La alpaca que se convirtió en cactus (versión ampliada)
por msorzola @msorzola
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Petunia era la alpaca más popular del Desierto del Sol. Le gustaba mostrarse con sus joyas y ponchos dentro del rebaño. Se hizo famosa por ser una gran pateadora de cactus, evitando siempre que las espinas de estos arbustos se le pegaran a sus patas. Ella presumía de su habilidad mientras se paseaba todos los días de una montaña a otra.
—¡Hola Petunia! —gritaron sus amigas mientras ella se preparaba para patear un cactus.
—¡Hola chicas! Miren esta patada se las dedico a ustedes —contestó.
En ese momento estiró la pierna y sucedió algo inesperado. El cactus se quedó pegado a la pata de Petunia y una espina se clavó tan fuerte en su piel que gritó despavorida.
—¡Ay ay ay ay ay! —se quejó mientras se agarraba su pata y brincaba hacia atrás.
El salto que dio fue tan brusco que sin darse cuenta perdió el equilibrio y cayó rodando por un barranco que estaba al lado del camino. Sus amigas desesperadas corrieron en su ayuda, pero la perdieron de vista entre la gran cantidad de cactus que había en el fondo.
—Seguro que con sus destrezas logra abrirse camino entre los cactus y subir por la otra montaña —expresó una de sus amigas. Eso las tranquilizó y cada una siguió con sus actividades.
Mientras Petunia rodaba cuesta abajo se desvaneció como si entrara en un sueño profundo. Al despertarse estaba rodeada de un montón de cactus. Intentó una y otra vez desprenderse del matorral, pero fue imposible. Sentía que algo la unía al suelo, como si tuviese raíces.
De pronto escuchó una voz ronca que venía del cactus que estaba a su lado.
—Bienvenida al grupo. No te preocupes al principio es incómodo, pero después te acostumbras.
—¿Eres un cactus que habla? —Petunia preguntó con asombro.
—Sí claro, me llamo Bagotes y cuál es tu nombre.
—Mi nombre es Petunia y soy la alpaca más famosa de la región.
—Querrás decir que eras la alpaca más famosa, ahora eres una más de nosotros —comentó Bagotes.
—Ja, ja, ja… eres muy gracioso —dijo Petunia.
Enseguida Bagotes le sugirió que viera todo su cuerpo.
Sin poder moverse, Petunia giró sus ojos hacia abajo y vio sus patas convertidas en cactus, intentó mirarse por todos los lados y su piel también era de cactus.
—¡Noooooooooo! —gritó desesperada.
—Tranquila, has tenido la suerte de caer en el mejor grupo de cactus de la región —dijo Bagotes mientras los otros cactus se reían a carcajadas.
—Pero, ¿qué me pasó?, ¿estoy soñando?
—No, estás bien despierta. Deja que te explique. En el Desierto del Sol existe un hechizo ancestral que recibe cada ser vivo que desprecia o maltrata a otro ser vivo. Y al parecer eso hacías tú todos los días con los cactus. Y nunca te detuviste a pensar que nosotros somos seres vivos y que ayudamos a mantener el equilibrio natural de la región. Sin cactus no hay desierto y sin desierto no hay alpacas. ¿Comprendes?
—Sí, sí… eso creo. Pero nunca tuve maldad al patearlos, sólo lo hacía para tener el reconocimiento de las demás alpacas de mi rebaño —expresó apenada Petunia.
—Quizás sin darte cuenta, en tu intención de ser famosa generaste un daño a otros —replicó Bagotes.
Petunia entró en pánico y angustiada pensó que toda su vida sería un cactus, y que quizás terminaría pateada por alguna de sus amigas.
—No te sientas triste. Hace mucho tiempo atrás he pasado por la misma situación —comentó Bagotes.
—¿Y qué fue lo que te pasó? —preguntó con curiosidad Petunia.
—Los cactus que habitamos en el Desierto del Sol tenemos la habilidad de movernos cuando nadie nos ve. Y eso nos permite estar en diferentes lugares de la región. Una vez yo me situé en un camino donde paseaba todos los días un pequeño armadillo —relató Bagotes.
—Cada vez que pasaba al lado lo pinchaba con mis espinas para que se transformara en una bolita. Me divertía mucho porque él no sabía que era yo —agregó Bagotes.
—De repente, un cierto día me convertí en un armadillo al que todos los cactus pinchaban una y otra vez. Y yo rodaba de acá para allá mientras los demás armadillos se burlaban de mí. Había sido hechizado por lastimar a otro ser y terminé viviendo lo mismo —concluyó su relato Bagotes.
—Entonces, ¿qué puedo hacer para volver a ser una alpaca? —preguntó Petunia desesperada.
—Lo importante es que hayas comprendido porqué te convertiste en un cactus —expresó Bagotes.
—Sí ya lo comprendí. Te prometo a ti y a todos los cactus del mundo que jamás los volveré a patear.
—Para romper el hechizo no basta con hacer una promesa, se necesita una acción —dijo Bagotes.
Petunia recordó cómo la veían las demás alpacas. Fue en ese momento cuando se le ocurrió una idea maravillosa. Decidió entonces que usaría su popularidad para inspirar y no para dañar, y sabía que todas escucharían sus consejos.
Bagotes la invitó a descansar y le aseguró que esa nueva idea que nació dentro de ella iba acomodar todo de nuevo. Ambos sonrieron con alivio.
Pasó el tiempo…
…y Petunia se convirtió en una cuidadora del medio ambiente. Nunca contó que fue hechizada, pero hoy se siente muy feliz de enseñar a las alpacas más pequeñas la importancia de preservar el lugar donde viven, valorando a cada uno de los seres vivos que habitan en el Desierto del Sol. En secreto aún sigue hablando con Bagotes. FIN.








2 comentarios
ibrenman
Profesor PlusEn primer lugar, enhorabuena por completar su proyecto final.
Me gustaron mucho los personajes y el lugar donde transcurre la historia, muy original.
Su historia tiene un vínculo con algunas fábulas antiguas, que quieren enseñar algo al lector a través de las acciones de personajes no humanos. Creo que se puede ir más allá de la fábula, crear situaciones más divertidas, una alpaca y un cactus pueden dar excelentes diálogos y situaciones insólitas. Investigue en profundidad sobre cactus y alpacas y vea qué puede aprovechar esta investigación. Yo agregaría un poco más de complejidad a los personajes, somos buenos y malos a la vez, el niño lo sabe consciente o inconscientemente. Tienes material rico para desarrollar una hermosa historia.
Espero haber ayudado
Ilan
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msorzola
@ibrenman Muchas gracias por la devolución. Consideraré cada observación y la aplicaré a través de más diálogos y situaciones tal como tú señalas. Y felicitaciones por el curso al que recomiendo con creces!!!
Recibe un gran abrazo,
Mariano Orzola.-
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