El sendero de la Verdad

Hola, me llamo Tatiana, nací en Bolivia, crecí en Brasil y hoy vivo en Francia.

¿Porque dejaste el Brasil me preguntan los franceses?
¿Porque uno deja su país?
¿Porque uno deja todo un continente?
¿Porque uno se “olvida” de su idioma, de sus padres, de su familia?
¿Porque hay divorcios?
¿Porque hay mujeres que separan sus hijos de sus padres?
¿Porque una mujer no quiere tener hijos?
¿Porque mi marido me dejó?
¿Porque hay violencia?
¿Porque unos tienen todo y otros nada?
¿Porque uno se enferma?
¿Porque se sufre?
¿Como un “milagro” se realiza?
¿Porque uno nace?
¿Porque uno se muere?
¿Qué hay después de la muerte?
El camino para responder a estas preguntas y miles de otras fue caótico, pero una vez que uno encuentra la Verdad, uno encuentra su Libertad, solo ahí se puede ver, sentir lo que la palabra Dios significa.
Hace más de 20 años que vivo en Francia, perdonen mi castellano que es de una niña de 10 años, pero tentaré contarles un poco de mi historia.
Fue muy complicado hacer este ejercicio y resumir mi vida en algunas líneas pues cada día en la vida de todos nosotros tiene un significado importante, ocurren factores múltiplos, factores metafísicos que te permiten de continuar a vivir o no.

En el pasado tuve un grave accidente de automóvil en Rio de Janeiro, un amigo conducía, él había bebido y solo me acuerdo de un estruendo ensordecedor y el coche dando vueltas. Desperté en un hospital con la 4ª vértebra lumbar fracturada, los médicos me decían que no iba volver a andar. Estuve de cama 4 meses enyesada, paralizada, solo podía mover mis brazos. Me acuerdo de que en la época no tenía hambre de vivir, pero tampoco no me veía en una silla de ruedas. Creo que mi cuerpo no “hacia caso” a todo lo que oía, a todo lo que la gente decía. Ese “drama” lo viví como algo que no era mío, fue entonces que comencé a dibujar echada en mi cama, oía mucha música instrumental y el día que me llevaran al hospital para sacarme el yeso, mis radiografías dejaran los médicos estupefactos. Mis huesos se habían consolidado de tal forma que no había nada que hacer, yo podía andar de nuevo.
Lo que podemos llamar de milagro es algo muy complejo. Tuve que cambiarme de país para entender lo que me había pasado. Una vez una psicóloga chamana francesa me dijo que eso se llama “l’auto guérison”, o sea, que uno puede curarse a sí mismo.
No creo en ninguna religión, todas las religiones tienen como base la violencia, en nombre de “Dios” hubo genocidios. Nací en una familia católica apostólica romana, estudié en La Paz cuando pequeña en una “English Catholic College”. Oía muchos discursos racistas.
Después de mi accidente, continué a ir a la universidad, estudiaba administración de empresas, pero no me gustaba nada, lo hacía por mi madre, yo quería ir a la escuela de bellas artes, pero ella decía que los artistas no ganaban nada. Dejé la universidad, abandoné los estudios, Taylor, Fayol 😊 no gracias. Claro, después de «morir» uno no quiere continuar a vivir de la misma manera. Yo había cambiado pero mi entorno no.
En Francia estuve casada durante 15 años ahí llego un terremoto llamado divorcio, Felizmente yo y mis hijos salimos vivos y con buena salud. Después de haber sobrevivido a un seísmo todo parece fácil, me sentía en deuda con la vida e hice una formación de «auxiliaire de vie » para poder trabajar en una casa de retiro. Mi misión era ayudar a los ancianos a comer y vestirse, los lavaba y cambiaba sus ropas, tenía que usar gestos técnicos y mi “toque” segundo ellos era algo muy especial, les hacía muy bien. Eso llamó la atención de mis colegas y comenzaran a llamarme de “bruja”, pero de forma negativa. Desperté muchos celos y tuve que dimitirme pues la presión del personal era insoportable, pasé a ser odiada solamente porque los ancianos se quedaban felices cuando me veían.
SIEMPRE HAY OBSTACULOS CUANDO QUEREMOS HACER EL BIEN
El día 16 de octubre de 2020, un profesor francés Samuel Paty fue decapitado porque mostro a su clase unas caricaturas del periódico Charlie Hebdo donde se hablaba de un conocido profeta. Un curso sobre la Libertad de la Expresión que llevo ciertos religiosos à la locura.
Por eso estoy aquí, no quiero callarme, no conozco nada de las redes sociales, tengo solo 1 amigo en Facebook y con solo 1 amigo no podemos ir lejos. Gracias por su curso, el me hizo salir de mi «zona de confort », hacer las paces con mi lengua materna, sé que las palabras tienen poder y las imágenes también. Estoy desarrollando un curso donde enseño como un pincel y los colores pueden cambiar la vida. La practica del arte nos cura de TODO.