Jeremy Arturo Jiménez Milander

Cuando empecé a escribir le mostraba mis historias a amigos y familiares, tal vez esperaba alguna corrección o, incluso, una opinión. Mi entusiasmo nunca faltó, pero la realidad era que de todos recibí un "muy bonito, pero no te dediques a esto". Amo escribir y las opiniones de las personas que consideraba cercanas sobre mis borradores/historias tuvieron un gran impacto en mí y provocaron que dejara mi pasión atrás y me dedicara a algo más "productivo". En ese entonces, me topé con otro de mis amores condicionados: la fotografía.

Como pasatiempo, amo la fotografía conceptual, fotoperiodismo, de arquitectura y paisajes. Desde un punto de vista profesional, estoy capacitándome para dedicarme a la fotografía de producto y gastronómica. Antes era dependiente de lo que decían los demás; cuando me presionaban para empezar un estudio fotográfico y dedicarme a la fotografía de retrato, terminé accediendo. Conseguí experiencia durante un tiempo al tomarle fotos a los demás y saliendo a eventos. Con el tiempo, fui madurando y comencé a darle la importancia que merecían mis deseos y opiniones.

Tuve un único amor permitido: la creación de sistemas de facturación, cuentas por cobrar y planificación financiera. Este fue el único amor que aceptaron las personas de mi entorno (cuando me importaba la opinión de los demás) y tal vez el único que empecé a desvalorizar porque requería mucho tiempo y olvidé por más tiempo a mis otros amores. Así que, sin rechazar mis oportunidades del presente, volví a retomar la escritura y estoy aprendiendo de la fotografía de producto y gastronómica para dedicarme a ella de forma profesional. No volveré a olvidar una pasión.