Modificaciones por parte del cliente
Me gustaría plantearos un tema que creo que a quien más y a quien menos alguna vez le ha afectado, y me gustaría saber cómo lidiais. El asunto es las modificaciones de los clientes, fenómeno que se da en muchas áreas creativas.
Por ejemplo, un cliente nos encarga un logotipo. Una vez presentado, nos dice que no le gusta nada y pide otra propuesta. ¿Debemos hacer otro sin cobrar, especialmente si hemos sido fieles al briefing?
Otro ejemplo: hacemos un catálogo, lo presentamos al cliente y entramos en un bucle de "el logo un pelín a la derecha", "sube un poco la tipografía", "cambia tal foto" hasta plantarnos en 10 versiones distintas del mismo trabajo.
Yo entiendo que hasta un cierto límite sí que se puede ceder, dialogar con el cliente y en ciertos casos repetir un trabajo, pero sin llegar a extremos que conozco de realizar más de 50 versiones de un mismo trabajo.
¿Cómo hacéis vosotros?¿modificáis todo lo que os piden?¿cómo lo planteais al cliente y/o le frenáis llegados a ciertas situaciones?
rotulaciones
Creo que es lo más normal del mundo, a menos que uno sea adivino y sepa lo que piensa o quiere exactamente el cliente.
Todo es cuestión de trato, intereses...cosas del trabajo.
Saludos.
lolapai
En nuestro sector ocurre con demasiada frecuencia... ¿Cómo se llamaba esa web en donde se recopilan los diseños que se presentan y el resultado final después de los cambios del cliente? Ahí se ve bien de lo que estamos hablando
chicote
Cloudstudio
Les pasa hasta a los médicos... a si que menos lloros, que cada oficio tiene sus pegas.
Lo que está claro es que el buen cliente paga pronto, deja hacer, no molesta, y al final siempre salen los mejores trabajos, mientras que el mal cliente pone pegas, te dice lo que tienes que hacer, molesta, te hace perder el tiempo y encima paga mal.
cloudstudio
xurdexuan
Seguro que en una ferretería no pasa, pero en cualquier sector creativo , sí
George J
golden toilet scrubber
Pero es curioso que en otras profesiones esto concretamente no pase, lo que me hace pensar que somos los propios profesionales del sector los que tenemos buena parte de culpa. Bueno, y también los propios no profesionales.
Usuario desconocido
Mucha gente se da con un cantito en los dientes con ese pan para hoy.
Ya se sabe, los clientes son como los perrillos (con todos mis respetos). Todos tienen que "echar su meadilla".
Creo que todo depende de lo que cada uno considere que son "modificaciones sustanciales". En algún momento hay que plantarse.
Saludo.
fran_rosa
Chicote: No será diseño pero paga las facturas.
Es pan para hoy y hambre para mañana.
chicote
Fran Rosa
No será diseño pero paga las facturas. Yo le llamo "tener cintura".
Los cementerios estan llenos de artistas, y ni todos los trabajos deben ser obras maestras, ni todos los clientes merecen la pena.
fran_rosa
Xurdexuan, a largo plazo no te interesa tener ese tipo de clientes. Y, en contra de lo que algunos creen, la manera de elegir clientes no es hacer todo lo que te pidan y esperar a ser un rockstar del diseño, y a partir de ahí podrás elegir. No funciona así. La manera es establecer una manera de trabajo, incluyendo unos límites. Trabajar mejor te llevará a mejores resultados, y un mejor portfolio te llevará a mejores clientes.
Muchas veces, por aquí por este foro, hay quien contesta a eso con que (sobre todo al comenzar) no se puede rechazar ningún cliente. Y eso es algo que tú mismo tendrás que valorar. Pero en algún momento tendrás que establecer la línea, si no (a la larga) vas a acabar muy quemado.
George J
Más o menos es lo que opino yo también, Fran. Creo que la forma de trabajar que planteas no sólo es la más correcta, sino que es la más beneficiosa para todas las partes.
Y yendo un poco más allá, hay empresas que precisamente venden la posibilidad de modificaciones ilimitadas como un valor añadido. Yo creo que quien vende así es porque no sabe o no puede vender de otra manera. Pero también es cierto que pueda haber clientes que por desconocimiento no lo vean así y efectivamente lo vean como un plus. ¿No crees que puede ser una manera de perder (o no atraer) clientes?
fran_rosa
Chicote: El cliente es quien paga, no hay que olvidarlo nunca, y a veces hay quien paga para que se cumplan sus caprichos. Y eso también es respetable.
Si el diseñador quiere cobrar por satisfacer los caprichos del cliente, ningún problema. Pero, como he dicho, eso no es diseño.
chicote
Las condiciones las pones tú, previamente y por escrito antes de hacer nada. El cliente paga POR UN TRABAJO (no dos ni tres ni diez) y el cliente manda, pero le tienes que dejar muy claros cuales son tus límites y los suyos, todo con suficiente mano izquierda. Si luego te quieres saltar esos límites y una vez en faena haces las cosas "a su gusto" quedas de p.m. con el cliente, pero le debe quedar claro que le estás haciendo un favor. O si no le avisas simplemente con "eso va aumentar el coste en tanto" y mano de santo.
Cuando un cliente te dice el logo más grande o cosas de esas, normalmente es o porque hay algo que no funciona (él no sabe explicarse), o para demostrar que él es quien manda (que es lo habitual), a si que si le das esa satisfacción sin perjudicar la calidad del trabajo, pues doble premio.
El cliente es quien paga, no hay que olvidarlo nunca, y a veces hay quien paga para que se cumplan sus caprichos. Y eso también es respetable.
fran_rosa
Planteas dos casos muy distintos.
Xurdexuan: Por ejemplo, un cliente nos encarga un logotipo. Una vez presentado, nos dice que no le gusta nada y pide otra propuesta. ¿Debemos hacer otro sin cobrar, especialmente si hemos sido fieles al briefing?
Yo creo que, en este caso, es muy importante el proceso. Si el proceso incluye contrabriefing, y acotar el camino de las diferentes vías posibles antes de presentar un logo terminado, tirarlo todo a la basura simplemente no entra dentro de las posibilidades. Y en tal caso, si el cliente se arrepiente y quiere volver atrás o replantear el briefing, pues habrá que renegociar el presupuesto.
Sobre lo del no me gusta, pues también depende de cómo se haya planteado el proyecto. Si realmente hay un desarrollo conceptual sólido, y una justificación exhaustiva (y real, que eso de hacer un logo y luego inventarse la justificación ni es diseño ni es nada), el gusto personal del cliente no entra en juego (como tampoco debería entrar el gusto personal del diseñador).
Aunque si el cliente no está del todo convencido siempre pueden haber ligeras modificaciones, hay que hacerle entender que una marca tiene que ser la que cumpla las necesidades del proyecto y no pa' fardar.
Xurdexuan: hacemos un catálogo, lo presentamos al cliente y entramos en un bucle de "el logo un pelín a la derecha", "sube un poco la tipografía", "cambia tal foto" (…)
Yo creo que en la dinámica de un poquito arriba, un poquito abajo, un pelín a la derecha directamente no hay que entrar. Siempre es lógico que haya una revisión si hay algo que haya que resaltar, o que rompa el ritmo o la coherencia del conjunto. Pero con una justificación.
Es correcto que un cliente te pida que revises la tipografía si cree que la jerarquía de contenidos no está suficientemente marcada, o una foto si consideran que no está en el mismo tono que el resto. Pero los caprichos del tipo podrías probar con [nombre de una familia tipográfica] que me gusta más o es que esta foto no me acaba de convencer el color del cielo hay que cortarlos de raíz.
Y ya, más en general, para este tipo de cosas es muy útil especificar en el contrato el proceso de trabajo, junto con las fechas límite, el número de revisiones, etc; así como que cualquier cosa que vaya más allá se presupuestará aparte. Cuando un cliente sabe de antemano que retrasarse en aportar los contenidos les va a acarrear un retraso en el plazo de entrega, y cualquier cambio más allá de lo razonable le va a costar dinero, se asegurará de ser más diligente y menos tocapelotas.