Ojos de Traro
di macabarrosaspillaga @macabarrosaspillaga
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Ojos de Traros
Aquí estoy debajo de la duna, cerca del Agua de las ramadas: lugar emblemático que protegía su vertiente con una tupida hilera de litres, coligues, maqui, boldos , arrayanes y espinos. La duna, situada en el océano nada “Pacífico”, era un refugio obligado después de almuerzo, ya que existía la creencia que el mar se enojaba cuando se estaba haciendo la digestión y que los calambres nos llevarían por las corrientes hasta China. Como las verdades antes era inexpugnables, el miedo reforzaba la obediencia y la buena voluntad.
En esta foto (soy la primera de la izquierda) el traje de baño me queda grande, y miro distraída al suelo. Mis compañeras tienen los pies mojados, ya que la habían ido a lavar la fruta masticadas con agua dulce. La foto la sacó en diapositiva el tío Sergio y la vi sesenta años después.
Aquí reconozco lo que me ha costado: sentirme diferente, Soy la morena, sin pelo largo y la más “movediza”, para no decir que mi déficit atencional me persigue hasta el día de hoy y me impide retener cosas importantes: nombres, fisonomía, lugares y penas (me ha salvado también de la tristeza en las épocas más críticas de mi vida). Era la menos dotada: cuando cantaba desafinaba, al recitar una poesía olvidaba el comienzo de la estrofa, al pelear me ponía a llorar y si tenía que buscar los tesoros escondidos me desconcentraba con cada bicho que había en el suelo y me quedaba con las manos vacías. Mi sencillez me facilitó ejercer el Trabajo social y reafirmó mi vocación pedagógica: todo un regalo.
La semana pasada nos juntamos las cuatro primas de la foto: todas pensionadas, más viejas y más nostálgicas de Tanumé, cuyo significado en Mapudungun es Ojos de Traro (garza que come cosas pequeñas) que es el lugar donde se tomó la fotografía. Al leerles las historias que he escrito de nuestra infancia común de mi Taller de Autobiografía, las imágenes se sucedieron y vimos el pasado más cerca: las anécdotas se tomaron la once y por casi llegamos a la media noche buscando a las inocentes niñas que nos habitaron y con las cuales jugamos hasta la adolescencia.
En la mesa quedaron servidas las vivencias de nuestra niñez y los veranos de sol, arena, mar, donde encontramos la fuerzas para educar a nuestros hijos que ahora forman sus propias familias.
Que los ojos de Traro nos ayuden a ver nuestro futuro para encontrar la huella de la eternidad.
2 commenti
macabarrosaspillaga
PlusApprezzo questo corso che ci aiuta a osare scrivere partendo da una foto della nostra infanzia. Grazie mille.
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majocaro
Insegnante PlusStoria molto bella! @macabarrosaspillaga
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