Mi proyecto del curso: Un príncipe desvanecido
von charomartin03 @charomartin03
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(intenta ser un Thriller)
SINOPSIS
Una joven maestra viaja en un tren desde el convento donde ha vivido los últimos diez años, fuera de su país natal, hasta un pueblo perdido en las montañas. En el tren conoce a un joven que dice ser el futuro Rey del país, quien ha permanecido exiliado durante 20 años, a la espera de que la situación política del país permitiera su regreso. Durante el viaje pasan unos días y horas juntos y se enamoran, pero saben que su relación no tiene futuro. Los dos jóvenes han quedado en que al llegar a la capital se despedirán discretamente en el compartimento de la joven. Pero pasa el tiempo y el príncipe no se presenta. Sorprendida por su ausencia y preocupada por si le ha pasado algo, se dirige a preguntar a su séquito, pero allí le dicen que no lo conocen, que con ellos no viaja ningún príncipe. Ella se acerca al que cree que es su compartimento y está vacío. Ayudada por los revisores, inicia su búsqueda por el tren, pero no aparece por ninguna parte. No hay ninguna pista sobre su paradero, el joven ha desaparecido y el tren no ha parado en ninguna estación desde el día anterior. La joven no entiende qué es lo que ocurre, está segura de que el príncipe existe y no quiere irse a las montañas sin saber qué ha sido de su enamorado, por lo que decide quedarse unos días en la ciudad y tratar de averiguar dónde está el príncipe.
CAPÍTULO 1
Todo comenzó con un pequeño botón de la manga de un abrigo, el que Zoa escondía con fuerza en su mano. La primera mañana tras el inicio del viaje la joven se dirigía por el pasillo del tren hacia al vagón restaurante cuando se topó con un hombre joven envuelto en un abrigo. En el instante en que se cruzaron, la joven oyó el repiquetear de un objeto al caer al suelo y al mirar hacia abajo lo vio, un botón dorado que rodó hasta quedar parado a sus pies. El joven iba absorto leyendo un cuaderno por lo que no se percató del incidente y siguió su camino sin pararse. La muchacha se agachó y lo cogió. Era un botón redondo, sin brillo por el uso, con un relieve en su interior, una corona y una cabeza de águila.
Si ella no hubiera recogido ese pequeño botón, no se encontraría en esa extraña situación, recorriendo el tren de arriba a abajo y mirando en cada compartimento buscando al dueño del objeto y una señal de su existencia. Sabía que la noche anterior el joven estaba en el tren, habían estado juntos y se habían despedido muy tarde hasta la mañana siguiente al amanecer, antes de que el ferrocarril llegara a la capital.
Cuando el revisor avisó a los pasajeros de la cercanía de la estación central, ella se había preocupado al ver que el joven no pasaba a despedirse y había iniciado su búsqueda. Se dirigió a primera clase y preguntó por él a los miembros del séquito real allí alojados, pero ellos negaron que viajara con ellos. Según le aseguraron, ningún príncipe heredero había subido a ese tren. Pero el pequeño botón decía lo contrario. Porque estaba segura de que su dueño era el príncipe Mihaly Fiodorovich Ajmetov, Miska para ella. Esa era la identidad que le había proporcionado el joven y ella le había creído, su corazón no la engañaba. Los consejeros del séquito habían insistido en que el futuro Rey del país se encontraba en Palacio preparándose para la coronación que tendría lugar en unos días.
No entendía por qué los acompañantes del príncipe negaban que el joven estuviera en el tren. Sabía que el tema de su seguridad era importante, ya que había facciones del gobierno que no querían su regreso. Miska se lo había explicado una noche y le había pedido que mantuviera en secreto su identidad, algo que ella prometió cumplir. Pero cuando Zoa había dado la voz de alarma sobre su desaparición, los consejeros reales no se habían inmutado ni habían intentado buscarlo, lo cual era sorprendente siendo el heredero del trono. Ni tan siquiera el consejero real más importante, el general Sorokin, o el tío Leopold como le llamaba Miska, se había movido de su asiento. La había mirado con indiferencia y la había despachado con un gesto de la mano, mientras uno de sus ayudantes cerraba la puerta del compartimento en sus narices, tras comunicarle que no había ningún príncipe que buscar. En el pasillo otro de los ayudantes le había insistido en que el heredero no viajaba con ellos y que ella se había equivocado de persona. También la amenazó con detenerla si no dejaba de hablar del príncipe.
Mientras abría compartimento tras compartimento y comprobaba que no había nadie oculto, Zoa no dejaba de pensar en cómo el joven podía haber descendido del tren si éste no había parado en toda la noche. Tenía que estar en él. Apretando el botón contra la palma de su mano, pensaba que tal vez Miska se había caído del tren, aunque no imaginaba en qué circunstancias podía haber sucedido, o quizás alguien lo había tirado, pero de ser así habría gritado y alguien tenía que haberlo oído. Y según los revisores del tren, la noche había transcurrido en calma y sin incidentes. La joven llegó al final del tren y al final de su búsqueda y Miska no apareció. Una vez en el andén, los revisores del tren habían comprobado la identidad de todos los pasajeros que bajaban. Pero no lo habían encontrado.
Zoa volvió a su compartimento en tercera clase a recoger su equipaje y descendió del tren. Vio al grupo de consejeros dirigirse hacia la salida de la estación y corrió para alcanzarles, tenía que volver a hablar con el general Sorokin. No podían irse así. Uno de los guardias que escoltaban al general la vio acercarse y la sujetó por un brazo, impidiéndole el paso. Ella gritó el nombre del general, que se dio la vuelta y la miró con el mismo gesto displicente de horas antes.
—General, no puede irse así, tienen que buscar al príncipe —le gritó.
Él se giró y continuó su camino.
El consejero que la había amenazado en el pasillo del tren se acercó a ella y la retuvo por el otro brazo
—Deje de gritar y de hablar del príncipe o la detendremos por injurias. Sabemos quién es y dónde localizarla.
—Pero él ha desaparecido, quizás le ha pasado algo malo…
— No insista, él está en Palacio a salvo. Hágame caso señorita, váyase a las montañas y no monte más escándalos
—¿Cómo sabe a dónde voy?
—Se lo he dicho, sabemos quién es. No lo olvide.
El consejero la soltó y junto al guardia real se dirigió hacia la salida de la estación, por donde habían pasado ya el resto de la comitiva. Zoa se quedó parada sin saber qué hacer. Tenía que tomar un tren con destino a las montañas en apenas dos horas, pero no podía dejar de pensar en el príncipe. Era imposible que estuviera en Palacio, estaba segura que él no la había engañado sobre quién era. El pequeño botón lo atestiguaba. Inspiró con fuerza, agarró su bolsa de equipaje y caminó hacia la salida. No podía irse a las montañas sin averiguar dónde estaba y qué le había pasado a su amado Miska.

1 Kommentar
shaun_levin
Lehrkraft Plus@charomartin03 Hallo Charo, und danke, dass du uns einen Einblick in deinen Roman gegeben hast. Ich mag es, dass es Hinweise auf die Aschenputtel-Geschichte gibt, und vielleicht könntest du mit dieser Verbindung spielen. Oder vielleicht ist das der Plan :) Es ist eine interessante Wendung, dass sich der Protagonist auf die Suche nach dem Prinzen begibt. Ein Vorschlag, den ich habe, ist, damit zu experimentieren, die Geschichte in der ersten Person zu schreiben, also könntest du etwa so anfangen: Si no hubiera recogido ese pequeño botón, no me encontraría en esa extraña situación, recorriendo el tren de arriba a abajo y mirando en cada compartimento buscando al dueño del objeto y una señal de su existencia...“ Ich denke, es wird der Geschichte mehr Unmittelbarkeit verleihen, mehr Intimität.
Es fühlt sich an, als hätte es Spaß gemacht, das zu schreiben, und in gewisser Weise erzählt es auch eine universelle Geschichte von zwei Menschen, die sich in einem Zug treffen, sich vielleicht verlieben und erforschen, was passiert, wenn sie die Parallelwelt des Zuges verlassen und in ihre eintreten Alltag. Ich denke, wir sind jetzt alle gespannt, was zwischen dem Paar passiert ist und wie sie ihre Zeit miteinander verbracht haben. Vielleicht sitzt Zoa im nächsten Kapitel in einem Gasthaus, in einem Café oder auf einer Parkbank und erinnert sich an ihre Zeit mit dem Prinzen und daran, wie sie ihn finden will.
Ich hoffe, Sie besuchen den Kurs immer wieder und fügen dem Buch Szenen hinzu. Muchísimas gracias por tu participación y por compartir una parte de tu libro. Un abrazo des Madrid!
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