Mi proyecto del curso: Escritura de cuentos infantiles para principiantes
Mi proyecto del curso: Escritura de cuentos infantiles para principiantes
por Maribel DELGADO NAVALPOTRO @mamibel
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¡Corre!
Una tarde Ian se asomó por el gran ventanal de su habitación
Sus redondos ojos miraban el pequeño patio y pensó: “me aburro”.
Ian y su mamá acababan de llegar a aquella ciudad y aun no tenía amigos.
Giró la cabeza y vio la puerta blanca de su habitación, volvió a mirar por el gran ventanal y salió corriendo, moviendo sus largas piernas, deprisa, deprisa.
Bajó casi de un salto las escaleras y salió al patio donde corría y corría, mientras imaginaba que estaba en la playa persiguiendo a las gaviotas, pero no lograba alcanzar a ninguna.
Ya no estaba aburrido y cada vez corría y corría más rápido mientras sonreía.
Mientras Ian corría divirtiéndose, su mamá le observaba desde la puerta de la casa, estaba preocupada, su cara era de preocupada y también tenía cara de triste.
Ian mientras, corría y levantaba sus largos brazos tratando de coger gaviotas y sonreía feliz, con cara de feliz.
Su mamá tuvo una idea, llamó a Ian, que sin perder un segundo llegó corriendo junto a ella
-. ¿Ian quieres que vayamos a dar un paseo por el parque? -. dijo con voz dulce. –
Ian pensó que aquello no era buena idea, ahora que se lo estaba pasando bien.
Pero miró a su mamá y como no quería disgustarla le dijo : ¡Vale!
Los dos salieron del patio de casa y se pusieron en marcha dándose la mano.
El parque, era inmenso, había columpios, toboganes, areneros… Muchos árboles, una hermosa y verde pradera y muchos niños jugando.
Nada más llegar Ian soltó la mano de su mamá y comenzó a correr entre los columpios, entre los árboles por la pradera, corría y corría lo más deprisa que podía.
Uno de los niños que jugaba, le observo y le pareció que aquello era divertidísimo, sin dudarlo comenzó a correr persiguiéndole.
Ian corría y comenzó a imaginar que era un caballo de carreras, entonces escuchó una voz que le decía -. Hola. –
Ian contesto -. Hola. - Ya no tuvieron que decir nada más solo siguieron corriendo y corriendo. Cuando se cansaron, jugaron en los columpios y en el arenero y con más niños.
Ese día Ian conoció a sus mejores amigos y aunque juegan a muchos juegos, siempre, tienen un momento en el que corren y corren.
Isabel Delgado Navalpotro


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