Mi proyecto del curso: "El camino del encuentro"

Mi proyecto del curso: "El camino del encuentro"

Mi proyecto del curso: "El camino del encuentro".
Por: José Antonio Bedolla Calderón @josebedolla

Personaje: El legendario joven.

Detonante: Afligido por no encontrarle el sentido a su vida. Decide subir a la montaña más alta de la región.

Conflicto: La separación de su pareja y el proceso del duelo.

Tema: Superación.

¿Qué pasaría si un joven desesperado por darle sentido a la vida decide hacer un viaje para librarse de la vida rutinaria? y ¿Qué pasaría si durante ese viaje se tiene que enfrentar a su propia sombra?. Durante el trayecto del curso me di cuenta de que existían herramientas detalladas, claras y sencillas con lo que podía hacer uso de referencia para iniciarme en el mundo creativo de la escritura. El trabajo que entrego ha sido revelador e inspirante ya que lo arme de forma pausada, volando cada ocurrencia que llegaba a mi mente creativa. Espero que se diviertan y lo disfruten. Espero sus comentarios y saludos a la distancia.

"El camino del encuentro".

Nunca se me ocurrió que aquella noche me iba a enfrentar a lo más profundo de mi ser. Para ver sabido no hubiese llegado. Ya habían pasado quince horas desde que llegamos a ese lugar y desconocía por completo en donde estábamos. Pedro mi amigo ya lo había experimentado y si me lo hubiera contado desde el momento que me invito jamás hubiera aceptado.

Observando la vela que nos alumbraba en ese cuarto obscuro empecé a recordar la historia de mi abuelo. Apaito le decía: “Cuéntanos la historia del legendario”. Desde que era niño mi abuelo Tito narraba la fabulosa historia de un héroe que se convirtió en un modelo digno de imitar. Subir a la cima de la montaña no es fácil y ya había empezado la época de invernal más fuerte de la temporada. De repente se escuchó el esplendoroso gruñido del guía “vamos… Es tiempo de proseguir”. La altitud de la montaña trasciende los 5 600 metros y el observar su magnificencia puede transformar todo tu ser, bueno al menos así me quería sentir. Los libros de superación que había leído decían que algunos puntos energéticos se modifican al momento
de cambiar el chip de tus pensamientos y para ser sincero el miedo me invadía por lo que más quería era eso…Cambiar.

Vamos… Ya es hora… Se escucho la voz del guía así que, decidimos continuar la marcha. Conforme daba cada paso el dolor de mis piernas se intensificaba, el camino era duro ya no podía más. Así que decidí descansar un poco. Pasaron solamente unos instantes cuando se escuchó un tenebroso ruido Brumm...brumm...brum... fue cuestión de segundos todos volteamos hacia el oriente, el deslizamiento de nieve fluía hacia nosotros era una avalancha.

Silencio…

Mi corazón palpitaba aceleradamente, esto era una locura, pero afortunadamente ninguno de mis compañeros había sufrido daño alguno. Seguimos el recorrido con cautela y paso a paso nos dimos a la marcha llegar era el objetivo pues para eso había venido. La pérdida de mi amada me había dolido, nunca espere que el Iván siendo mi bro, así nos decíamos me pagara con la peor de las confianzas y para eso estaba aquí yo también quería ser historia. Pasaría a la posteridad como un conquistador, aquel que venció sus miedos, el quien demostró que ningún arma prevalecería en su contra. Si señor. Seré un legendario.

Estaba tan aturdido con mis pensamientos cuando nuevamente escuche la voz del guía. “Están todos bien”. -Sí respondimos.

Ha estas alturas ya había conocido a uno que otro encuentrista y cada cual se daba el tiempo de responder el por qué habían venido a la montaña. Proseguimos la marcha y nuevamente se vendría otra prueba más. El sol estaba a punto de ocultarse cuando nuevamente teníamos otro impedimento, no predecimos la cantidad suficiente de alimentos con los que teníamos que contar pues es bien sabido que se debe de llevar lo menos indispensable ya que sería un estorbo para el alpinista. Entre menos carga es mejor subir. Me gruñían las tripas, el ser humano tiene la capacidad de desarrollar mecanismos adaptativos y a estas alturas creo yo haber adquirido una que otra habilidad, pero el alimento para mí es de lo más sagrado. Volteo para ver a mis compañeros de viaje y entre reojo pude percibir a uno de los encuentristas que masticaba con agrado un delicioso chocolate. - ¡Umhhh! que delicia…
Podría regresar y darle un puñetazo, quitarle el chocolate y comérmelo. Pero que piensas Erick. El hambre te está volviendo loco. Esto es una locura.
De pronto sentí la palma de una mano sobre mi hombro, era el guía que pudo observar mi maquiavélica expresión. No te preocupes me dijo, cuando lleguemos a la mitad encontraremos a la señora de las quesadillas.
-Ja’ tú crees que me chupo el dedo. Me dije a mí mismo.
Levantamos un campamento provisional para descansar. Esa noche no pude conciliar el sueño, las tripas me gruñían y el cuerpo me dolía. Para empeorar las cosas la temperatura había descendido.
-Basta es momento de renunciar.
Un guerrero es un guerrero se escuchó sobre la cima de la montaña. El espíritu de la montaña invocaba su esplendor de confianza, no podía dejarme vencer, los guerreros sioux lanzaban a la batalla una frase que mostraba el carácter de su superioridad.
Me levante y agarre fuerzas. Grite: ¡hoka hey!. Hoy es un buen día para morir. Llore emotivamente.
Me estaré convirtiendo en un verdadero hombre lo pensé en mi interior.
Durante el resto de la noche pasaron recuerdos de mi infancia, la perdida de mi padre y el rol que adopte, trabaje durante mi infancia vendiendo chicles, recogiendo chacharas y cuando trabajo se me ofreciera, teníamos que sobrevivir de alguna manera.
Al amanecer, el guía nos tenía una sorpresa. Levantamos el campamento y proseguimos la marcha. Estábamos a punto de llegar a la mitad del camino y de repente mis ojos se abrieron exaltadamente. Es verdad la señora de las quesadillas se encontraba preparando exquisitas y deliciosas barbachas: quesadillas, tacos con diferentes guisados, barbacoa, consomé, una variedad de menú para el buen consumidor.
Después de tomar aires de descanso y alimentarnos satisfactoriamente, el resto del camino fue historia.
Sin duda, que el ser humano tiene que experimentar acontecimientos fuertes.

Continuara…