimamente he escuchado a Bill Laswell, luego pongo la de "Sorry" de Justin Bieber". Me gusta de todo. Es demasiado, hay mucha influencia de todos, me gusta lo que hay pero mientras más distinto sea uno de otro, me gusta más.

¿Cuál ha sido el mayor fracaso de BASA? ¿cómo se levantaron y qué aprendieron de la experiencia?

Al inicio ofrecíamos también 3D, de eso se encargaba mi socio en aquel entonces. Después de cuatro años pasaron muchas cosas y nos vimos obligados a deshacer la empresa. Fue una decisión muy rápida, todo se hizo sin detenerse. Fue como un divorcio: organizar, dejar el lugar donde estábamos y lo fuerte de despedir a los que estaban en el equipo.

Fue súper frustrante, difícil y con mucha incertidumbre. Sin embargo, decidí seguir con BASA aunque estuviera solo. Lo describo como entrar en la cuerda en drogas porque fue perder el rumbo un poco y dar el inevitable golpe. La duración fue de casi un año completo donde me tomé el tiempo para replantear y reacomodar cosas en mi cabeza, tanto a nivel personal como de estudio. Inclusive llegué a pensar en matarlo y crear otra cosa.

Emocionalmente me sentía en un limbo negro, sin luz, sin saber a dónde ir, ni qué dirección tomar, pero al mismo tiempo, nunca paré del todo.

Continuaba con proyectos (pocos), seguía cotizando y manteniéndome, como perro en la lluvia: temblando pero de pie. Ayudó el apoyo que me dio Gabs, mi doña señora. Ella y yo hacemos lo mismo, pero ella lidera Hola Combo. Finalmente el trabajo volvió a rebasarme y decidí armar un nuevo equipo del que puedo decir orgullosamente: es el equipo que siempre quise tener, por el valor de cada quien, personas muy valiosas y talentosas, pero sobre todo con una visión similar a la mía.

Esa caída que tuve después de los primeros cuatro años me ayudó a restablecerme desde cero y construir todo con una mejor planeación sin hacer a un lado la improvisación.