Impenetrable

Impenetrable
Del lat. impenetrabĭlis.
1. adj. Que no se puede penetrar.
2. adj. Que no se puede comprender o descifrar.
3. adj. Dicho de una persona: Que no deja traslucir sus opiniones o sentimientos.

“Subrayando, patética o fanáticamente, el aspecto enigmático de lo enigmático no hay avance posible; el misterio lo penetramos sólo en la medida en que lo reencontramos en lo cotidiano, gracias a una óptica dialéctica que nos presenta eso cotidiano en su condición de impenetrable, presentando a la vez lo impenetrable en su condición de cotidiano.” Walter Benjamin, El surrealismo, Obras II, 1, p. 313-314.

“Siempre hay un interior del Interior, un interior del interior del Interior -y de seguido: ¿quién tendrá, alguna vez, la sensación de haber llegado al interior?” Martín Caparrós, El interior.

Dicen que lo llamaban impenetrable por su vegetación y la dureza de sus habitantes autóctonos. Arbustos bajos con espinas que convertían en vana cualquier esperanza de penetración. Fue la última zona de Argentina en ser domesticada, el último reducto que se resistió a aquello que llaman civilización. El lugar más aislado de la provincia más aislada, el interior de el Interior. En los años 70 corrió la voz de que bajo esas tierras había petróleo, así que no fueron pocos los que se lanzaron a comprar tierras. El estado privatizó y todo se vendió al mejor postor. Pero el petróleo nunca apareció, en su lugar llegó la soja. El impenetrable se deforestó, y los quebrachos fueron suplantados por vastas planicies que llegan hasta donde alcanza la vista. “El Impenetrable ya no es impenetrable, solo es grande y vacío”, dijo Martín Caparrós. Entre las leyes de un mercado extranjero de las que dependen, pero de las que, a la vez, son completamente ajenos, y las constantes sequías que agrietan la tierra, los habitantes de este no-lugar oscilan entre la realidad y las promesas de lo que puede venir (y lo que no pudo ser).