Enric Huguet: el padre del cartelismo español en Domestika Maestros

Conocemos el lado más humano de uno de los pioneros del diseño gráfico y el cartelismo en España

Enric Huguet Muixí (Barcelona, 1928) es conocido como uno de los padres del diseño gráfico, el cartelismo y la ilustración en España, y ha destacado a lo largo de su trayectoria profesional por la realización de algunos de los carteles más interesantes de la década de los 50 y 60 y por el diseño de marcas y comunicación comercial, especialmente del sector farmacéutico. ¡Aprende de sus enseñanzas y sabiduría en el siguiente video!

Carrera artística en el mundo del diseño

Huguet forma parte de una generación de grandes maestros y pioneros del diseño gráfico catalán, incluidos el Premio Nacional de Artes Plásticas Ricard Giralt Miracle, Tomás Vellvé i Mengual, Joan Pedragosa, entre otros.

Comenzó sus estudios en 1945 bajo la tutela del reconocido pintor Francesc Labarta en la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona, comúnmente conocida como la Escuela de la Llotja. Una de sus primeras disciplinas artísticas fue la técnica de grabado sobre vidrio, seguido por su entrada en el mundo del diseño en el estudio comercial Publicitat Vila. Huguet también trabajó junto a Josep Queralt, otro de los precursores del cartelismo y la rotulación comercial, hasta fundar su propio estudio de diseño en 1955: Estudio Huguet.

Fue uno de los fundadores de la ADG - FAD (Asociación de diseñadores gráficos del Fomento de las Artes y del Diseño) en 1961, un grupo de artistas que promovía una nueva manera de entender el diseño gráfico desde una perspectiva más comercial. En uno de los momentos más álgidos de su carrera, en 1967 es admitido como miembro de la Alliance Graphique Internationale, un club selectivo conformado por los artistas y diseñadores gráficos más importantes del mundo, al tiempo que se consolida su figura en el ámbito de la imagen corporativa a nivel global.

Sus obras más emblemáticas

Entre sus trabajos más conocidos se encuentran diseños tan cotidianos como el de la caja del famoso fármaco Gelocatil, el logo de la empresa de salud Santiveri, el de los diccionarios VOX y la identidad para autopistas (ACESA).

Dentro de su obra gráfica, destaca el diseño de carteles y materiales de comunicación para diferentes laboratorios y productos farmacéuticos. De hecho en 1957, junto con otros diseñadores Huguet funda el estudio Gràfic Glosa, dedicado casi exclusivamente a la publicidad farmacéutica. En 1973 gana el Premio Laus a raíz de su serie de ilustraciones “Calcium Sandoz Forte“ para el Laboratorio Uriach.

Sus diseños ilustraron también la identidad gráfica de diversos eventos culturales y deportivos, como la Feria del Libro, el Salón Náutico, las Fiestas de la Merced, la Vuelta Ciclista a Catalunya y las Olimpiadas de Barcelona del 92.

En cuanto a la apreciación de su obra, Huguet se caracterizó por una simplicidad y claridad conceptual, con un gran dominio también de la técnica de la acuarela, así como la racionalización geométrica. Su grafismo era ejemplo de la simplificación y construcción equilibrada de los elementos gráficos, evitando cualquier complejidad visual, priorizando lo sencillo a nivel estético. Utilizaba formas planas y el contraste cromático para lograr una fuerza particular en la comunicación de sus carteles.

Huguet se define como un ex diseñador gráfico, meticuloso y perfeccionista. En sus trabajos nunca ha seguido un patrón único, y ha priorizado siempre el mensaje de sus ilustraciones y carteles, en vez de perseguir la obsesión de un estilo artístico particular. De esta manera, la diversidad ha sido siempre su gran aliada, a partir de su trabajo con una variedad de clientes y marcas. Según sus propias palabras, Huguet manifiesta que el estilo personal, si se convierte en objetivo, se vuelve una trampa. Solo hasta completar una obra es que puede surgir la personalidad del autor.

Ser un diseñador es ser un poeta

Huguet define al diseñador como “un lingüista y un poeta de las imágenes visuales del mundo”. Afirma que lo más importante es que este creador sepa transmitir el mensaje, que tenga un contenido emocional y que consiga llegar a las personas, función que logrará a través de la poesía, del humor y de la plástica.

Cuando Huguet empezó a trabajar como diseñador gráfico, en torno a 1946, esa profesión aún no tenía un nombre en España, y eran denominados artistas comerciales o dibujantes publicitarios. Fue entonces cuando descubrió que los dibujantes no eran sólo dibujantes, sino que transmitían mensajes y que, por lo tanto, eran comunicadores visuales.

Enseñar a través del juego y la práctica, lo más importante para los futuros diseñadores

Huguet fue profesor de Plástica publicitaria en la escuela Massana de 1963 a 1993, trabajo que, confiesa, le apasionaba. Según él, durante 30 años su labor más importante fue que los alumnos se sintieran ilusionados con lo que estuvieran estudiando, que sintieran que el aprendizaje era algo divertido, como una cosa que tuviera un aliciente continuo.

El problema se tiene que convertir en un juego, si la cosa funciona, es así cómo se logra la motivación, el interés en los alumnos. La escuela no es un edificio, no es un claustro de profesores o un plan de estudios, son ante todo los alumnos.

El profesor tiene que convertirse en un conductor muy positivo y que consiga ilusionar, animar a las personas a que se sacrifiquen y se esfuercen en aquello que les interese, cosa que, como Huguet admite, no siempre conseguía.

El oficio de diseñador, el oficio de ser honrado

Más allá de la parte teórica y práctica, en la que un diseñador será aquel capaz de vislumbrar cuál es la imagen o el color apropiado para un trabajo, Huguet destaca que lo más importante residirá siempre en enseñarle el aspecto moral del oficio, la honradez en la que uno debe ejercer:

A cualquier individuo que formamos la sociedad, es importante inculcarle que sea una persona honrada y obediente a la deontología, a las responsabilidades, que sepa responder, que sea consciente de la responsabilidad que tiene.

A sus 92 años confiesa, en su estudio, que para él, lo más importante en la vida no está en la obra, está en lo humano. El diseñador atestigua que no hay obra más importante que la propia humanidad, pues ante todo, somos personas, las obras son una consecuencia de las cosas que hacemos.

Sus obras se exponen en diversos museos del mundo, incluyendo el Museo de Arte Moderno de Barcelona, el Museo de Pescia en Italia, la Galería de la Biblioteca del Congreso en Washington D.C. y el Museo del Cartel en Varsovia, Polonia.

En Domestika Maestros queremos acercar el conocimiento y la experiencia de grandes personajes del mundo de la creatividad a nuestra comunidad.

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