Makilakixki

(Makila es palo en euskera, Kixki (kizki-kaska ) es la onomatopeya de dos cosas al golpearse entre sí). Esto es un resumen, o una traducción herética del cuento…
Como en cualquier otra parte del mundo vivía un anciano en una casa en el monte. El hombre tenía tres hijos, Aritz, Mikel y Beñat. El primogénito, Aritz decidió ver mundo. Salió de casa, subió altos montes y atravesó grandes mares. Al final, aburrido de ese modo de vida decidió entrar a trabajar en una casa. Trabajó duro. Se levantaba pronto por la mañana y se iba con las ovejas. Después de andar todo el día de pastor llegaba a la noche al caserío. Aritz era muy buen pastor. Su patrón estaba muy contento .Al pasar un año le regaló un burro, pero no era un animal corriente, Al decirle “haz oro”, hacía oro. Aritz pensó en enseñar al burro a su familia. Así que, le pidió permiso al dueño y se fue camino de casa. Pasó todo un día y cuando llegó la noche se metió a dormir en una posada.
-Buenas noches- le dijo al hostelero
-Igualmente
-¿Me darías una cama para pasar la noche?
-Sí, sí. Te la daré- le dijo el hostelero
Antes de ir a la cama, Aritz le comentño esto al hostelero.
-No le digas a mi burro “haz oro”, por favor.
-No, no le diré-le contestó.
Pero cuando Aritz se acostó el hostelero fue donde estaba el burro y le dijo así:
-Haz oro.
Y el burro defecó un montón de oro. El posadero pensó: Con este burro voy a ganar mucho dinero, lo tengo que coger para mí. Y dejaré nuestro viejo burro en su lugar.
A la mañana siguiente Aritz se despertó y d espués de lavarse la cara y desayunar se fue a su casa con el viejo burro del posadero.
Al llegar a casa empezó a gritar.
-¡Papá, Mikel, Beñat! ¡He traído un burro que hace oro! Todos querían ver aquel maravilloso animal. Pusieron una sábana en el suelo y Aritz le dijo:
-Haz oro.
Aunque lo dijera mil veces no apareció oro, sino un elegante montón de caca. El viejo burro dejó la sábana sucia sucia.
Pasaron los años y Mikel, el segundo hijo también se fue de sirviente. Éste también tuvo que trabajar duro. Le levantaba pronto e iba a las montañas a recoger leña. Pasaba todo el día en el monte y llegaba al anochecer a casa. Mikel era un chico muy formal. El jefe estaba muy contento con él y por eso, al pasar un año le regaló una mesa. Era especial, si le decías “pon la comida” la mesa preparaba la comida o la cena. Cogió la mesa y pensó que debía enseñarla a los de su casa. Así que, le pidió permiso a su jefe y cogió camino a casa. Pasó todo un día y cuando llegó la noche se metió a dormir en una posada.
-Buenas noches- le dijo al hostelero
-Igualmente
-¿Me darías una cama para pasar la noche?
-Sí, sí. Te la daré- le dijo el hostelero
Antes de ir a la cama, Mikel le comentó esto al hostelero.
-No le digas a mi mesa “pon la comida”, por favor.
-No, no le diré-le contestó.
Pero cuando Mikel se acostó el hostelero fue donde estaba la mesa y le dijo así:
-Pon la mesa
Y la mesa preparó una comida fantástica. El posadero pensó: con esta mesa voy a ganar mucho dinero. Se la robaré y podré en su lugar la de mi cocina. Y así lo hizo. A la mañana siguiente Mikel se despertó y después de lavarse la cara y desayunar se fue a su casa con la mesa de cocina de la posada. Al llegar a casa empezó a llamar a su padre y sus hermanos.
-¡Papá, Mikel, Beñat! Mirad qué mesa he traído.
Y delante de todos le dijo a la mesa que pusiera la comida- Pero fue en vano, por mucho que Mikel se lo gritara ahí no pasaba nada.
Por último, Beñat se fue de casa a trabajar fuera. Se fue de sirviente a un caserío. Trabajaba mucho en aquella casa, se levantaba temprano y llevaba las vacas al prado. Luego cortaba y recogía hierba para ellas. Pasaba todo el día trabajando y al anochecer volvía al caserío.
El dueño estaba muy contento con él. Por ello, al pasar un año le regaló un palo. Si decía “makilakixki” delante del se ponía en movimiento y pegaba a todas las personas que hubiera a su alrededor .Beñat le dio las gracias a su jefe y se fue camino a su hogar. Cuando anocheció se metió en una posada. Era el lugar dinde el hostelero había robado el burro y la mesa.
-Buenas noches- le dijo Beñat
-Igualmente-le contestó el posadero.
-¿Me darías una cama para pasar la noche?
-Sí, sí. Te la daré- le dijo el hostelero
Antes de ir a la cama, Beñat le comentó esto al hostelero.
-No le digas a mi palo “makilakixki”, por favor.
-No, no le diré-le prometió el posadero.
Cuando se fue a acostar el hostelero se dirigió al palo y dijo “makilakixki”. Entonces el palo comenzó a pegar. Le dio buenos espaldarazos al posadero ladrón. Empezó a gritar llamando a Beñat:
-Por favor, para el palo-le pidió.
-No, no lo voy a pararsi no me das lo que les robaste a mis hermanos.
-Yo no les he robado-le mintió
-Sí, les has quitado el burro y la mesa.
Mientras el palo le pegaba al hostelero, comenzó también a romper todo lo que había alrededor, vasos, platos, mesas…
-¡Ai! te devolveré todo lo que robado, pero, por favor, para este maldito palo.
A la mañana siguiente después de lavarse la cara y desayunar Beñat cogió el burro, la mesa y el palo. Se fue muy contento a casa con el animal por delante.
En cuanto llegó a casa comenzó a llamar a sus familiares.
-¡Papá, Artiz, Mikel! Venid, mirad lo que he traído.
Todos se arremolinaron entorno a Beñat, y cuando vieron que había traído todo lo que les había robado el posadero se alegraron mucho. Le dio a Artitz su burro y a Mikel la mesa. Beñat se quedó con su palo. Desde entonces todos vivieron muy bien.
“Hori ez bazan ala ez bazan, sar dadila kalabazan eta atera dadila……..ko plazan”. Fórmula como lo de las perdices, traducido más o menos “y si eso era o no era, que se meta en la calabaza y salga en la plaza de………… (poner lugar donde habites)

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