Cuento infantil, "El principe Leroy"

"El príncipe Leroy"

 
El príncipe Leroy esa mañana muy aburrido se encontraba, por lo que decidió llamar al bufón para que lo pudiera acompañar, pero cuando este llegó muy enfermo lo noto, lo vio muy desmejorado porque estaba resfriado.
—Perdón mi querido príncipe hoy no voy a poder a usted entretener. —Entonces sin saber qué hacer comenzó el castillo a recorrer: al primero que encontró fue al cocinero, que venía hacia él con paso ligero—. Buenos días cocinero que alegría me da, el verlo por acá, estoy muy aburrido ¿quisiera usted jugar conmigo? ¿Una partida de ajedrez, o ir a pescar al estanque real algún pez?
—Lo lamento pero ahora estoy yendo a cocinar, en un rato si usted quiere lo podría ayudar.
El príncipe se despidió y a el camino él volvió, preguntando a quienes se cruzaba pero allí a ninguno con tiempo encontraba: El guardia, el sastre, y el granjero todos ellos podían ayudarlo pero luego, siempre debían seguir porque tenían obligaciones que cumplir.
El guardia lo saludo y su camino continuó, el sastre estaba atorado porque su madeja de hilo se había enredado.
En cuanto al granjero debía terminar de podar el gran limonero.
El príncipe desilusionado se sentía angustiado, un berrinche pronto haría sino tenía compañía, cuando su frustración aumentaba llego hasta una torre abandonada. Eso lo sorprendió cuando ahí el la encontró, desorientado y confundido el en voz alta pregunto. —¿Y esto de dónde fue que salió? La rodeo con asombro pues no le entraba en la cabeza, allí parado su alteza, no podía ingresar, pues por mas que miraba no encontraba allí una entrada, miró, miró y miró, pero una puerta ahí no hallo.
Sólo una ventana la torre tenía y hasta allí no sabía, que podía utilizar para ella alcanzar, como estaba muy alta y escalera no tenía pensó que ya no lo lograría, de pronto el príncipe noto que uno ladrillo se aflojó, cuando él lo empuj, una puerta mágicamente allí se abrió.
Primero temeroso miro al interior receloso, no quería cruzarse con un algún animal atrapado y por él terminar devorado.
—Tal vez dejaron aquí algo que sea peligroso por eso debo ser muy cauteloso. —Al ver que era seguro, de a poquito comenzó a subir y cuando estuvo allí arriba él pudo descubrir, para su sorpresa que una bella dama allí estaba presa, una corona ella llevaba por lo que dedujo que de una princesa se trataba—. Hola princesa puedes decirme ¿Qué haces tú aquí? El príncipe se preocupaba por verla a ella así.
—Me encuentro atrapada por una bruja malhumorada y muy gruñona aquí encerrada, odia que cante cuando se hace una reunión porque no soporta la diversión, dice que la música no le interesa que le aburre, que la estresa y le duela la cabeza.
El príncipe sintió pena al ver por lo que ella pasaba, y decidió ayudarla a escapar de allí esa mañana, pero antes de salir un favor le quiso pedir, el quería escuchar una bella canción por ella interpretar.
Cuando la canción terminaba la bruja malvada que justo por allí pasaba, entro por la ventana furiosa por escuchar de la princesa su bello cantar. La bruja en ese instante su varita movió la agito con mucha furia y un gran hechizo lanzó.
El príncipe apurado se corrió hacia un costado, a La princesa empujo un espejo el tomo, y él así lo hizo con el reflejó el hechizo.
El Príncipe y la princesa notaron que la bruja en un cactus de color morado se había transformado, la pusieron en una maceta y la llevaron al gran salón donde esa tarde el príncipe y la princesa organizaron una reunión junto a todo el pueblo en el gran salón, hubo música y alegría que se extendió a lo largo de todo el día.
Y la bruja Malhumorada su castigo recibió por haber sido tan gruñona y desconsiderada, en el cactus atrapada por siempre se quedó.
Aquella princesa que por el Principe fue rescatada, en reina se convirtió cuando el príncipe creció y en rey se coronó.

FIN