Proyecto Fotográfico: La inocencia perdida
de Antía Méndez Conde-Pumpido @antia_mendez
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La Inocencia Perdida es un proyecto fotográfico de Antía Méndez, que refleja desde un punto de vista crudo e irónico, que hay más allá de los finales felices de los cuentos populares. El proyecto narra visualmente lo que le podría ocurrir a los personajes de los cuentos y a los pequeños detalles que conforman las historias, si saltasen de los libros a nuestra realidad, dónde quedaría la inocencia infantil.
Los cuentos populares, de manera subliminal, reflejan los miedos y temores de los adultos, miedos que de forma sutil, pedagógica y amena, tratan de inculcar a los niños, para que desde pequeños entiendan ciertas premisas, como no abrirle la puerta a extraños, de Las siete cabritillas, a que si se miente constantemente, como Pedro y el Lobo, al final acaban por no creerte nunca, o a no coger cosas de extraños, como nos enseña el cuento de Blancanieves, el miedo a que te roben un hijo, de Rumpelstiltskin o el miedo a crecer y madurar, de Petter Pan, entre otros.
Pero la autora del proyecto quiere ir más allá, extrayendo sus propias moralejas de las historias, para de esta manera, plasmar una visión muy personal en un proyecto que busca empatizar y sorprender a los espectadores. Para ello se ha basado en los personajes femeninos de los cuentos, los descontextualiza y ubica en el mundo real y actual, un mundo crudo, injusto, peligroso, falso, superfluo y banal, un lugar que dista bastante de las mágicas y dulces historias, donde todo acaba bien.
La serie está formada por 10 fotografías a color, inspiradas en 10 cuentos diferentes. La elección de estos personajes y no otros por parte de la autora, se deben a la cercanía y popularidad de los mismos y a la relación de añoranza de la autora del proyecto, por ellos.
Las imágenes van acompañados por pequeños fragmentos del textos de los cuentos originales, con el objetivo de dejar patente el contraste entre realidad y ficción, reforzando de esta manera el mensaje, dotándole de fuerza y potencia, mediante la combinación de una idea pensada y elabora, con una escenografía muy cuidada, evocando en cierta parte a la fotografía pictorialista, en cuanto al cuidado de la imagen, la luz, el color, las poses, como si de cuadros se tratasen. Pero al mismo tiempo, su fotografía podría remitir a la fotografía documental de Jacob Riss, por el uso del flash en las imágenes, buscando potenciar el dramatismo de la escena.
Los cuentos como tema no son una novedad en el campo de la fotografía, pero si son algo vinculado a la fotografía más contemporánea. Un claro ejemplo de ello, son los proyectos de fonógrafos como la canadiense Dina Goldstein, con su serie de FALLEN PRINCESSES, donde transporta a las princesas de los cuentos de hadas a la actualidad, descontextualizándolas con la misión de reflejar problemas sociales, como el alcoholismo, la obesidad infantil, el culto al cuerpo o la enfermedad, entre otros. Otros referentes directos del proyecto La Inocencia Perdida, son fotógrafos como el español Alfonso Brezmes, con su serie Relatos cortos, donde de forma poética narra pequeñas historias visuales, donde entre otras, muestra la historia de Caperucita, con imágenes con mucho trasfondo y de una gran sutileza; o trabajos como el de la fotógrafa y diseñadora francesa Maïa Roger, donde presenta escenografías que relatan y remiten a historias fantásticas, mediante iconos, paisajes nebulosos, angustiosos y bucólicos.
Blancanieves:
La Inocencia Perdida comienza narrando el cuento de Blancanieves. La princesa es transportada a nuestro mundo, donde igual que en el cuento tradicional, no es aconsejable fiarse ni coger cosas de extraños. De esta premisa, la autora se remite a un dicho muy repetido por los padres a sus hijos, “no cojas cosas de extraños que pueden tener droga”, dicho que no pretende más que alejar a los niños de los peligros que entraña relacionarse con personas ajenas al entorno familiar. Blancanieves, capturada en su letargo, es caracterizada como una drogadicta bajo los efectos de la heroína, como si en un dulce sueño se encontrase.
Caperucita Roja:
La segunda imagen es Caperucita Roja. Este relato da cuenta de una triste realidad de nuestra sociedad, el maltrato de género. Caperucita confió en un hombre con piel de cordero, un hombre bueno, que juró amarla y cuidarla, pero finalmente su mascará cayó y tras ella la gran boca del lobo apareció.
Ricitos de Oro:
El siguiente cuento narra la historia de Ricitos de Oro, una chica, que pasó de colarse en la casa de los Ositos, comer su comida y usar sus camas, a decidir ser okupa, vivir una vida sin reglas ni imposiciones, vivir la vida que ella ha elegido.
La Bella Durmiente:
Otro de los relatos es el de La Bella Durmiente, que como la maldición previó, con la primera gota de sangre que esta derramó, en un largo sueño se sumió. Pero en este caso ha sido Aurora quien toma la decisión de abandonar la dura, cruda y nueva realidad en la que ha sido obligada a vivir, una vida en la que no encaja, en la que no se siente a gusto, en la que ya no quiere continuar y en un dulce sueño prefiere estar.
El Mago de Oz (Dorothy):
La siguiente imagen refleja la crisis que estamos viviendo mediante la historia El Mago de Oz. Dorothy nunca debió volver a su casa, nunca debió volver a un mundo repleto de injusticias, desigualdades y pobreza. Ahora la pobre Dorothy chasquea los talones día tras día, con la ilusión de regresar al mundo mágico de Oz.
La Cenicienta:
Otro personaje que no podía faltar, es la Cenicienta, una ingenua chica llena de ansias y esperanzas por encontrar a su príncipe azul. Pero en esta ocasión, el cuento no tiene un final feliz. La imagen, impactante y dura, representa un triste final, donde la pobre Cenicienta aparece violada y mal herida en las escaleras no de un castillos, sino en las escaleras de la casa de un mal chico, un chico aparente, rico y poderoso acostumbrado a conseguir siempre lo que quiere, un chico que no sabe aceptar un no por respuesta, un chico que dista mucho del verdadero príncipe azul con el que Cenicienta soñaba.
Alicia en el Pais de las Maravillas:
Con Alicia en el País de las Maravillas, la autora refleja los delirios mentales y alucinaciones que han llevado a la mente de Alicia al País de las Maravillas. Su relación intrínseca con el conejo blanco queda patente en la imagen, representando la parte escapista y perturbadora de su mente.
Aladino y la Lámpara Maravillosa: (Jazmin)
La siguiente imagen que conforma la serie es sobre el cuento de Aladdin y la lámpara maravillosa, centrando el punto de interés en el personaje femenino del cuento, Jasmine, que fuera del mundo de los cuentos y trasportada a nuestra sociedad, de sus trajes descocados y sensuales, pasa a una vestir un burka, sin personalidad, sin decisión, sin rostro, por amor e imposición.
La Bella y la Bestia:
Continuando la serie, el cuento de la Bella y la Bestia. La Bella, siempre joven, siempre guapa, siempre perfecta y deslumbrante para complacer, agradar y destacar, en una sociedad superficial y banal, una sociedad donde impera el culto al cuerpo y la obsesión con la belleza y juventud eterna. Una bestia y basta sociedad, en la que Bella quiere encajar.
Rapunzel:
Por último el cuento de la princesa Rapunzel. Esta princesa en la actualidad, se nos ha vuelto un poco rebelde y como símbolo de su rebeldía e inconformismo con la sociedad, se libera de la atadura de sus trenzas, expresando así su disconformidad con la misma y con los cánones impuestos por nuestra sociedad. Ahora es solo ella quien decide como es y como se muestra al mundo, ya no es una princesa a la que necesiten ayudar y rescatar. Rapunzel se ha convertido en una autentica princesa urbana, fuerte, independiente y una gran superviviente.
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