El ratoncillo glotón Proyecto del curso: Creación de cuentos infantiles
by Xavier Krauel @xkrauel
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GLOTÖN
En un bosque muy frondoso,
en un pino centenario,
vivía un ratón glotón.
¡Era el goloso del barrio!
Recolectaba avellanas
que comía en su rincón.
Tenía una cola larga,
mas larga que una lombriz
y unos bigotes muy tiesos
cual pelo de jabalí.
Sus orejas eran rosas
al igual que su nariz
y su oído era tan fino,
que podía distinguir,
los pasos de las hormigas
cuando se iban a dormir.
Solía salir por las noches
para ir a buscar comida:
almendras, bellotas, trigo
y algún que otro caracol
es su menú preferido.
Una noche de verano,
un sabroso olor a queso
le llevo hasta la cocina
de una casa con piscina.
El olor era exquisito:
risotto con parmesano.
Entró sigilosamente
y escondido en la alacena,
esperó pacientemente
a que acabaran la cena.
Cuando ya todos dormían.
paseó por la cocina
y se pegó un atracón
del arroz con parmesano.
También “le dio” al salchichón
y al pastel de chirivía
y hasta se comió un tomate
y una onza de chocolate.
Ya con la barriga llena,
se escondió bajo un sillón
(muy cerca de la alacena).
Desenrolló su petate
y durmió como un lirón
hasta la siguiente cena.
Cuando volvió a ser de noche
y en casa todos dormían,
volvió el glotón con sigilo
a husmear por la cocina.
Pero esta vez los humanos,
sospechando su presencia,
escondieron la comida:
los restos en la nevera,
la verdura protegida,
y la basura tapada.
¡No quedaba ni una miga!
De repente reconoce
el olor a parmesano
y guiado por su olfato
va a una habitación vecina
donde duermen dos humanos.
- No hay duda, es parmesano
piensa el ratón mientras sube por la cama
y camina hacia los pies
de los hombres en pijama.
- AAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!!!!!
- ¡Socorro es un ratón!
gritan los dos a la vez
pegando un salto en la cama,
golpeando con sus pies
y sacudiendo el pijama.
Glotón sale despedido
y se agarra a la cortina,
y en menos que canta un gallo
va a esconderse a la cocina.
Allí queda agazapado
sin atreverse a salir
hasta la noche siguiente.
Cuando todo esta en silencio,
y sale de su escondite,
vuelve a oler a parmesano.
El queso está en una caja,
y está prendido de un palo.
Penetra con gran sigilo,
coge el queso con las manos
y en este preciso instante,
las dos puertas se han cerrado
y Glotón entre las rejas
de la trampa está atrapado.
Allí pasa muchas horas
luchando por escapar.
Los barrotes son muy gruesos
y aunque sus dientes son duros
no los puede recortar.
Al llegar la madrugada
Oye la voz de los hombres
comentando la jugada:
-El ratón ya está en la trampa,
se le ve muy asustado,
seguro que está pensando
que “su momento” ha llegado.
- Perdonadme amigos míos,
aunque parezca un ladrón,
soy un simple ratoncillo,
un ratoncillo glotón.
-Te has metido en nuestra casa,
te has comido el salchichón,
te has metido en nuestra cama
¿y ahora nos pides perdón?
-No vamos a hacerte daño.
Te llevaremos al bosque
y te vamos a soltar.
Seremos buenos vecinos,
cada quien en su lugar.
- Y ahora antes de soltarte
vamos a hacernos un “selfie”.
No queremos olvidarte
Que seas muy, muy feliz
en el bosque y en tu vida.
Y, de ahora en adelante,
ni en casa ni en la cocina,
metas nunca tu nariz.
El tiempo pasa veloz
y Glotón ha envejecido.
Tiene un montón de nietos
a los que cuenta su historia
del arroz con parmesano
en la casa con piscina
de sus vecinos lejanos.
Atrevidos y glotones,
los nietos extasiados
sueñan con el parmesano.
Y aunque fueran atrapados
en la jaula de ratones,
saben que un día entrarán
a probar este manjar,
que disfrutan los humanos,
Fin.
1 comment
ibrenman
Teacher PlusFirst of all, thank you for sharing your story with us.
In the world of children's literature, there is a lack of poetic texts, so congratulations on the initiative.
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