Viaje a Portugal. Parte III: Villa de Sintra
por Manuel Pérez Báñez @manuel_pb
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"Boca do Inferno" Fotografía via https://www.travel-in-portugal.com/attractions/boca-do-inferno.htm El día que fuimos la mar estaba en calma por lo que había poco oleaje y era poco espectacular, en esta imagen "de archivo" se aprecia como podría ser un día más "agitado" de invierno.
Dejamos atrás Lisboa para dirigirnos,por la carretera de la costa, al próximo destino de nuestra hoja de ruta, la señorial y Patrimonio de la Humanidad Sintra., ahí es nada. Pronto dejamos atrás la turística y recreativa Estoril pero hicimos escala técnica en la vecina Cascais para estirar las piernas vistando la masificada atracción natural conocida como "Boca do Inferno", donde las masas de turistas (la zona de la costa es lo que tiene) estaban más interesadas en alimentar su ego haciéndose interminables selfies de espaldas al mar que en admirar con sus propios ojos las impresionantes embestidas del mar en una serie de bocas y simas naturales. Mi dio algo de coraje y solo hice una foto de los acantilados a toda prisa, aunque como comenté antes , el mar estaba tranquilo. Pero aún así, siempre impresiona el espectáculo
Decidimos, ya puestos, tomar un café y dar un breve paseo por esta localidad costera próxima a Lisboa. De Cascais ciudad poco o nada puedo reseñar ( no teníamo mucho tiempo) salvo que en un mercadillo de segunda mano compré, momentos antes de que descargara una imprevista y apretada tormenta de verano, un disco vinilo bastante bien conservado del brasileño Egberto Gismonti llamado "Sol do Meio Dia" que me traía gratos recuerdos de juventud ya que este vinilo fue uno d elos primeris que grabé en cintas de casette en casde un amigo de mi pueblo, el primero de los colegas de entonces que se compró un gran equipo de Música. adquiría la mayoría de los discos por correo al mítico Discoplay. Recuerdo el día que fuí a correos con él a recogerlo. Al escucharlo en su cuarto me prendé de esa música que entonces me era tan extraña y fascinante. Recuerdo que por un lado de la cinta de "ferrocromo" de BASF grabé este disco y por el otro, uno de jazz del gran Charlie Parker. La música de aquella cinta no sabría la de veces que me ha acompañado. Todavía la conservo junto a muchas otras, uno es así de vintage je je je . Por eso me hizo ilusión rescatar esa pequeña "lasca" de mi memoria y compré el disco tras un breve y ya obligado en los mercadillos, regateo.
Pero a lo que estamos... íbamos camino de Sintra, eso si, mientras llegamos invito a disfrutar de este bello tema del disco, "Kalimba", acompañado nada menos que por Nana Vasconcelos entre otros excelentes músicos que grababan para el prestigiosos sello nórdico ECM. El disco es un tributo que el músico dedicó a la tribu amazónica de los Xingu y la construcción de su nueva aldea en Sapain. Qué poder de evocación y transportación tiene la música, maremía...
Y llegamos por fin a la señorial, turística y placiega villa de Sintra, ubicada a 28 kilómetros escasos de Lisboa, enclabada en un paraje con laderas de frondosos y verdes bosques salpicados de palacios, palacetes y quintas señoriales . Para lo bueno y para lo malo, la villa de Sintra es Patrimonio de la Humanidad.
Por lo pronto, encontrar la Quinta dos Castanheniros (así se denomina el lugar donde nos hospedaríamos dos noches) nos costó lo suyo porque la "Pepi" ( así llamamos cariñosamente a la voz femenina del navegador de Google Maps ) se empeñaba por meternos por callejas empedradas imposibles para un coche. El alojamiento bien, aunque algo caro y con muy pocos enseres de cocina , ubicado en una tranquila Quinta ajardinada a la que se accedía por empinadas calles empedradas. Nuestra "casa-apartamento" es la única que no sale en las fotos de promoción , debe ser la última o la más "básica", vete a saber. Como casi todo en Portugal, la Quinta tiene cierto aire descuidado, decandente y "en construcción" que resulta atracitvo, pues según parece, los dueños van acondicionado la finca para el turismo a salto de mata, conforme van entrando remesas económicas del turismo, van arreglado partes o abriendo nuevas casas.
Este paraje de la Sierra de Sintra ya llamó la atención de los primeros íberos que la llamaron con el poético nombre de "Montaña de la Luna" a lo que siguieron los romanos y los musulmanes, que dejaron como testigo el imponente Castillo de los Moros enclavado en lo alto de la colina y visible casi desde desde cualquier lugar de Sintra. Por tanto, no es de extrañar que los distintos reyes portugueses eligiran ( esos extraños privilegios de las realezas) Sintra como residencia estival durante más 500 años, a lo que siguieron las mansiones y villas palaciegas de la alta nobleza y sus ínfulas megalómanas y arquitectónicas, a cada cual más pretencisa y digamos hoy dia, "pastiche".
La evidencia más clara la encontramos en el Palacio da Pena, como salido de un relato de las Mil y Una Noches o del fantasioso arquitecto de DisneyLand, con su catálogo de miradores, torreones, terrazas, azulejos, lujosas estancias decoradas con el más variopinto mobiliario, paredes con trampantojos, azulejos, etc. De los muchos palacios y villas fue el único como tal que visitamos, visto un palacio vistos todos como quien dice, aunque éste es un poco distinto por lo estrafalario arquitectura más al servicio d ela febril imaginación de su creador, Fernando de Sajonia-Coburgo Gotha, casado con la Reina María II de Portugal. Monarca consorte con veleidades artística (no se le daba mal la pintura, por lo visto) contó con un arquitecto sajón que a mediados del siglo XIX le construyó este palacio "romanticón" tipo "cuento de hadas".
Como es habitual en todo Portugal ( en España , un tanto de lo mismo, por supuesto) , las obras están presentes por doquier. Estos operarios que se afanaban colocando azulejos en uno de los patios del Palacio, sin duda deben saber trabajar bajo la presión de la mirada de miles de turistas sobre sus cogotes.
Eso sí, la masificación turística que sufre el Palacio Da Pena ( y Sintra en general) puede quitarle todo el encanto a la visita, aparte de que no resulta barata la visita precisamente, sobre todo sin vas con varios críos. Colas para entrar y para deambular como borregos por itinerarios unidireccionales tipo "IKEA" por las distintas estancias, con sus paradas de selfies aquí y allá. Es curioso como la gente ya no viaja para visitar o admirar la belleza o la historia de ciertos lugares extraordinarios o lejanos, sino solo para dejar constancia de que estuvo allí y compartir ese "Eh, mirad, aquí estoy, cómo mola" en sus redes sociales con sus "likes" y "me gusta" de rigor, sola o más o menos, acompañada. Sintra, en verano, está a a reventar de turistas muchso solo de paso con escapadas guiadas desde Lisboa, es un hecho y es Patrimonio de la Humanidad y del Turismo.
El interior es un sin fin de estancias al más puro "horror vacui", como dije, repletas de mobiliario de distintas partes del mundo y piezas de arte ( cerámicas, vitrales, utensilios, lápoaras, etc) que se conservan bastante bien. Por lo visto, en la víspera de la revolución de 1910 la corte huyó a Brasil dejándolo todo tal cual detrás y así parece haberse conservado, el tiempo parece detenido en estas estancias, ayer mismo podrían haber estado aquí en una de sus juergas palaciegas. Además, a uno le da cierta rabia ver esos símbolos excelsos del inmenso poder que llegaron a alcanzar ciertas y privilegiadas castas sociales en esa época ( y a costa de vete a saber que sufrimientos, esclavitudes y explotaciones coloniales) para semejante despligue de lujo totalmente superfluo, mero escaparate de prepotencia, ansias de posesión y poder.
Los suntuosos e inmensos jardines del Parque da Pena que muchos turistas no tienen casi tiempo para recorrer -en su apretado tour de villasy palacios que ver en Sintra- sin duda sí que son apetecibles y vale la pena pagar el extra para su visita para perderse en ellos, disfrutando del frescor de la naturaleza, la variedead de templetes, plantas y arbolado exótico traido de las muchas colonias que tuvo Portugal. Eso hicimos nosotros al menos... dsifrutar del tiempo. y del aire libre, Los demás palacios y villas de Sintra ( Palacio Nacional de Sintra, Convento de los Capuchos, , palacio de Monserrate...) serán también muy interesantes y bonitos, pero tedran que esperar otra mejor ocasión y disposición "palaciega". Con el de Pena ya tuvimos, creo, suficiente, aunque en verdad aún hicimos otra visita más : La Quinta da Regaleira
Si sube uno a su punto más elevado la Cruz Alta, puede disfrutar de una excelentes vistas del Palacio y de algún que otro japonés, español o francés haciénsose un selfie ante la cruz de piedra que corona la cima, en plan confesión fotográfica ja ja ja. Este impresionate proyecto de transformacion paisajística de toda una montaña abarca la friolera de 85 hectáreas , así que hay que tomárselo con calma, llevar agua y algo de comer para disfrutar tranquilamente de dichos jardines.
La Quinta da Regaleria es otro alucine y disparate arquitectónico. No en vano fue diseñado por un escenógrafo para mayor gloria de un millonario brasileño que se forró de oro con las explotaciones mineras. La Quinta es un laberíntico recorrido de senderos entre plantas exoticas y construcciones "grutescas" que se comunican unas con otras a través de torreones , pasillos y pasadizos. Arriba se aprecia un detalle del Palacio dos Milhões, es decir, el Palacio de los millones, por lo que costó construir semejante "exin-castillo. La edad me delata con estas referencias generacionales je je je
Una de sus principales atracciones es el llamado "Pozo iniciático" , un vertiginoso pozo que desciende 30 metros en espiral cuya base se comunica con un laberinto de galerías y pasadizos subterráneos. En las fotografías superiores, imágenes desde abajo y desde arriba.
Fuentes, repoducciones de esculturas grecoromanas y cuevas grutescas artificiales jalonan todo el recorrido del inmenso Parque de Relageira. Ideal para ir con niños pues estos laberintos subterráneos y grutas les llamará la atención. Pero la verdad, si fuese gratis o a precios más populares sería mucho más interesante.
Ah, un dato: si llevas carnet de profe ( nuestro DIPA) tienes algo de descuento, no recuerdo el tanto por ciento ... se agradecería que se hiciera extensible para los otros palacios y villas.
Tanto en el Palacio da pena como en la Quinta da Regaleria una cosa que me llamó la atención es la inmensa variedad cerámica de azuelejos que recubrían las distintas estancias. Ya hablé en la anterior crónica de dedicada a Lisboa la importancia del azulejo en el arte y en la arquitectura portuguesa. Hice muchísimas fotografías de azulejos, para no aburrir pondré aquí solo unas pocas
Y ya para cerrar esta crónica, no se puede dsifrutar de Portugal sin disfrutar de su rica gastronomía, no solo los ya consabidos y populares platos a base de bacalao , el arroz de peixe o las cataplanas sino también de otros platos no tan turísticos , su repostería, su pan, sus cafés, , etc. Sintra en su condición de villa turística tiene una extensa oferta para todos los gustos desde la típica cocina portuguesa hasta modernos restaurantes y de otras cocinas del mundo . Ahora con el Trip Advisor todo el mundo más o menos tiene referencias de donde comer. Eso es bueno y es malo. Uno que recomendaba la web ( y unos amigos nos lo recomendaron también) era el Metamorphosis, fuimos y no estuvo mal. Pero a nosotros nos gusta descubrir sitios sobre la marcha y por intuición . Por ejemplo, estuvimos en un tranquilo patio donde habia dos restaurantes, solo queríamos tomar una cerveza en la terraza pero al final nos enganchamos y comimos en éste, el Restaurante Cantinho San Pedro.
Bueno, es todo por hoy. la siguiente parada, aunque solo de paso, será un poco más al norte por la costa : la Península de Peniche y el precioso aunque excesivamente turístico pueblo medieval de Óbidos, de la pedanía de Caldas da Rainha.
Saudade
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