El Impresionismo transformó el arte en el siglo XIX: pinceladas rápidas, luz vibrante y una nueva forma de mirar el mundo. ¿Qué ocurre cuando un grupo de artistas decide desafiar las normas establecidas? A mediados del siglo XIX, mientras las academias dictaban lo que debía ser considerado arte, un movimiento comenzó a gestarse en París con una idea simple pero poderosa: pintar lo que se ve, en el instante en que se ve.
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