El ultimo cuento
El ultimo cuento
de Aimee Guadalupe Crespo Zambrano @aimee_crespo
- 51
- 0
- 0
\\"El Último Cuento\\"
En un futuro donde la humanidad vive conectada a través de una red global de Realidad Virtual (RV), las historias ya no se leen ni se cuentan, se experimentan. La gente ya no lee libros ni mira películas. En su lugar, acceden a mundos completos a través de cascos y neurales interfaces que les permiten vivir las historias como si fueran parte de ellas. El narrador ya no es una voz en off, sino una inteligencia artificial capaz de crear mundos y personajes a medida.
Pero había una niña, Lina, que nunca había probado la nueva tecnología. En su aldea, los mayores todavía le contaban historias por la noche, historias que no necesitaban cables ni dispositivos. Cuentos de héroes, de monstruos, de mundos lejanos. Lina adoraba esas historias, porque aunque no podía tocarlas ni verlas como un objeto físico, sentía que las vivía.
Un día, un anciano sabio llamado Orión llegó al pueblo. Era conocido por ser uno de los últimos narradores “humanos” en un mundo lleno de pantallas. Orión, a diferencia de los demás, creaba historias a partir de lo que sentía, no de lo que procesaba la tecnología. Un día se acercó a Lina mientras ella observaba una nube que pasaba por encima.
— ¿Te gustaría vivir una historia real? —preguntó Orión, sonriendo.
Lina se sorprendió. Nunca había visto a alguien tan emocionado por contar un cuento.
— ¿Real? —preguntó curiosa.
— Sí, real. Orión extendió su mano y de repente, las nubes no solo eran algo que Lina veía. Las nubes comenzaron a moverse hacia ella, cambiando de forma. Una nube se convirtió en un dragón, otra en un castillo flotante. Lina se dio cuenta de que todo lo que veía era su imaginación transformándose en realidad frente a sus ojos. No era una realidad virtual ni una experiencia programada; era una historia creada por sus propios pensamientos y emociones.
Orión le explicó que la tecnología actual ya no necesitaba imaginación. Las IA creaban mundos, pero esas historias no nacían del alma humana. Las personas ya no soñaban. Solo vivían experiencias predecibles, creadas por algoritmos.
— ¿Qué pasa cuando no creas tú la historia? —preguntó Orión. — La tecnología te lo da todo, pero ¿dónde está tu creatividad? ¿Tu capacidad de soñar?
Lina entendió que las historias que vivían las personas eran solo fragmentos de lo que otros habían creado para ellas. Pero lo que Orión le mostraba era diferente: una historia nacida de su mente, única, irrepetible.
— Entonces, ¿puedo crear mi propia historia? —preguntó Lina con una chispa de emoción.
— Claro que sí, Lina. Orión le dio un pequeño dispositivo, algo como un casco, pero sin cables ni pantallas. — Este es tu “Narrador Interno”. No necesitas tecnología para crear, solo tu mente y tu corazón.
Lina se lo colocó y cerró los ojos. Inmediatamente, empezó a escuchar sus propios pensamientos. Podía sentir cómo sus emociones daban forma a las escenas a su alrededor. Primero, una selva de árboles altos y extraños surgió, luego un río que hablaba en un idioma que solo ella entendía. El lugar tomaba vida no porque la tecnología lo hubiera creado, sino porque su imaginación la estaba llevando a vivir una historia de forma pura.
En ese momento, Lina comprendió algo que cambiaría su vida para siempre: las historias no eran solo para ser vividas. Las historias eran para ser creadas.
Cuando salió del trance, vio a Orión sonriendo.
— La verdadera magia no está en la tecnología, Lina. Está en tu capacidad de soñar. La tecnología solo te ayuda a ver lo que ya tienes dentro.
Epílogo:
En el mundo de Lina, las historias no eran solo algo que se escuchaba o se veía. Eran algo que se vivía, algo que se creaba. Ella ya no necesitaba dispositivos ni cascos para experimentar el poder de la narración; todo lo que necesitaba era su imaginación.
Años después, Lina se convirtió en la narradora más famosa de su tiempo. Su mundo estaba lleno de historias que ella misma había creado, historias que no dependían de la realidad virtual ni de las máquinas, sino del corazón humano. Tecnología y storytelling solo servían cuando se unían para liberar la creatividad humana, no para reemplazarla.
Reflexión final: Esta historia pone de manifiesto cómo la tecnología puede enriquecer la narrativa, pero también subraya la importancia de la creatividad humana. Aunque la inteligencia artificial y las herramientas digitales pueden crear experiencias impresionantes, la esencia de una buena historia sigue siendo profundamente humana. La verdadera innovación radica en cómo usamos la tecnología para amplificar nuestra capacidad de soñar, crear y conectar.
0 comentários
Faça login ou cadastre-se Gratuitamente para comentar