Kena Kitchengs

Statement

Los animales suelen ser empleados como una vía más o menos directa para expresar mucho. Las interminables capas de significados que han adquirido y que se transforman continuamente los convierten en proyecciones vivientes ideales –que se trasladan, respiran e interactúan con su entorno– de nuestros miedos, historias, virtudes y pasiones; más aún porque no pueden hablar y explicarnos su mundo. Las múltiples maneras en que los animales son empleados como símbolos o emblemas, como personajes en fábulas y alegorías y, en general, como personificaciones de cualidades humanas, es un punto central en mi obra.

Buscar las relaciones que pueden tejerse entre toda clase de temas, personajes o historias es uno de mis métodos predilectos de trabajo. Y mis fuentes de inspiración a menudo se remontan a lo mítico, al pasado, a los viajes, a obras literarias o musicales, a lecturas sobre antropología. No son lugares en los que busque aquello con lo que construiré mis obras, sino que insospechadamente resultan serlo. En cuanto a técnica, la estampa es una de mis maneras favoritas de resolver las piezas. Crear una matriz para estampación implica cierta planeación y pasos que me obligan a pensar y procesar la imagen a ser plasmada. Esto es especialmente cierto al realizar un tiraje de un libro de artista, así sea de dos ejemplares.

Las cualidades narrativas que suelen tomar los proyectos que realizo muchas veces resultan en el libro de artista –en pocas palabras, un libro que es una obra de arte– como el mejor recurso para llevarlos a cabo. Por lo tanto, mis obras más “completas” por lo general son libros, mientras que las estampas sueltas a menudo responden a la necesidad de desarrollar una imagen, como si se tratara de una especie de boceto que sin embargo termina siendo una obra en sí misma. No obstante, no descarto que las estructuras que surjan al desarrollar un proyecto pueda llevarme fuera del ámbito del libro de artista hacia otros modos de plasmar una historia.