"Buenos Habitos".
por Martina Oliver @martuoliver
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“Buenos hábitos”
La mañana arrancó como un día cualquiera, me desperté temprano y me tomé unos minutos para meditar sobre cómo quería comenzar la jornada. Luego de esa tarea diaria, me levanté, puse el agua en la pava, y encendí la hornalla. El ritual de gran parte de los argentinos y argentinas, estaba por comenzar. ¡Iba a hacer unos mates! Mientras el agua se calentaba, aproveché por otro lado, para ponerme unos guantes de goma y lavar los platos. Así eran -en su mayoría- los inicios de mis días. Para cuando tenía el mate listo, ya había preparado toda la mesita, con las cosas que necesitaba para ponerme a escribir.
Para el que no está al tanto, el mate es una infusión caliente que tomamos la gran mayoría de personas que nacimos en Argentina y en Uruguay. Esta infusión, acompaña cualquier momento del día de las personas que habitamos estos países. No importa si estás en las sierras, en la costa, o en algún lugar del país donde haya nieve, el mate no va a faltar. Además que te puede acompañar en cualquier paisaje, también te acompaña en las tareas del cotidiano: estudiar, trabajar, limpiar, paseando, etc.
Este hábito es muy popular en mi país. Y es un hábito que nos une como pueblo.
Por otro lado, me puse a pensar que tomarse el tiempo para meditar las prioridades que tenemos las personas, por muy sencillo que parezca, es una labor que requiere respeto, concentración y ganas. Entender que hay infinidad de sucesos para pensar, hacer, creer, etc, no es una tarea sencilla. Pero sí, es la puerta a un mundo de posibilidades distintas. Es importante poder entender que todo lo que hacemos o decimos tiene un efecto rebote en las personas que nos rodean, y a su vez, es como un dominó, si la ficha cae, el primer efecto es el ruido, el segundo, sobre quien o que cae.
Luego de terminar el ritual de tomarse unos mates, y escuchar música, empecé a revolver entre mis cuadernos y libros. Cualquier información que me encontrara en ellos, me iba a ser útil para este proyecto final. En el cual quiero mostrar por un lado, mi rutina como sujeto de la sociedad y por otro, como diversos pensamientos, preguntas y mucho biribiris más, se me atraviesan en mi cabeza mientras resuelvo las acciones de mi cotidiano.
La gran enseñanza que me dejo el 2022 fue que es muy importante si queres ser una persona activa y feliz, el tener buenos hábitos en tu rutina diaria. Los buenos hábitos -para mí- están basados en tener una alimentación sana, hacer ejercicio, meditar, tomar agua etc; y lo más importante -desde perspectiva personal- es poder generar buenos vínculos humanos, basados en el respeto, la igualdad, y la escucha. Cuando te rodeas tu círculo de personas que son felices si vos estas feliz, que te explican las cosas con paciencia y respeto, y son completamente sinceras. Algo cambia. Rodearse de colegas que valoren tu presencia y el aporte que vos tenes para ofrecer, por más diferente al resto que sea, es enriquecedor para las relaciones humanas.
Soy una persona que en su infancia sufrió mucha violencia, desnutrición, e inestabilidad tanto económica como habitacional. Y eso me acompaño toda la vida, la marca del desamor, de la exclusión. A medida que avanzó mi adolescencia, tuve que lidiar con grandes trastornos alimenticios y depresión. Estaba metida en un pozo muy oscuro! Del cual con ayuda psicológica, y cambios radicales en mi alimentación y mi vida en general, pude ir resolviendo de a poco.
Actualmente, logre encontrarle un equilibrio a mi vida entre los buenos hábitos, los no tan buenos y el quiebre más importante: los hábitos que amo. Los cuales me acompañan a donde vaya - leer, escribir, cantar, bailar y pintar-. Por el momento, esos elementos son los que me mueven y motivan a querer transformar mi vida.
Poder encontrar la manera de expresarnos, de la forma que sea, es un proceso liberador para el alma y es un proceso, a su vez, sanador. En este mundo donde todo gira alrededor de las relaciones monetarias, la oferta, la demanda, el dólar y muchos biribiris del sistema financiero más, poder encontrar espacios donde manifestarse artísticamente, es decir, desde un lugar donde nuestras almas pueden volar, para mi, es la mayor lucha política contra el hambre, la desigualdad, la pobreza, las injusticias. No nos vamos a hacer más ricos por estas formas de expresión, pero nuestras almas van a estar levitando de felicidad. Y eso, en este mundo tan consumido e intoxicado de malos hábitos, me parece el logro más grande. Ser feliz.
Por otro lado, me quedé pensando en algo que vi el otro día mientras tomaba unos mates y miraba un documental de “Los 40 años del Hip Hop” por KRS ONE, un rapero vieja escuela de Estados Unidos; me llamó mucho la atención algo que estaba explicando sobre la educación. El contaba que existen dos formas de educación. La educación corporativa - que es la educación que recibieron nuestros abuelos, y luego recibimos nosotros-, la cual se caracteriza por invadir, colonizar, y establecerse por medio de la fuerza en lugares que no le pertenecen. Y la educación cultural, la cual se transmite de persona a persona, y es más un tipo de educación vivencial, del momento. Es la educación que se transmite en las comunidades, como se hace en la cultura del Hip Hop.
Con esta información que obtuve chusmeando cosas por internet más las cosas que fui analizando más arriba sobre mi cotidiano, puedo llegar a finalizar este texto con la conclusión de que aunque el sistema económico, político y social que nos atraviesa el cotidiano y el cual tiene como carácter ser un sistema capitalista que transmite una forma de educación corporativa, nosotros los simples mundanos todavía podemos transformar nuestra realidad y la del próximos con buenos habitos. Y que el habito más importante que tenemos que tener todas las personas es poder hacer las cosas desde el amor ya que trabajando desde ese lugar, ́podemos lograr cambios reales en la sociedad.
Mart
1 comentario
shaun_levin
Profesor Plus@martuoliver Hola Martina! Me gusta la combinación de lo íntimo y lo filosófico, lo doméstico y lo existencial. Agatha Christie dijo que el mejor momento para planificar un libro es cuando se lavan los platos. Mi sugerencia sería volver al mate hacia el final de la pieza, ya que, en cierto modo, los pensamientos se suceden mientras se espera que se prepare el mate. Tal vez describa a qué sabe el mate y vea si eso lo lleva a pensar más. Me avergüenza decir que nunca he probado el mate. Creo que es hora :) Gracias por participar en el curso y por compartir tus escritos con nosotros. ¡Un abrazo desde Madrid!
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