Un domingo extraño
przez angela_monteros @angela_monteros
- 66
- 0
- 0
Una mañana de domingo me levanté y lo primero que hice fue mirar el reloj ¡Demonios! Me había levantado tarde ¡otra vez! Se supone que iría a una clase de yoga a las 8:30 am, pero en su lugar, ya eran las 9:00 am y yo aún estaba en pijama disponiéndome a tomar una taza de café. Mientras el agua se calentaba, recordaba la conversación que había tenido el día anterior hasta la madrugada y mil mariposas empezaron a revolotear en mi estómago. -Contrólate -me dije- es solo una conversación. Pero no era solo eso.
Mientras mi mente volaba e imaginaba escenarios improbables, tomé mi taza de café, me puse lo primero que encontré e inmediatamente salí a dar un corto paseo por el barrio. Casi al instante de salir de mi edificio, me empezaron a doler los pies por alguna razón. Tenía puestos mis pantalones bombachos que cubrían mis pies por lo que al mirarlos para saber qué andaba mal en mis zapatos, no pude identificar la razón por la que sentía dolor. Igual no le di importancia al asunto y seguí caminando mientras pensaba en todo y en nada a la vez.
Miré al cielo y estaba más azul de lo que había estado en estas últimas semanas ¡por fin no llovía! ¡Era un hermoso día! Llegué al semáforo y giré en la esquina. Había unos cuantos carros estacionados y de repente un camión grande y amarillo que pasaba por las calles desoladas del barrio, empezó a pitar y a hacerme unas señas que no entendí. Me pareció extraño, pero no hice caso porque quería seguir pensando en todo lo que había dicho el día anterior. El solo recuerdo me hacía sentir bien.
Mientras estaba en eso, giré en la siguiente esquina para descubrir que todo estaba cerrado. No había ni una sola persona o carro a la vista. ¡Me había metido en una calle desolada! Enseguida volví a la realidad y empecé a caminar tan rápido como pude para salir de allí antes de que algo malo pasara. Una vez mas me empezaron a doler mucho los pies. Como estaba asustada, no quise revisar lo que sucedía así que seguí caminando. Afortunadamente, al final de la calle había una pareja que se detuvo porque la chica, que estaba con sandalias, se le había metido una piedra entre los dedos - ¡A quien se le ocurre andar así y por estas veredas tan mal trechas de la ciudad! – pensé. La gente es muy descuidada.
Después de eso seguí con mi camino y una vez más giré en la esquina para encontrar una panadería y farmacia abiertas, cosa que es muy raro porque en domingo no suele estar abierto nada. Entré a la farmacia para comprar algo y vi que vendían unas medias en descuento, pero no me animé a comprarlas. Así que salí de allí, seguí caminando y apareció en la calle una chica paseando a su perro y unos extranjeros que se quedaron mirándome. La verdad no les presté atención porque otra vez los recuerdos del día anterior regresaron a mí. Desde hacía tiempo había entablado una comunicación constante con un chico que me gustaba y el día anterior por fin me había confesado que yo le gustaba también. Eso me tenía tan emocionada que no podía pensar en nada más que en sus palabras.
De repente ya estuve en la última esquina que lleva a mi edificio, por lo que me concentré para entrar y llegar a mi casa. Cuando me disponía a sacarme los zapatos y entrar en mi departamento, descubrí que no traía medias, ni zapatos y para peor suerte, había pisado excremento de animal ¡Como no me di cuenta! Definitivamente mi cabeza estaba en las nubes. La única explicación que puedo encontrar a lo sucedido es que debo estar enamorada.
Fin.
0 komentarzy
Zaloguj się lub dołącz bezpłatnie, aby móc komentować