Performatividad: DRAGS
por Sílvia TC @silvia_tarin
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Este proyecto nace de la dificultad que reside en la diferencia entre el cross-dressing, el travestismo, la práctica drag y, en definitiva, entre la performance y la identidad de género. Yo desconocía la frontera entre performance y performatividad, es una línea muy fina. Creo que es interesante recurrir a un colectivo que vive las dos cosas, como "personaje" y como persona.
Judith Butler explica que disfrazados lo vamos todos. Es lo mismo que dice una famosa cita de Patti Smith: "As far as I'm concerned, being any gender is a drag". Decir que el género se actúa y que el género es algo performativo son cosas diferentes. Al imitar el género, la drag muestra la estructura imitativa de este. La noción de performatividad circuló rápidamente dentro de los estudios de género y los estudios queer, por lo que se produjo una confusa apropiación del término reduciéndolo a la mera performance (actuación, representación), como si se tratara de un uso teatral del género que cada uno puede hacer a su gusto. Butler aclara la confusión entre la interpretación de la performatividad como uso teatral al estilo de las drag y el hecho de que el género sea performativo, que quiere decir que produce una serie de efectos. Actuamos, hablamos, caminamos, de maneras que consolidan la impresión de ser un hombre o una mujer. La principal diferencia reside en ser o no consciente de nuestros actos. Tiene relevancia, por tanto, la figura de la high femme, las mujeres que expresan lo que culturalmente se entiende como una ultrafeminidad que, según cómo, llega a ser paródica. ¿Una mujer que cumple esta característica hace una performance constante o es simplemente una forma más de performar el género?
Pensemos en lo difícil que es para los chicos femeninos o las chicas masculinas funcionar socialmente sin ser acosados, sin ser juzgados por no ser "normales". Performar el género de manera no normativa trae como consecuencia un conjunto de castigos, lo que podría relacionarse con los escritos de Foucault, quien hace que veamos que el hombre homosexual, acusado de ser afeminado, agrande y exagere esta feminidad invirtiendo las relaciones de poder: se apoderen dejando de ser el subordinado queer. El hecho de que la cultura tan fácilmente castigue o margine a aquellos que no siguen el esencialismo de género, debería ser señal suficiente de que, en cierto modo, hay un conocimiento social de que la verdad o la falsedad de género solo es una obligación social ontológicamente innecesaria. Las relaciones de poder dejan claro por qué se relacionan la homosexualidad y la feminidad, y por qué ambos se consideran subordinados o al menos son rechazados por el patriarcado. Judith Butler explicará como una identidad de género puede hacer frente a las normas opresivas de nuestra sociedad.
La palabra performativo entendida como "hacerlo solo para mostrar", es una desviación bastante lejana del significado que Butler le da al término y también de lo que significa para J. L. Austin. Para J. L. Austin, por ejemplo, y ahora sin hablar de género, si un juez dice que "se levanta la sesión", esta provocando que se produzcan una serie de acciones, mientras que si un periodista dice que "la sesión se levanta" sólo está describiéndolo. El uso actualmente popular de la palabra parece haber asumido un sentido mucho más polémico y moralista.
Hay opiniones muy variadas sobre la teoría de Judith Butler, como por ejemplo la de Sheila Jeffreys: "The queer approach which celebrates the “performance” of gender and its diversity necessarily maintains the two genders in circulation. Rather than eliminating dominant and submissive behaviours, it reproduces them. Thus those queer theorists and activists who seek to perform gender can be seen to be gender loyalists with a stake in the maintenance of the gender system of male supremacy". También hay mujeres transgénero que critican a Judith Butler diciendo que su posición como lesbiana cisgénero y el resultante voyeurismo en su trabajo sobre gente transgénero lleva a una infravaloración de la experiencia vivida por gente transgénero y su diversidad. Por último, algunas mujeres cisgénero que la critican lo hacen porque encuentran que su feminidad biológica no es comparable a la reproducción de la feminidad llevada a cabo por alguien que no es biológicamente una mujer.
El aspecto de la performance se basa en el hecho de que la drag necesita un público (de algún tipo, por público se pueden entender muchas cosas) para poder ser drag: una parte crucial de la actuación es la audiencia que sabe que la mujer que realiza es "realmente" –en teoría y en general– un hombre. Tradicionalmente, su necesidad implícita de un público significa, por tanto, que el público generalmente sabe que es una actuación. Si la drag queen actúa en un espectáculo, está muy claro. Sino, puede generar dudas a gente no familiarizada con el colectivo. Un proyecto sobre la performatividad en drag queens en Barcelona es interesante porque hay mucha gente joven haciendo drag y el tema de la performatividad es vivido de maneras muy diferentes y sobre todo, en una línea no-binaria que se carga el concepto de performance del género femenino, para pasar a ser una performance no-binaria en algunos casos o un simple cross-dressing en otros. Algunas de las mismas personas entrevistadas incluso no tienen claro si están haciendo drag o no. Por tanto, esta performance es lo que se está convirtiendo cada vez más, por lo que voy viendo, en cross-dressing. Es por eso que he encontrado interesante esta redefinición del drag constituida por las nuevas generaciones, de manera más o menos consciente. Las entrevistas, más que explicar la performatividad en drag queens, explican la nueva performatividad en jóvenes que además se consideran drag queens.
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