Durante la pandemia
por Erick Vega @vegatorr
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Durante la pandemia.
He decidido salir, llevo exactamente 236 días, durante este tiempo la tinta y el papel se han acabado. He tomado tiempo para decidir esta salida que considero osada, me he preparado, temprano hice la rutina de ejercicios, 30 lagartijas y caminata durante 25 minutos alrededor de la sala y comedor, chequé la temperatura, es noviembre y empiezan a caer los fríos.
Mascarilla,guantes, caretas, gel desinfectante y por último checo mi celular, vi un post de una amiga que vive cuatro cuadras abajo.
Ella me ha invitado un café para agradecerme un cuadro que le he regalado, café que hemos pospuesto hasta después de la pandemia.
Antes de pasar por el umbral de mi puerta, leo: -“Ya no me verán, Veré el infierno”
Lo volví a leer al menos tres veces, debo confesar que me arrebató la tranquilidad que había construido a base de ejercicios de respiración yoga.
Durante las últimas cinco veces que la vi estoy seguro que lucía preocupada pero cuerda. Las últimas veces hablamos de los muertos, de los contagios, de las noticias, de la ciudades que tenían más número de infectados, pero terminábamos hablando de recetas de cocina, de postres e intercambiamos anécdotas que entre todos vivimos.
Creí que soy el único que la conozco más íntimamente, siento que me trata; confieso, con cierta confianza que no trata de disimular, con una benigna condescendencia y claro coqueteo femenino, que algunas veces ha llegado a conmoverme, mentalmente pienso hasta invitarla a que se mude conmigo pero no me gusta su gato. Me ha dicho que le gustan las paredes amplias y blancas de mi estudio. Me gustan sus confesiones, me gustan sus expresiones, mientras la escucho y la miro a través de la pantalla de la video llamada.
Hasta ahora es una persona que sale del ordinario, es joven, esbelta, con esa juventud que ha vivido demasiado. Su rostro parece de niño dios, blanquísimo y ángelado, más la boca es una sonrisa sutil abierta y relajada. Tiene una arruga profunda en medio de las cejas que pasa inadvertida por lo alegre de sus ojos.
He salido del estudio y una señal nada buena es encontrarme con el gato negro del vecino atravesando el pasillo, mustio y silente.
Me enfundo en la gabardina, la mascarilla, los guantes, el gel, la sombrilla, y así salí con la precaución de un astronauta, me di ánimo, repitiendo mentalmente “ Éste es un pequeño paso para mí pero un gran paso hasta la papelería”.
Surco la banqueta, un río de agua de lluvia ahogaba la calle, corrí pies puntillas, lo más rápido que me permiten los bostonianos, luego llegué al primer semáforo, la luz seguía en verde para el contratráfico, mientras espero en la esquina el aire se llena de un olor a tamales, petricor urbano, pasto y asfalto, lluvia y escasos peatones.
Una mano en el paraguas y otro en la bolsa de la gabardina tocando el tibio celular , lo reviso y vuelvo encontrar en la pantalla el mismo mensaje de mi amiga, mientras espero en el semáforo le envío otro texto positivo, !es tiempo de vernos¡, !Ya no estés triste¡, ¡Cuándo nos tomaremos un chocolate!, ¿Todavía tienes ese chal azul cielo que te luce encantador?
Nada la conmueve.
Minutos después vuelvo al celular y no hay contestación.
Camino de frente y ahora puedo apreciar la fachada de la iglesia completa, no hay vendedores ambulantes, no hay mantas de anuncios parroquiales, no hay feligreses, las calles pero en especial la iglesia lucen como una fotografía postal.
-¿esta condenada pandemia cuándo se irá?
Casi llegué a la papelería, me detuve debajo de una galería para protegerme de la lluvia, volví abrir mi celular, volví a mandarle un rosario de textos,¿has hablado con tu madre últimamente?, por favor háblame, estoy aquí para lo que quieras, estoy cerca de tu casa si quieres nos vemos, si quieres te veo en tu casa y platicamos.
Ninguna respuesta, !qué impaciencia¡, no sé lidiar con ella.
Me impacientan las mujeres por eso no tengo una fija, pensé.
Ahora los noviazgos no se interesan el uno del otro, Los noviazgos se compran con poco y cada vez valen menos, Las relaciones que no son gobernadas por la pasión de los enamorados no tienen ni médula ni alma, tal vez ni siquiera intereses suficientes, no se interesan en sufrir de amor, no tienen sangre roja para firmar un contrato…
Yo mismo me dije !Parale, soy tan intenso!
No obstante volví a revisar mi celular, pensé en hablarle a una amiga en común o a su mamá, iría yo pero tiene su gato. Me dije en voz alta.
Doblé en la esquina, un auto me salpicó de agua y corría por las calles, el agua entró a mis bostonianos, ahora tenía esa sensación de Splash entre el zapato y mis calcetines delgados, ¡que sensación tan mortificante!.
Volví a checar el celular y seguía sin respuesta.
Si hubiera hallado un momento le hubiera confesado que tengo admiración por sus pasteles de manzana, creo que sería un buen comienzo.
-¿ qué tal si preparas un estrudel
de manzana y yo llevo un té y conversamos?
-siempre me han gustado tus ojos.
-A veces sueño contigo.
-¿ podría ir a verte ahora?
El teléfono es frío como un sepulcro.
Llegué a la papelería, pedí 500 hojas carta de algodón, repuestos de tinta azul, negra, una tinta para corrección, siempre he escrito a mano y en máquina de escribir, nunca evolucioné. me despacharon, volví encontrarme con la pantalla del teléfono y nada, han pasado 45 minutos de un mutis de película muda.
-yo no sé manejar la presión.
-¿Y si voy a su departamento?, Me dije.- llevaré un cerrajero. Tal vez esté desangrando en la tina de baño, tal vez tomó medicamento… No ella no tiene ni aspirinas, ¿entonces?, Ah! Ya, si tomo alcohol y con esta depresión del virus y se ahogó de borracha... Ella no toma alcohol, -! Ya sé!, !Se comió todos los dulces y le dio un coma diabético!...
Apresuradamente regresé a mi estudio, nunca pensé que ella me estresaría en serio, soy alérgico a los romances.
Me caga ser presa de mujeres que no dominan su carácter y por cualquier cosa se tiran al drama.
En la esquina el güey de los tamales ya se habían marchado, la llovizna había cesado pero ahora son gotas más gordas y más pesadas, ¿por qué las mujeres no saben guardar el sosiego? ¿ por qué tratan de suicidarse a la más mínima provocación?, pero juro que al verla la beso y la abrazo no me importa que nos mojemos en la regadera de su tina de baño.
En ese hilo de pensamientos estaba, cuando me remonté a la memoria de una vez que vimos una película de Woody Allen y reíamos con los chistes inteligentes y elegantes.
Llegué a mi departamento me sacudí el agua de la ropa aventé la gabardina al caballete y en medio de la tiniebla del estudio vi el celular en la bolsa de la gabardina encendida en la pantalla, lo saqué precipitadamente y leí el texto de ella: -!gracias¡, !qué bonitas cosas me dices¡, estaba viendo infierno en streaming, hoy fue el estreno, y no iba a recibir llamadas, ¿A qué hora llegas?.
-!había creado yo sin pretender un drama instantáneo, en una tarde de lluvia mi estabilidad de macho arrogante se había ido por el caño
Yo y mi bocota¡
5 comentarios
albertochimal
Profesor PlusHola, Erick. Muchas gracias por entrar al curso y felicidades por completarlo. Espero que lo que vimos te haya servido y te siga sirviendo.
Acabo de leer "Durante la pandemia" y te voy a dejar algunos comentarios. Como siempre digo en estos casos, aunque algunas de las observaciones no sean positivas o no se concentren en lo que más te interesa de tu propio texto, por favor no las tomes a mal. Considera que se hacen con la intención de ayudar a que sigas mejorando tu trabajo, y que en cualquier caso son opcionales.
Una recomendación adicional: busca cuentos de tema similar al tuyo para que te ayudes a crear la tensión dramática que falta en el final. Un buen ejemplo es este, del mexicano Jorge Ibargüengoitia.
Te deseo mucho éxito con todos tus proyectos futuros y nuevamente te agradezco.
vegatorr
Después de leer tus recomendaciones encuentro el sentido de lo que me explicas, yo también sentía algo pero no podía definirlo, !qué gran lección¡ agradezco mucho tu consejo, espero que tengas otro curso para tomarlo, felices fiestas @albertochimal
albertochimal
Profesor Plus@vegatorr Felices fiestas para ti también. ¡Gracias!
(Y… sí, espero que haya otro, para 2021, pero ¿qué tanto falta para eso?) ;)
marialismend
Hola! Acabo de comprar el curso y tu proyecto "Durante la pandemia" ha sido el primer proyecto que he leído. Me encantó la historia, imaginé todo lo que escribiste con mucha sencillez. Muchas felicidades por este gran trabajo.
vegatorr
Hola Alberto, he hecho algunos cambios, espero haber mejorado el texto, gracias por tu asesoría. @albertochimal
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