Aida Alonso

Crecí acompañada de un libro, un papel y un pequeño rotulador amarillo. De manera natural e inconsciente, mi trayectoria vital y profesional, fueron tomando forma, dibujándose y emborronándose hasta dar con lo que hoy es mi pasión: la ilustración.

La ilustración entendida como un espacio de juego sin normas, en el que todo lo que imagines puede ser posible, y en el que la lógica y la realidad ya no son una regla a seguir, el papel se convierte en un recipiente ilimitado de historias. En el papel surgen las líneas y formas sintéticas, orgánicas, de los personajes, de los lugares, cuya sencillez se ornamenta con la calidez de los detalles prescindibles y los contrastes de color. Busco la poética misteriosa de lo que no se ve, lo que no se puede completar con palabras, lo que no se llega a comprender.

Aunque solía trabajar con acuarela, tinta, o medios digitales, actualmente la mayoría de mis proyectos los realizo dibujando con tijeras. Me permite tener contacto directo con un material que me tiene enamorada: el papel, y me resulta más cercano a mi manera de dibujar ahora y de entender las formas. Sea cual sea la técnica que utilice, me encanta experimentar y explorar todas las posibilidades, dándole un toque personal y diferente a cada proyecto.

Y mientras esa magia que me anima a seguir recortando o dibujando día a día no se extinga, pienso continuar mi camino acompañada de ese libro, de ese papel, de ese ahora gran rotulador amarillo y un par de tijeras, sin las que no continuaría creciendo.