El buen latín de Casi-papi / ¡La imagen de la portada es solo ilustrativa!

EL BUEN LATÍN DE CASI-PAPI

Sé que no todos los niños tienen un casi-papi, pero yo sí tengo uno. Es un señor simpático de cachetes rosados, gordito como un oso y rubio como una piña.
[ILUSTRACIÓN AMABLE DE CASI-PAPI]
Poco después de su boda con mamá, un día, mientras comíamos sentados a la mesa casi-papi pronunció alegremente una frase extraña: Carpe diem!
Mamá sonrió, repitió la frase sin cuestionar y tomó un sorbo de su copa de vino. Yo, que no había entendido nada, me dediqué a disfrutar mis papas fritas sin decir palabra.
Esa misma semana, casi-papi empezó a llevarme al colegio, y ahí se topó con una mamá que había estudiado con él en la universidad.
Un día, mientras charlaban, él soltó un par de palabras incomprensibles más: Beatus ille! En mi cabeza empezó a formarse el vacío de la curiosidad. Pero tampoco dije nada.
La tercera vez que pasó, estábamos en el aeropuerto porque nos íbamos de viaje. Hubo un problema con el equipaje y casi-papi tuvo que llamar a un gerente.
Los dos hablaron muy serios mientras mamá se mordía las uñas. Al final, casi-papi le estrechó la mano al gerente y dijo: Quid pro quo!
El gerente hizo una mueca extraña y enseguida hizo pasar nuestras maletas. Casi-papi nos miró a mamá y a mí como si ambas conociéramos el secreto de su triunfo.
Un buen latinazo siempre hace que te tomen en serio, dijo.
(…)
[LA NIÑA CON CARA DE PERPLEJIDAD]
Casi-papi es abogado. Trabaja en cortes, tribunales y bufetes defendiendo a quienes no se saben defender solos.
O algo así.
No como yo, que sí me sé defender muy bien.
[LA NIÑA DEFENDIÉNDOSE EN EL COLE]
Un día, durante una excursión que hicimos al interior de una cueva, me acerqué a casi-papi y en secreto le susurré al oído: ¿Qué es “un buen latinazo”?
Casi-papi se rio con una fuerza que creó un eco terrible entre los túneles de barro. Sentí que se me calentaban las mejillas, pero me le quedé mirando, esperando una respuesta.
“Un latinazo” es cuando hablas en latín, un idioma como el inglés o el alemán, solo que mucho más viejito. Es como el abuelo del español, pero ya muy pocos se acuerdan de él. Hoy en día, solo sirve para impresionar.
(…)
[OJOS ASOMBRADOS DE LA NIÑA VIENDO PALABRAS EN DIFERENTES IDIOMAS, INCLUYENDO EL LATÍN]
Cuando llegamos a casa, le pedí a casi-papi que me enseñara algunas frases, pues quería impresionar a mis amigas. Y también a la maestra.
La primera que me enseñó significa que me querrá por siempre jamás, o hasta la muerte.
[CASI-PAPI INCLINADO ANTE LA NIÑA DICIÉNDOLE: Semper fidelis]
También me enseñó una que quiere decir “todos cometemos errores”. Ahora la uso cuando mi perro ha hecho algo para molestarme, y así me es más fácil perdonarlo.
[LA NIÑA DICIÉNDOLE, RESIGNADA, A SU PERRO: Errare humanum est]
Ad infinitum es cuando algo se repite o se extiende interminablemente, y aunque te aburras o te quejes, no va a parar, así que es mejor aceptarlo… Como mamá en la ducha.
[LA NIÑA SENTADA PACIENTEMENTE JUNTO A LA PUERTA DEL BAÑO ESPERANDO A QUE SALGA SU MAMÁ, MIENTRAS SALEN NOTAS DE CANTO Y VAPOR POR DEBAJO DE LA PUERTA]
Después me enseñó otras frases más, que anoté en mi cuaderno de Lengua.
[EL CUADERNO CON LAS FRASES Y ALGUNOS DIBUJOS Y APUNTES DE LA NIÑA. Veni, vidi, vici; Forest fortuna adiuvat; Manus manum lavat…]
Desde entonces, mis amigas y yo tenemos un nuevo juego: chatear en latín. Aunque el latín de ellas es inventado, nos divertimos mucho.
Casi nunca sabemos lo que significa lo que escribimos, ni si significa algo. Pero es genial. Parece un juego de adivinanzas.
[NIÑAS CHATEANDO Y RIÉNDOSE, PUEDEN VERSE ALGUNAS FRASES EN “LATÍN” INVENTADO COMO Tenibus deberibus pro domine?, Fatum habemus isse nihil.]
En mi cumpleaños, vino gente a casa y también vino mi papá, un señor moreno y sin pelo en la cabeza que siempre anda con una cámara fotográfica.
Salté sobre él para abrazarlo y le dije que lo quería ad infinitum. Papá me miró orgulloso y enseguida se acercó casi-papi a darle la bienvenida.
De parvis grandis acervus erit!, exclamó casi-papi.
Papá y yo nos miramos riendo.
¿Qué?, dijo papá.
De las cosas pequeñas se nutren las cosas grandes, explicó casi-papi. Como tú y yo de esta pequeña cumpleañera.
Papá y yo volvimos a mirarnos. Luego papá le agradeció a casi-papi que me enseñara latín y yo les conté lo impresionada que había quedado mi maestra.
Tienes mucha suerte, hija, dijo papá.
Casi-papi se sonrojó. Luego entre ambos me hicieron una sillita con los brazos y me alzaron para llevarme a la mesa donde mamá ya estaba encendiendo las velas de la torta.
Todos cantamos. Al final, yo tenía que soplar las velas y pedir un deseo. Dije que mi deseo era quererlos mucho a todos ad infinitum y per semper.
Entonces casi-papi se adelantó y, entregándome un bonito regalo envuelto en papel turquesa, exclamó: Si vis amari, ama!
[AMBOS PAPÁS BESAN A LA NIÑA, UNO EN CADA MEJILLA]

FINIS

(POST SCRIPTUM: Los hechos y personajes de este cuento son pura ficción.
Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)