Nací en Madrid, hacía mucho calor, era agosto de 1963. Mi padre un conocido artista, escultor y ceramista de aquellos tiempos donde no existía internet, se llamaba Juan José Junquera, el me enseño su manera increíble de ver el arte, partiendo de un mundo interior lleno de monstruos amables, plantas inventadas o caminos a lugares imaginados y después plasmados a través de una u otra forma, un dibujo, una escultura, un juego, un cuento. Mi madre era una escultora deliciosa, a mi juicio lo dejo pronto, pero dibujo también su muy personal mundo, a través de tapices donde con sus hilos, telas viejas, formas geniales, costuras, cuentas de colores y botones, como mi padre. describía, a su manera lo que, en su cabeza, en su increíble mundo oculto bajo su pelo recogido imaginaba, y yo pensaba que de verdad ocurría. Artista y maestra, para todos Gaba y de nombre Gabriela.
Mis padres decidieron separarse y yo a partir de aquel momento pase mucho tiempo con mis abuelos. Mi abuelo Fernando era, aparte de un sinfín de cosas más, pintor extraordinario y junto a él aprendí las primeras cosas fundamentales y maravillosas de la pintura, como huele un bermellón, un carmesí, azul de Prusia, tierras pardas u óxido de hierro, empecé a jugar con los colores, con los pinceles y a sacar a mis monstruos bondadosos y personales. Mis padres y mis abuelos me enseñaron a dibujar. con ellos empecé a leer, a descubrir el mundo de las novelas y de los cuentos infantiles, a escribir los míos propios y a ilustrarlos. A los 14 años entre en una academia de dibujo, como un aprendiz de los de antes, 8 horas diarias durante dos años copiando viejos bustos de escayola. A los 16 empecé mi primer portfolio de trabajo , un portfolio que con mucha ilusión pasee por todas las editoriales de Madrid , hice pequeños trabajos sin importancia, trabaje lavando coches , pintando camisetas , diseñando logotipos o dando clases de dibujo en un colegio a niños hasta que por fin una editorial (MONTENA & MONDADORI) me contrato para ilustrar un libro de poemas del poeta Alejandro del Paso ,se llamaba DE LA A, A LA Z, POR UN POETA , fue el principio de mi carrera , y un lujo que me permitió lucirme y hacer un primoroso trabajo , las críticas de aquel libro fueron muy buenas y aquello me abrió todas las puertas a la profesión , ilustrador infantil . Mi primer estudio de ilustración trabajó para prestigiosas editoriales como Anaya, Santillana y algunas publicaciones del Grupo Zeta. Años más tarde funde mi segunda compañía, una empresa dedicada a la ilustración digital en un momento en que este medio se encontraba en sus principios. Trabajé para el diario EL SOL, hice centenares de ilustraciones digitales, aunque posteriormente volví a fundar un nuevo estudio dedicado a la ilustración infantil con técnicas no digitales, manchándome las manos con pintura, afilando lápices y con manchas de colores en la camiseta, solamente con técnicas Aero gráficas mezcladas con acuarelas y rotuladores, con el fin de obtener la licencia para trabajar como estudio colaborador para la compañía Walt Disney. Obtuve la licencia superando a muchos prestigiosos estudios europeos, trabajé durante años para Disney, estos me formaron a mí y mi equipo para ilustrar algunos personajes, hasta que mi inquietud por explorar nuevas posibilidades me hizo cambiar de rumbo.
En 1998 funde una nueva compañía con mi hermano mayor y un socio, Red Wine Estudios, un peculiar estudio de grabación de sonido y un sello discográfico instalados en un viejo “Lagar de vino” restaurado del siglo XVII en la localidad de Chinchón, en Madrid, principalmente dedicado al flamenco.
Pasados unos frenéticos años decido recuperar una pasión de mi infancia, de cuando era un adolescente y ayudaba a mi padre en su taller de cerámica, para entonces tenía mi propia familia y vivíamos en pequeño pueblo a 50 kilómetros de Madrid, en una casa enorme que yo mismo había diseñado , entonces empecé a aplicar mis conocimientos gráficos a un soporte conocido de siempre como el barro, pero en realidad nuevo para mí, no fue más de un año, pero fue feliz, lo recuerdo rico en matices y divertido, sosegado, fértil.
Pero seguía buscando mi verdadera pasión, quizá para lo que verdaderamente yo estaba hecho, algo que reuniese lo largamente aprendido, explorado y experimentado y fue mi mujer quien me coloco en camino correcto, pues me pidió que diseñase algunos anillos de plata para ella, al principio experimente con aluminio, con plástico, con cera y hasta con barro y esmaltes y después de pasar unos cuantos meses haciendo experimentos y jugando con las formas nació Gandolfi y con mi nueva marca una colección de 250 piezas hechas a mano, en plata, resinas con pigmentos naturales y algunas piedras, la marca llamo la atención del público. La ilusión que nos produjo aquel éxito impulso el nacimiento de una nueva compañía en el mundo del diseño de joyas llamada Silver Sterling Gandolfi, Tuvimos bastante repercusión, España no estaba preparada para una marca transgresora y loca en un sector industrial tan conservador como el joyero, para empezar yo aposte por la plata, otra vez por consejo de mi mujer, como metal de referencia para mi colección, entonces esta solo se usaba para bisutería, algunos artesanos jóvenes y piezas traídas de México y Marruecos, pero nosotros lanzamos al mercado un producto de alto diseño, con piedras valiosas, destinado a un consumidor/a moderno, con un nivel cultural alto y lo más importante que no quería las joyas de oro de sus abuelas y madres, fuimos recriminados por el sector joyero y nos auguraron un gran fracaso, han pasado 20 años y el sector joyero español hoy fabrica más de un 80 % de su producto en plata, nosotros aquí seguimos.
Tuvimos un gran éxito diseñando joyería de diseño singular durante estos años, más de 2000 modelos que claramente aportaban algo innovador dentro del panorama creativo del diseño joyero he industrial español.
En 2010 publique mi primer libro de cuentos no infantiles, fue un periodo delicioso, interior y privado, algo pactado conmigo mismo en la agenda de mi vida, sabía que ese no sería mi camino permanente pero quería hacerlo, deseaba hacerlo y lo hice, escribí durante unos meses, me divertí y finalmente salió una colección de cuentos que se llamó “ Chorreando sueños “ , después vinieron algunos más “El escaparate aplasta narices “ y “ La niña que dormía sobre una tostada “que no publique ,y finalmente para retornar a mis orígenes escribí “ Las Calabazas no vuelan “, historia para niños, ilustrada por mí, este proyecto me fascino y culmino con la publicación del libro y la exposición en la fundación FIART de los dibujos.
Después de mi aventura literaria le llegó el turno en mi agenda vital a otro proyecto fantástico y tremendamente enriquecedor, convirtiéndome en abanderado de la cultura española y sus geniales creadores, LA MAKINA URBAN ART SCHOOL. La Makina es un proyecto educativo diferente y audaz, defensor del hispanismo como concepto, promotor de la cultura española cara al mundo, una idea basada en seleccionar los contenidos creativos más exquisitos y geniales del panorama cultural español, pero no los grandes triunfadores, los consagrados, si no los que no han sobresalido aun pero que hacen un trabajo impresionante, en flamenco, magia, teatro, moda, diseño, graffiti y arte urbano, etc.
Durante 2 años he ido urdiendo esta especial escuela, con más de 170.000 entradas en la web de la Makina, poco a poco, así se va construyendo este proyecto, con las Noches de Las Clandestinas de Flamenco, que hacíamos cada mes y donde la escuela de flamenco de La Makina enseñaba a la gente que es el flamenco, sus orígenes he historia, o el programa de teatro infantil para colegios.
Soy un creador inquieto y aunque este proyecto era creativo y enriquecedor no pude evitar acercarme otra vez al diseño, otra vez en el entorno de la joyería dando a Gandolfi las bases para una nueva etapa con una persona que aportaba genialidad al proyecto, una socia que, junto con las nuevas ideas, y mis nuevos modelos y productos llevaríamos a Gandolfi a una nueva dimensión, y así nació mi Joyería 2.0 GANDOLFI ART.
Años más tarde mi continua necesidad de nuevos proyectos me llevo a empezar un proyecto nuevo, nuevas ideas y producto, Darwinians, donde me adentre en el mundo de la movilidad sostenible diseñando infinidad de vehículos ligeros pensados para ser propulsados con una mecánica de bicicleta y un motor eléctrico de pedalada asistida, la movilidad sostenible estaba ya aquí y durante cuatro años diseñe infinidad de soluciones para poner un vehículo para tres o cuatro personas en la calle, a muy bajo coste, muy ligero y propulsado a pedales, creo que puse sobre la mesa una buena cantidad de opciones para solucionar este problema, este capitulo falta mucho para que termine.
Mientras esto ocurrió yo seguía con la Joyería, hoy me dedico a todo a la vez, soy diseñador de joyas, cree una nueva plataforma para diseñar otro tipo de piezas, más moteras, steampunk, con inspiración de calaveras y Rock & Roll, en la más pura esencia de la Joyería en plata , también trabajo intensamente en alta Joyería, lo hago para mi colección personal y firmadas con mi nombre, y para otras marcas, también sigo haciendo diseño gráfico, diseño industrial, Ilustración, movilidad sostenible y otros proyectos, nunca he dejado de trabajar.
Nací en 1963, tengo 56 años y esto no ha hecho más que empezar.
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- Ignacio junquera – @ignaciojunquera
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