Redacción de gymkanas culturales en poblaciones.

Redacción de gymkanas culturales en poblaciones.

Mi nombre es Águeda y soy la hija menor de don Lope, marqués de Camarasa, señor de esta villa. Es el año 1611 y rige Felipe III.

En todo el país reina la paz, pero un grupo de bandoleros codiciosos hace seis días asaltó la villa y secuestraron a mi doncella Soraya, creyendo que era yo, dormíamos juntas y ella me metió en un baúl al barruntar jaleo.

Mi padre celebró a voces su error, ¡raptásteis a una sirvienta inútil, una boca menos en el castillo!, se burlaba con grotescas carcajadas, cuando mandó de vuelta al monte (con seis latigazos y sin su botín) al pobre bobo que vino a pedir el rescate por mí.

La madre de Soraya, nuestra cocinera, lloraba por la ausencia de su niña y miraba al cielo, pidiendo que sucediera algo.

Y sucedió.

Aprovechando que ayer era día de mercado los desarrapados volvieron, nos lanzaron a un pobre monje magullado y medio ido y se llevaron al maestro alfarero y, con él, su secreto para fabricar los colores del esmalte que hace famosa nuestra cerámica: sin el maestro ollero, la prosperidad se marchará de Muel.

Don Lope ha salido con sus hombres de armas para prenderlos.

Pero el monje ha empezado a hablar y en su locura me parece entender que los bandoleros malviven con hambre y miseria. ¿Y si les entrego un carro lleno con los mejores productos del pueblo? ¡Quizá alguien pueda negociar con ellos!

Averigüemos juntos qué es lo que más valoran, ¿me acompañas por el pueblo mientras resolvemos los acertijos que encontremos?