INOCENTES

Exposición realizada por Carmen Vázquez y Patricia Vázquez.

El párroco se negó a darme la Primera Comunión. Decía que la inocencia de aquella criatura había sido mancillada, algo que contrarió a mis padres, tampoco demasiado, a mí tampoco me importó pues la comida con todos los primos fue igualmente celebrada.

Años después me enteraría que fue en aquél instante cuando mi tía la monja, en toda familia que se precie hay una tía monja, tomó la decisión de largarse en moto con el señor del quiosco, personaje que me fascinaba pues sus brazos parecían salidos de la mismísima Marvel. Más o menos la misma época en que, un día en la playa, quedé prendada de un armario de tres cuerpos ilustrado hasta los pies. Yo ya había comenzado a comprar la sombra de ojos a granel.

La boda llegó a celebrarse por mediación de mi tía-monja fugitiva, y es el día de hoy que seguimos dibujándonos en el poco espacio que nos queda. También he comenzado a entender que nunca me invitaran a los cumpleaños, pero las reuniones familiares siguen siendo estupendas. A alguno le cuesta reconocerlo por su negativa a despojarse de la máscara, pero nos queremos igual.

Vista general de la exposición.

Algunos detalles de las Ilustraciones.