La subjetividad de la existencia, 'El año pasado en Marienbad'
de Marta Esteban González @marta_esteban_gonzalez
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Se me hace incómodo hablar acerca de los significados de las cosas, debido a que el significado, es algo muy personal y el sentido para mí es diferente que el sentido para otro. El autor nos invita a vivir una experiencia ilimitada en la que no se trata de entender sino de sentir. Es una obra de arte tanto en el sentido metafórico de la película como en su forma de realización, planos inquietantes, simbólicos e inesperados. Solo en los primeros diez minutos se deja entrever que el lenguaje del cine clásico y todo lo que ello representa ha quedado atrás para mirar el cine de otra manera. Una voz en off de un narrador difuso, travelling sin significado aparente, planos imposibles, claroscuros desenfrenados y alegóricos, saltos temporales y espacios ambiguos refutan esta teoría.
La cámara avanza por los vacios pasillos y galerías, alfombras gruesas, pasillos, galerías, espejos, susurros… hasta llegar a una representación, ha llegado la hora (un reloj suena), una mujer se entrega a alguien ‘ahora soy tuya’. Gente inmóvil siguen atentos a la mujer que interpreta al igual que, como almas divagando, estarán presentes en ese mismo hotel en el que otra historia paralela a la representación pero con el mismo significado está teniendo lugar.
El hotel con aire barroco, extremadamente recargado, paradójicamente simboliza el silencio, el vacio…habitaciones desiertas y galerías por las que vaga gente que no encuentra su lugar y llevan siglos esperando algo. Están congelados en el tiempo, un tiempo subjetivo, el tiempo de la memoria. Existen realmente o no.
Esta obra maestra es ante todo una meditación sobre la vida misma englobando temas como la memoria, la incomunicación, la obsesión, las relaciones humanas envueltos a su vez en una alegoría sobre la muerte. Recuerdos o imaginación se van desenvolviendo hasta esperar el momento de la partida hacia algún sitio o ninguno.
Es una película cargada de simbología y expresión. El espacio juega un papel fundamental, el recurrente jardín perfectamente ordenado, confortable y cuidado donde la historia del recuerdo tiene lugar, parece querer hablarnos por sí mismo. Es una libertad controlada, grandes espacios abiertos se entremezclan con la perfección de su construcción, losetas de mármol. El jardín desemboca en un lago donde se atisba una estatua de personajes mitológicos, la historia de estos personajes vuelven a hacer referencia a las diferentes representaciones que están teniendo lugar, una mujer ve algo más allá, algo que no comprende y el hombre junto a ella la intenta retener. El jardín es la perfección pero no siempre va a ser así, sucede algo que altera el perfecto orden, una barandilla rota…
Pero el espacio interior también tendrá relevancia, cabe destacar la belleza metafórica de los espejos en la película, las habitaciones, pasillos, galerías, salones donde varios personajes juegan a una especie de juego simbólico en el que siempre gana el mismo. Pero ¿ante qué gana? Ante un juego absurdo. Pero ¿acaso la vida no es un juego absurdo?, y ¿no tiene que haber siempre un ganador?
Asimismo el tiempo constituye otra de las claves de la película, el sentido de este y su relación con la trama es cosa de la interpretación de cada uno.
Como vemos el autor es un creador de significados y esta genial historia sobre recuerdos del pasado, la llegada de la muerte y la subjetividad del tiempo penetran en el espectador dejando claro que la autentica realidad no se encuentra en lo que habitualmente consideramos real sino en la imaginación.
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