Madrid apocalíptico

“El séptimo ángel tocó la trompeta, y se oyeron en el cielo voces poderosas que proclamaban: “A nuestro Señor y a su Cristo pertenece el dominio del mundo, y lo ejercerá por siempre y para siempre. […] En aquel instante se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y dentro de él apareció el Arca de la Alianza en medio de relámpagos, truenos fragorosos, temblores de tierra y un recio granizar”.

Este proyecto se titula Madrid Apocalíptico y está inspirado en el Libro de las Revelaciones de San Juan. Sus ilustraciones beben de aquella rama de la ciencia ficción que tanto éxito ha tenido en los últimos años, el género apocalíptico y post-apocalíptico, aunque, en realidad, mi principal fuente de inspiración han sido grandes clásicos del pasado como Mad Max y El planeta de los simios, en lo que respecta al cine, y El viajero del tiempo en lo referido a la literatura.

Cuando empecé a dibujar la primera lamina aún no sabía que iba a ser una serie. Mi intención era simplemente representar un paisaje post-atómico, marcado por el fuego y las bombas. Es decir, una obra muy “pirotécnica”. Sin embargo, una tarde, paseando por las calles de la ciudad, se me encendió la bombilla: me di cuenta de que esta desolación que yo había proyectado en un futuro más o menos lejano, paradójicamente coincidía con otro tipo de desolación, mucho más real y cercana.

De repente, vi como los escombros de mi obra se transformaban en escombros sociales y morales en un país devastado tras seis años de crisis: calles oscuras y desiertas, locales abandonados, gente acurrucada en cajas de cartón, familias buscando comida en la basura, vagones del metro llenos de mendigos, hordas de inmigrantes “Compro oro” apostados por las calles del centro, putas con la mirada cada vez más perdida, salas de juego en todas partes ahí donde antes había cines y teatros...

Entonces me di cuenta de que Madrid ya no era la ciudad que yo había conocido hace tan solo una década, la Madrid dinámica y llena de vida, sino que se parecía de manera inquietante a la ilustración que acababa de hacer. A raíz de este “descubrimiento” quise seguir adelante, no limitarme a una sola obra, sino hacer una serie entera sobre el tema apocalíptico; decidí, puesto que ya había dibujado el edificio España, centrarme en otras construcciones míticas de Madrid (entre la cuales, los famosos BIC) que ahora, por culpa de una pésima administración - cada vez más depredadora y con menos visión de futuro - corren el riesgo de ser destruidas, o bien convertidas en tiendas y centros comerciales (¡lo que faltaba!).

Todo esto para remarcar el proceso de barbarización al que estamos asistiendo en esta época y en esta ciudad.

P.D.

¡Pero aquí – exclamará alguien – las cuentas no salen! Los sonidos de trompeta de los ángeles de los que habla San Juan son siete y sólo veo seis ilustraciones.

Es cierto, pero hay una explicación para eso. El último sonido de trompeta anuncia el "Fin", ese con mayúsculas, es decir, la destrucción definitiva del mundo, y ésta, por suerte, aún no ha llegado (aunque están presentes todas las señales de su inminente arribo).

De todas formas, podéis estar seguros de que cuando llegue, yo estaré listo. Sentado en la cima de una montaña y con un lápiz en la mano, ni los rayos ni las tempestades podrán impedirme representar el espectáculo más increíble y pirotécnico que se haya visto jamás: ¡el Apocalípsis!